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Para Steve el sexto sentido desarrollado tras múltiples batallas casi nunca le fallaba, mirando rígido a su cabaña, con los ojos azules entrecerrados, sin sentir aroma alguno en el aire mas que esa presencia que está dentro de su morada. Se despidió de Bucky, mintiéndole que se había acordado de un asunto de mayor importancia y no podrá invitarlo almorzar.

Que fuera lobo no significaba que dependía de sus habilidades concedidas por la naturaleza, haber convivido con muchas criaturas diferentes se enseña aprender habilidades.

Los escalones a subir le fueron relativamente tan cortos como las ramas de bonsái, con el lobo alerta por cualquier amenaza.

La puerta de madera la empujo suavemente, cerrando los ojos al escuchar el rechinar de la puerta evidentemente, dejando entrar el aire de afuera meneante de los árboles, con las hojas secas entrando en el piso lijado de madera. Ningún destrozo presente, pero si...

-Hola Rogers-

Ahí estaba el mismísimo diablo sentando en su sillón, bebiendo un vino que no era de procedencia de su casa, aunque dudaba que sea vino, el rojo con ese vampiro tendía a confundirse con las uvas, igual de elegante como siempre en sus retratos al vivo, el cabello corto igual de rebelde, con la piel pálida sin ningún rasguño, y los ojos chocolate que aun demostraba que a pesar ser algo no exactamente muerto, tiene su chispa de vitalidad.

-tan hábil como siempre para detectarme- sonrió melancólico, meneando la botella en su otra mano.

-siempre me ha encabronado que ocultes tu aroma- gruño, tomando la botella.

-no es sangre- aclaro.

El rubio aun así le hizo sus inspecciones, ya ha caído en una tetra así antes, mejor prevenir que lamentar.

El lobo podía actuar con normalidad, pero para el vampiro era seguro que quebrará el cristal y lo pondrá en su yugular. Se sentó con las piernas cruzadas, mirándolo como ese azul penetrante que hasta daba ganas de bajar la cabeza, pero al igual que el rubio, los siglos se hacen aprender cosas.

-¿Dónde esta el niño?- pregunto sin rodeo.

-wow, directo al grano- se burló, tomando otro sorbo a su copa.

Se apretó el entrecejo, olvidándose que le gustaba dar muchas vueltas.

-voy a preguntarlo una vez más Tony, ¿Qué hiciste con Peter?- no haber sabido de ese cachorro por tanto tiempo tenían a todos en la manada tensos, pensando en otra batalla con los sangre fría. pasado 4 meses le fue obligado hacer una lapida con el nombre Peter Parker en sus cementerios, aun si no tenían cuerpo, la ley decía que meses sin regresar para ellos eran muerte de miembro.

-esta vivo si eso es lo que quieres saber...aquí, en la manada- le confeso al ver la boca seca.

La respuesta le sorprendió un poco, pero si algo recordaba, es que le gustaba mucho los juegos. No, por supuesto que no vendría aquí por que se le dio la gana.

-¿Qué condiciones?-

El vampiro rio, mirándolo de reojo con esa sonrisa tan arrogante que lo caracterizo desde hace siglos.

-ninguna, porque no nos quedaremos, o eso depende de ti- acabo lo poco que daba del licor en el fondo de su copa.

-¿de que manera depende de mí? Su tía llego hace dos meses, ha estado en melancolía por la muerte de su sobrino- entrecerró los ojos.

-aquí es donde llega nuestro nuevo trato Steve- cruzo la pierna encima de otra, entrecruzando sus manos debajo de su barbilla, con esa pose de negociador que tanto conocía.

Through my blood  (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora