Aquella fría mañana de diciembre sólo podía sentir escuchar el retumbar de mi corazón contra mi pecho mientras corría. Nunca era demasiado tarde.
Es el incómodo pitido de las máquinas lo que te mantiene atado de un hilo al mundo terrenal.
Tú rostro está particularmente pálido, con atisbos de un suave rosa en tu nariz. Como si la vida se aferrara a tí desesperadamente. Tampoco está el calor que emanaba tu cuerpo, sólo el fantasma de un cigarrillo y el aroma a dulces que asociaba como tuya. El tiempo parecía haberse detenido en esa camilla, cómo si tomaras una siesta, como si los rastros de vida no se estuvieran drenando por tus venas.
Despierta por favor.
En tus muñecas se marcan las ligas y los golpes que producías al tirar de ellas, tus anillos han sido arrebatados. El que compartíamos incluido.
Eres tan egoísta Kim Taehyung.
Dando tanto sin pedir nada a cambio, encantando a los demás y dejandolos quererte tanto que duele, ¿crees que es fácil para mí odiarte?
Tu corazón va rápido y comprendo por que dejaste los entrenamientos. La taquicardia era sólo un efecto más.
La decadencia de tu estado mental no te impidió mejorar tu imagen, bañaste con un falso brillo de vitalidad tu miseria, y quise odiarte tanto. Nunca tuviste reparo frente a la fecha de caducidad de esta fantasía.
Alaska, si es ella quien te llenó de valor, olvidaste a Milles y su miseria. La mierda luego del final en la vida real.
Observé inútil y apesadumbrado la pulsera de deseos en tu muñeca, hilos de colores mezclados y enredados, bailando alrededor. ¿Qué habrás pedido? «Algo intangible, nada inconcluso ni materialista», se repite como un susurro tu voz en mi cabeza.
"Jungkook, ¿cuánto dura un siempre?"
"No lo sé, una vida quizá."
"¿Me querrás siempre?"
"Y si nos encontramos, quizá una vida más."
Lloré junto a la lluvia porque sentía una profunda tristeza en mi corazón.
«¿Por qué lloras? No he dicho nada triste aún.» Preguntaste la primera vez que lloré frente a tí.
Y yo tampoco sabía por qué, no pude evitarlo; incluso si yo no podía decifrarlo, mi corazón lo presentía. La tormenta se aproximaba.
Los pitidos en esa blanca habitación se unieron en un solo sonido sordo, y quise aferrarme a ti. Por mí y mi necesidad de impedirte ser. De irte.
Fui apartado y observé con los ojos muy abiertos, a tu delgado cuerpo sacudirse por las descargas. Me coloqué de pie y decidí que después de correr por mucho detrás de tí, sería incapaz de alcanzarte alguna vez.
«Kim Taehyung, te amo.» Me llevaste tan alto y luego me dejaste caer. Sin reparo.
Aquella fría mañana de Diciembre, te fuiste y quise empezar a odiarte.
《Estaba anocheciendo y desde que amaneció el cielo no ha dejado de llorar. Un llanto pausado y sereno, silencioso, formado por minúsculas gotas de agua que trenzan una fina sábana, casi transparente...》
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Ódiame; Vkook
Fanfiction«Quiero desaparecer.» Tu siempre querías desaparecer. «Jeon Jungkook, ódiame, ódiame mucho.» アート. 181104 Prohibidas las reproducciones de este libro, así como adaptaciones o traducciones. Registrado en safe creative.