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En una ráfaga de viento el de barba llego al frente de su tétrico castillo, cargando en brazos al joven desnudo, con el deseo ardiente en su piel y las gotas de sudor adornándola como perlas en el mar.

Exquisito...

El niño estaba en su máximo esplendor del celo, con el miembro erecto restregándose en su abdomen, los jadeos en sus oídos acompañados con el canto de las cigarras, los gimoteos como ruegos de esa clase acción.

Maldición...

Ese niño tenía una belleza tan maldita como su inmortalidad, con la vil tentación de corromperlo bajo sus mas sucios deseos. Deseaba ahogarse con él, acabarlo para que no quede nada y romperlo, un instinto tan sádico y lleno del puro deseo que hace tantos años no despertaba.

Fue a su habitación, arre costándolo en la cama vitoriana.

-Tony...- se torció en las sabanas, dando embestidas hacia el aire.

El vampiro se mordió el labio, muy tentador. Pero no podía ser egoísta, al principio nunca pensó en las consecuencias de lo que podría acarrear un apareamiento con Peter, pero le despertó la realidad de las cosas, estando en una situación tan complicada y Peter casi sin posibilidades de volver. Decidió salir a fuera y levantar las protecciones de su morada en caso que tenga visitantes inesperados, cerrando con llave la puerta de su recamara, controlando la sed ante las suplicas del adolescente.

No era lo correcto...

Aun no era el momento...

Saciar y consumar los sentimientos tenía consecuencias, y quería que el niño este consciente con quien se meterá si decide pasar una noche bajos sus sabanas.

Levanto los antiguos círculos de cecina de montaña, los hechizos que antes poseía para proteger a su familia. Su invernadero aun conservaba yerbas medicinales, perfectas para curar los rasguños autolesionados por el licántropo que tiene en la cama. Y una flor del sol, una especial para suprimir la lujuria que se comía vivo a su preciado lobito.



Peter comenzó a removerse en la habitación, gruñendo un poco ante los rayos de sol directos a su rostro. Sintió el cuerpo mas cubierto de lo acostumbrado, dándose cuenta que estaba vestido de pies a cabeza, no acostumbraba su especie a vestir camisas los varones, pero una leve olfateada le hizo saber que era del espectro de la noche. Un bonito camisón blanco de abotonar, con un seda fina que no maltrataba su piel, pantalones de la mas fuerte lana de cabras montañesas y algodón chino.

Por todos los cielos...

Ahora ya se acordaba de todo el mierdero que se armó, empezando claro por salir desnudo de su cabaña en plena noche, ser tacleado por el alfa, retarlo por supuesto y los brazos del vampiro recostarlo en la cama.

Si, era muy probable que ya lo hayan echado de la manada por traición. Y pensando más con la cabeza que con el pene, se preguntó qué pasaría con su tía, que ni enterada esta de todo lo que esta pasando. No sabia si el alfa Steve aceptaría que se quede en su manada o también la eche.

Sentía la boca con un mal sabor, yerbas debía ser, y los ojos le dolían un poco por los rayos de sol que iluminaban el cuarto del dueño.

¿Dónde está Tony?

Se alarmo al pensar que se quemo por la ventana abierta, pero el mayor estaba a mil años de ser estúpido.

Se levanto de la cama, a paso tembloroso, tenia algo entumecidas las piernas, descalzo caminando piso abajo, teniendo cuidado de no tropezar con la oscuridad, estaba en el 4 nivel, seria todo un viaje bajar sin accidentarse.

Through my blood  (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora