Raoul
Había pasado una semana desde el incidente. Después de encontrar a mi hermana dormida en el pecho de mi hermano mayor, con lágrimas secas en sus mejillas, comprendí algo: ahora más que nunca ella debía rehacer su vida con alguien y, muy a mi pesar, Marco era la persona indicada. Vi su cara cuando vio a Alicia, estaba colado por ella.
Durante esta semana, ella no se ha separado de la incomoda silla del hospital y cada día estaba peor. La había convencido para que este fin de semana regresara a Madrid y continuara con sus prácticas, aunque ella insistiera en quedarse. Estaba pálida y muy delgada, demasiado, por la falta de alimento en su organismo.
Su relación con Álvaro había sido siempre algo... especial. Desde que llegó a nuestra casa, se juntaron como si se conocieran de toda la vida. Dormían juntos y jugaban juntos. Si Alicia se hacía daño, Álvaro era el primero en estar a su lado. Era la única persona que podía tranquilizarla después de una de sus espantosas pesadillas. Perderlo ahora, ha sido un mazazo bastante duro para ella.
En ese momento entró Alicia por la puerta. Se había ido a descansar después de estar días aquí.
- ¿No te había dicho que te quedaras en casa? —pregunté con el ceño fruncido.
- Raoul, si estoy más tiempo encerrada en su casa voy a pegarme un tiro. —dijo seria.
La miré. Siempre había sido una chica muy insegura pero a su vez muy decidida. Desde muy pequeña ha tenido claras sus decisiones y una vez que las toma, tira para adelante como un toro de miura. Era otra de las facetas que me encantaban de ella.
- Marco se ha estado pasando por aquí. —dije y se hizo una pausa. Estaba claro que a mi hermana le incomodaba hablar de el. —Alicia...
- Se que debo salir con alguien y distraerme de tanto hospital, pero ahora mismo no tengo el animo ¿vale?
- Solo te digo que te vendría bien conocer a más gente. —dije levantándome y yendo hasta ella. —¿Tu crees que a el le gustaría que estuvieras aquí compadeciéndote y llorando? ¿Sin probar bocado de todo lo que te traen mamá, papá y Sam?
Se quedó callada unos segundos hasta que oí el chasquido de su lengua. Siempre que hacía eso, sabía que mis palabras habían surgido el efecto que quería. Sonreí y fui de nuevo a la silla en la que estaba sentado anteriormente.
- Javi va a venir con unas amigas de Badalona para salir. —dijo mirándome. —En principio me había negado a salir, pero supongo que les diré que si.
- Vete. —dije mirándola con una sonrisa. —Son las 20:00, deberás prepararte y descansar ¿no? —asintió y se levantó. Antes de irse besó mi mejilla y la de mi hermano.
Cuando me aseguré que se había ido, saqué el teléfono para hacer una llamada.
Conservación telefónica
- Va a ir. -dije convencido.
- ¿De verdad? ¿Cómo lo has conseguido?
- Soy su hermano, no me subestimes. No la cagues.
- No lo haré.
Fin conversación telefónica
Solo rezaba para que saliera todo bien y que Alicia no me matara después de lo que había hecho.
