Love Warning® | Lutteo | CANCELADA

02. Búsqueda

Miró al tipo con recelo, no parecía de fiar pero ¿que opción tenía? El sitio estaba rodeado de distintas personas, cada una con un aspecto diferente.

—Nombre y apellido de la persona que desea encontrar. — habló el sujeto con voz ronca, dejando a un lado el cigarrillo que llevaba exhalando ya varios minutos.

Matteo suspiró. Se sentía un idiota por estar así, en esa situación. ¿Tan desesperado estaba como para acudir a tal sitio? La respuesta era un sí. Quizá y esa era su única y última oportunidad de encontrarla.

— Luna Valente — respondió, sintiendo su corazón latir con mas fuerza por tan solo pronunciar aquel nombre. El hombre fruncio el ceño y elevó la comisura de sus labios. — ¿Ocurre algo?

— ¿No te das cuenta que la mayoría de las desgracias de nosotros los hombres se deben a una mujer?

— ¿Disculpa?

— La caída de Troya fue por el capricho de Paris con Helena. En la pelicula, Aquiles murió por salvar a Briseida. Y así hay muchísimos casos—  el castaño negó levemente y apretó los puños ¿estaba hablando en serio?

— ¿Ya le dije que me importa una mierda sus historias?

El tipo lo fulminó con la mirada sin añadir más. Acto seguido, comenzó a escribir en su ordenador una vez que le pasaron el nombre de la mujer que sería buscada.

— Mañana en la noche le será enviado un sobre con la información que necesita. — informó — escriba aquí su dirección. — añadió, entregándole un pedazo de papel arrugado junto con un lapicero color negro.

Matteo hizó lo indicado y salió del lugar con una rara sensación. Se sentía extraño, pues si todo salía bien, mañana mismo sabría el paradero de Luna, y no sabía si sus pies se quedarían quietos para no correr en su búsqueda. Quería abrazarla, quería besarla, quería hacerle el amor hasta cansarse, y esta vez, no la dejaría ir.

***

Habían lugares maravillosos, con una vista espectacular. Definitivamente hacer turismo fue de las mejores ideas. Sintiéndo la mano de Marcos sobre la suya la hacía sentir segura, como si nada malo le fuera a pasar. Llegaron hasta una dulcería donde compraron dos tortas de chocolare y degustaron de su rico sabor, hablando acerca del lugar y futuros planes.

Marcos se le había insinuado un par de veces con la idea de casarse. Pero a Luna le aterraba la idea de comprometerse, no estaba lista para formar una familia. Ella se sentía un espíritu libre, capaz de hacer lo que se le plasca. Así que una vez mas, desvío el tema por otro lado, una jugada muy astuta como acostumbraba.

— Te noto tensa desde que salimos ¿Estas bien? — preguntó él limpiándose la comisura de sus labios con una fina servilleta.

— Claro que sí, tranquilo. — mintió.

¿Y como explicarle que hace un año no veía a los que consideraba su familia? ¿Como decirle que hace un año perdió a una gran amiga que no merecía morir? Pensaba en Yam cada momemto, reviviendo los cortos, pero gratos minutos en los que intercambiaron palabras. Le hubiera gustado tener un lugar donde llevarle flores y rezarle una plegaria cada fin e semana, pero quien sabe donde estará su cuerpo.

Solo le quedaba orar, pedir por su alma y que descanse en paz. Después de ella, su mente divagaba hacia matteo. Algunas noches despertaba sudada y con el pulso a mil, otra vez había tenido sueños húmedos con él.

Intentó buscarlo muchas veces, pero fue en vano. Su nombre no aparecía por ningún lado, simplemente se había esfumado. Y cumpliendo su promesa, él no regresó por ella.