16. Suposiciones realistas

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Los nervios la inquietaban, de alguna u otra forma aquella superstición que se acababa de anunciar en su interior le ponía los pelos de punta. No había podido dormir en toda la noche, a diferencia de Matteo, quien dormía plácidamente a su costado con el brazo sujetándola de la cintura.

De solo verlo una sonrisa se le formó en sus labios. Lo quería. Y le aterraba quererlo en un mundo de terror y venganza, donde tenían que cuidarse las espaldas para no acabar dos metros bajo tierra. Acarició levemente su rostro, siendo precavida de no despertarlo. Habían pasado por tanto...fácilmente y escribía un libro con todas esas anécdotas del recuerdo, empezando desde el día que lo conoció.

De un momento a otro, la imagen y el nombre de Marcos retumbó en su mente. Debia hablar con él de inmediato. El próximo atraco era al dia siguiente y estar lo mas alejada de él era lo ideal. Para mantenerlo a salvo, para que este al margen de todo esto y, sobre todo, para que no se entere de lo que realmente era ella.

Con cuidado de no despertar a Matteo, hizo a un lado su brazo y las sábanas y se puso de pie. El espejo que colgaba en la pared de frente la ayudo a darse cuenta de lo terrible que se veia esa mañana. Como su maquillaje corrido producto de todas las merecidas lágrimas que había derramado el dia anterior. Decidió no prestarle interes a los mininos detalles, asi que, cogio su bolso y salio de la habitación.

Una vez en la calle, tomó un taxi y en menos de diez minutos se encontraba fuera del edificio. Suspiró. Había repasado tantas veces lo que le diria y aun asi, estaba asustada, muy asustada. Marcos se había ganado un lugar muy especial en su corazón, y dejarlo no seria nada fácil.

Al pasar por recepción recibió una mirada de espanto de la recepcionista cuando le pidio la llave de la habitación, pero no le tomo interes. Lo que menos le importaba en ese entonces era su atuendo.

Cuando introdujo la llave en la cerradura e ingreso, no oyo nada, ni siquiera el ruido de cosas moviéndose o del televisor encendido. Todo estaba en completo silencio.

—¿Marcos? — preguntó. El silencio empezaba a atemorizarla.

Sin embargo, una nota en la mesita de noche llamó su atención. Inmediatamente la tomó y sin dudarlo comenzó a leerla con el ritmo cardiaco acelerado.

“No estare en el hospedaje, no te preocupes, estoy bien. Sólo necesito pensar un poco las cosas ¿vale? nos vemos mañana temprano. Cuidate”

¿Que se cuide? Él nunca fue tan seco con ella, por mas dolido que estuviese. Había algo extraño en esa nota, era su letra, o al menos lo parecia, pero la forma de expresarse le pareció extraña.

Marcó su número pero su teléfono yacía apagado y fuera de servicio. ¿Pero, de que se preocupaba? La paranoia empezaba a consumirla, y no la dejaba pensar con claridad, ¿cierto?

Frustrada se sentó sobre la cama, y unas cuantas lágrimas comenzaron a desbordar. Se sentía fatal, una completa mierda, un desastre, tal y como sus padres solian llamarla.

Hola — saludo al emisor de la reciente llamada en su celular,ni siquiera se había tomado la molestia de ver de quien se trataba.

— ¿Donde estas? — Era Matteo.

Perdón por haberme ido sin avisar,pero necesitaba hablar con marcos.

Se oyó un suspiro al otro lado de la linea.

Te entiendo, ¿pudiste hacerlo?

— No. Él no está. Me dejo una nota diciendo que no lo veria hasta mañana. No tengo ni idea de a donde pudo haber ido pero tendré que esperar.

Love Warning® | Lutteo | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora