Hoy iría a ver a los chicos al entrenamiento, tal y como les había prometido. Isco vendría a buscarme para llevarme y luego me llevaría de nuevo a mi casa.
Cuando recibí el mensaje del malagueño avisándome de que estaba abajo esperándome, cogí todo lo necesario y bajé. Abrí el portal y lo encontré al otro lado de la acera esperándome. Sonreí y ande hasta entrar en su Audi.
- Buenos días. -dijo con una sonrisa el malagueño. - ¿Como estas?
- Bien. -dije con una sonrisa. -Tengo que pasar página Isco, no puedo estar toda la vida atascada con alguien que me dejó hace tiempo.
El encendió la radio y se puso a cantar todas las canciones que sonaban, haciendo que yo riera. El malagueño, ya por entonces, era uno de mis mejores amigos en Madrid. Siempre hace lo posible por sacarte una sonrisa, hasta en tus peores días.
Llegamos a Valdebebas y una ola de admiradores se abalanzó sobre el coche de mi amigo. El bajó su ventanilla para atender a algunos de sus fans. Entre todo el barullo de gente se podían escuchas algunos elogios como mágia, mago, eres el mejor. Después de algunos minutos firmando, entramos a la Ciudad Deportiva y aparcó en su sitio asignado.
- Ali, tu tienes que ir para las gradas ¿de acuerdo? -dijo Isco mirándome. -¿Sabes por dónde ir?
- Nunca he estado aquí, así que no. Pero no te preocupes, seguro que por las señalizaciones llegaré. -dije mostrándole una sonrisa tranquilizada.
Bajamos del coche y cada uno se fue por su camino. Miré por los carteles para ver hacía donde tenia que ir. Maldecí una y otra vez lo grande que era esto. Acabé encontrando las escaleras que conducían a la grada donde estaban todos los familiares. Me senté por el medio, ya que allí no había nadie, hacía demasiado frío. Saqué mi móvil y vi que Raoul me había mandado un mensaje.
Raoulito.🕊💙
He hablado con mi representante y dice que no hay ningún compromiso y puedo ir a Zaragoza. ¿Cuándo te viene bien que vayamos?
Ali. 🤟🏻💙
Esta semana juegan en casa. ¿Quieres que vayamos este viernes? Así vamos más tranquilos y nos quedamos en un hotel.
Raoulito. 🕊💙
Perfecto. Por cierto, ¿cómo estás?
Ali.🕊💙
Mejor.
Raoulito. 💙🕊
¿Quieres venir a cenar a casa? Me siento solo. 🙁
Ali. 🕊💙
Claro! Te quiero, luego hablamos. 💜
Bloqueé el móvil cuando vi que los futbolistas empezaban a salir. Vi como Isco me saludaba y a raíz de eso todos empezaron a saludarme. Oí como el metal de las escaleras sonaba avecinando que alguien subía por estas. Apareció una chica, de tez blanca y de cabello oscuro que reconocí como la novia de Marco, Ainhoa. Me golpeé mentalmente varias veces por hacer caso a Sergio y haber accedido a venir.
Después de dos horas, el entrenamiento acabó. Isco me dijo que bajara a los vestuarios y lo esperara allí. Seguí las indicaciones del malagueño y llegué a la zona transitada por los jugadores. Uno por uno fueron saliendo y saludándome amistosamente.
Había pasado más de media hora y Isco no había salido. Decidí entrar. Todos habían salido y no creo que estuviera en paños menores ¿verdad? Puse mi mano en la manilla y cogí fuerzas para abrir la puerta. Intenté empujar la puerta pero alguien hizo el efecto contrario haciendo que yo me cayera encima de dicho sujeto. Marco me miraba con sus ojos chocolate mientras yo no sabía donde meterme. Siempre me habían atrapado, pero ahora lo hacían aun mas. Mi mirada se dirigía a su labios y no podía hacer nada para evitarlo.
