Capítulo once

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Cuando el alfa abrió los ojos ante un nuevo día sonreía muy satisfecho, aunque su sonrisa decayó rápidamente pues al girarse, se encontró con el hueco del otro lado de la cama, frío y completamente vacío.

-Amor, ¿estás en el baño?...Aitana cielo-habló levantándose.

No recibió respuesta, así que abrió la puerta de este pero la omega ya no estaba allí, luego reparó en la nota que había sobre la cama y la cogió.

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Amor ya me voy, tengo un desfile a las once y luego una sesión de fotos. Nos hablamos.

Te quiero
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-Vaya... pensé que hoy pasaríamos el día juntos pero parece que no será posible-dijo Cepeda tristemente decepcionado, tras arrojar el papel al suelo.

Realmente estaba muy preocupado pues al parecer su omega no entendía lo importante que era para él, el querer protegerla y más ahora que estaba en estado, ella solo pensaba en su trabajo

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Realmente estaba muy preocupado pues al parecer su omega no entendía lo importante que era para él, el querer protegerla y más ahora que estaba en estado, ella solo pensaba en su trabajo.

-Eres tan independiente mi pequeña y en cierto modo te admiro por eso pero me cuesta tanto dejarte ir.-susurró finalmente el alfa, antes de irse resignado a la ducha para luego regresar un día más, a sus ajetreados negocios.

Mientras, ya en el hotel más lujoso de la cuidad, varias de las más distinguidas firmas del gremio se daban cita para mostrar sus diseños, a través de las hermosas y esculturales modelos.

Las maquilladoras y modistas daban los últimos toques a las nerviosas y sonrientes omegas que desfilarían ese día.

-Vaya Aitana quien te ha visto y quien te ve. Estas hermosa desde que has regresado con tu alfa-dijo Miriam.

 Estas hermosa desde que has regresado con tu alfa-dijo Miriam

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-Si la verdad es que estoy feliz de volver a sentirme bien. La verdad era muy molesto caerme en cada esquina- rió feliz.

-Bueno, esto ya está-dijo la maquilladora- Estás deslumbrante

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-Bueno, esto ya está-dijo la maquilladora- Estás deslumbrante. Vas a enloquecer a todos.

La pequeña omega dejó de reírse, la solo idea de pensar en que Cepeda viese lo eufóricos que se ponían algunos alfas, cuando las modelos salían tan hermosas a la pasarela, le revolvía el estómago y en cierto modo agradecía que este no se interesase lo más mínimo por ese mundo.

La pequeña omega dejó de reírse, la solo idea de pensar en que Cepeda viese lo eufóricos que se ponían algunos alfas, cuando las modelos salían tan hermosas a la pasarela, le revolvía el estómago y en cierto modo agradecía que este no se interesas...

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Ya en la noche, alfa y omega volvieron a encontrarse entre las paredes de su habitación.

-¿Qué tal te ha ido el día amor?.

-Bien, el desfile fue un éxito y la sesión de fotos también, ¿Y tú?

-Bueno-dijo Cepeda metiéndose en la cama y acariciándole el vientre sobre el camisón de seda-yo los he extrañado mucho y quería escaparme del trabajo para veros. De hecho he estado a punto de ir a tu encuentro y así comer juntos.

Aitana se tensó y luego negó fervientemente.

-No... no, no vengas sin decírmelo antes....emm...nu-nuestro jefe es muy estricto y no le g-gusta que nuestros alfas anden de por medio, mu-muertos de celos.... Por f-favor prometeme que no lo harás.

-E-Está bien, t-te lo prometo-dijo el alfa, mientras le besaba en la frente, frunciendo el ceño muy extrañado.

Durante la noche, Luis no pudo descansar nada pues las palabras de su omega retumbaban en su cabeza y cada vez le daba más curiosidad el hecho de que ésta no quisiese que fuese a su trabajo.

-¿Acaso me estás ocultando algo pequeña?-susurró preocupado en la oscuridad de su habitación-¿por qué de repente ya no quieres que te vea en tu trabajo?.

5. Sigo siendo tu alfa- Aiteda. Omegaverse (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora