Capítulo 1

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Disclaimer: la historia es mía, pero Candy Candy y sus personajes pertenecen a sus respectivas autoras escrito e ilustrado por Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, esta historia es sin fines de lucro, solo por diversión y el gusto de compartir.

Candy se encontraba dormida, cuando de pronto escucho un ruido, asustada se sentó en la cama tratando de ver la fuente del ruido, casi se muere del susto al observar una figura masculina en medio de su habitación

-Terry!!!!!! ¿Qué haces aquí? Reclamo al castaño que no sabía si alegrarse o arrepentirse de haber tomado esa noche solo así podía justificar el haber acabado entrando en la habitación de su pecosa, de todas maneras, era culpa de ella por haberlo enviado a asistir a la bendita recepción del Duque

-shhhhhh no querrás que nos descubran o si

La rubia se puso de pie y olvidándose de todo en ese momento llena de coraje quiso sacar al castaño de su cuarto, pero en el momento en que quiso hacerlo tropezaron cayendo el encima de ella sobre la cama

-qui quítate de encima Terry, reclamo la pecosa

Pero el haciendo caso omiso de cualquier reclamo tomo los labios de ella en un apasionado y demandante beso, la rubia se resistió en un inicio, pero acabo no solo permitiéndole besarla si no también respondiendo al beso

Beso que se fue intensificando provocando que pequeños y tímidos gemidos salieran de la boca de ella, hasta que sin darse cuenta las manos del castaño ya viajaban por la cintura de la rubia, bajando lentamente sobre sus caderas, haciéndola perder poco a poco la cordura, pero en el momento en que él se dispuso a dejar sus labios para comenzar a besar su rostro con camino hacia su cuello ella tuvo un momento de lucidez

-detente Terry por favor

-mírame Candy, mírame y dime si quieres que me detenga

Ella solo lo miro a los ojos incapaz de pronunciar palabras pues en ese momento su mente y corazón tenían una batalla, al no recibir respuesta el beso con pasión su cuello mordiendo levemente el lóbulo de su oreja logrando que ella cayera nuevamente presa de una tormenta de sensaciones nunca antes sentidas ni imaginadas, ya no solo no trataba de detenerlo, ahora incluso ella misma se apretaba a él acariciando su cabello,

Él se había quitado ya su camisa quedando su torso al descubierto ella comenzó bajando sus manos por su cuello atreviéndose a sentir la piel desnuda de sus hombros acariciando sus fuertes brazos y su pecho, la sensación era indescriptible, nunca imagino que podría sentir todo eso por solo tocar su piel, ya no pensaba solo quería sentir más llenarse de todas esas sensaciones que el castaño le estaba prodigando.

La pierna del castaño se había hecho un puesto entre las piernas de la rubia sintiendo como nunca su intimidad rozándose con su pierna, conociéndose mientras sus manos apretaban sus caderas acercándola más a él.

Sus labios volvieron a tomar los de ella suavemente mientras sus manos ya se habían encargado de subir lentamente su camisón, sus dedos ya habían hecho maravillas acariciando sus piernas, y sin que ella se diera cuenta siquiera le retiro el camisón quedando frente a él solo en sus interiores que únicamente cubrían de su cintura para abajo estando de la cintura para arriba completamente desnuda

Las manos del castaño no tardaron en cubrir sus pechos y llenarse de ellos, acariciándolos como dueño y señor, su boca siguió su camino y saboreo cada parte de sus blancas montañas y se deleitó con su botones rosa, los beso con fervor, tan suaves y dulces como excitantes, había acaso algo más placentero y apenas era el comienzo

Sangre GrandchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora