01. Recuerdos.

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Increíble vista la que tenía. Era la primera vez que volaba en un lujoso avión y los nervios la invadian. No podía estar quieta, ni tomando una siesta como Marcos quien se encontraba acurrucado en su asiento como si estuviera en su propia cama. Él debía estar acostumbrado a eso, después de todo, volaba cada fin de semana a un país distinto.

Suspiró. Debía relajarse, aunque a decir verdad, y según las estadísticas, el 40% de personas en aviones. Los motivos son variados, fallos de motores, interferencia en la turbulencia, entre otras cosas. Decidió agarrar su celular y ponerse a observar las redes sociales, por lo menos tenía señal, el último mequeje que recibió fue de Nina, quien le daba buenos ánimos y diciendo cuanto la extrañaría.

Curvó una sonrisa, ella siempre exagerando las cosas. A penas se quedarian a la mucho tres semanas, depende de cuanto dure la negociación que Marcos debía hacer. Esperaba que no mucho, no le agradaba estar en un país lejano al suyo.

Llevó su mano hasta el colgante que se apreciaba en su cuello. Era una cruz dorada, y su amuleto de la suerte. La encontró antes de huir, en el momento que la policía casi da con su identidad.  Estaba polvorienta en ese entonces, casi no se apreciaba entre el todo el polvo del suelo, pero irradiaba una luz que inmediatamente notó.

Era de Matteo, podía asegurarlo. Recordaba habérselo quitado antes de hacerle el amor. Los recuerdos la invadieron, la nostalgia volvió a ella ¿Que sería de él? ¿Que sería del peligroso y misterioso matteo balsano? No había oído hablar de él desde que se fue, aproximadamente hace un año. Las noticias habían silenciado, su nombre no era pronunciado por ningún lado.

Era como si hubiera desaparecido del mapa.

Recordaba las ultimas palabras que él le dijo antes de marcharse: “yo no volveré ”. ¿Que caso tenía esperarlo? Había estado deprimida un par de días desde su partida, llorando horas y horas en la habitación del departamento de su amiga.

Pero así como la vida te tumba, también puede levantarte. Y lo hizo a través de marcos. Él llegó a su vida para darle sentido, con esa sonrisa que alegra los días y aquellas palabras amorosas que decía. Quizá no se había enamorado de él completamente, pero lo quería, y estaría eternamente agradecida por haberla ayudado a superar ese mar de lágrimas en el que estaba sumergida.

—Casi llegamos — le susurró al oído y este se removió en su asiento. Entre abrio los ojos y sonrió al ver el bonito rostro de su novio mirándolo con ternura. — que dormilón eres, te estás haciendo viejo.

— ¡Oye! — exclamó y ambos comenzaron a reir al unísono.

Minutos después, el avión descendió y todos los pasajeros comenzarom a descender, incluyéndolos. Una camioneta negra con ventanas polarizadas los esperaba en el estacionamiento, se montaron en ella y emprendieron rumbo el hotel donde se hospedarían.

Al llegar allí, para Luna no fue mas que simple asombro. El hotel era hermoso. Tenía tantos pisos que casi no podía ver  donde culminaba, se sentía una rata de campo en una ciudad. La recepcionista les entregó la llave de su habitación y subieron al séptimo piso donde se establecerían.

— Vaya, que precioso es todo. — comentó ella dejando su bolso en la extensa cama.

— ¿Te gusta?

— Me encanta. — respondió acercándose para darle un casto beso en los labios. — mas que viaje de negocios parecen vacaciones.

— Y las tendremos, dejame terminar ese asuntillo y tú y yo disfrutaremos de esta bella ciudad juntos. — aseguró abrazándola por la cintura, dejando varios besos en su cuello.— ¿Y el collar que te regalé? — añadió al ver la cruz colgando de este. Luna tragó saliva. Había olvidado ponérselo.

Love Warning® | Lutteo | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora