Escrito 1: Besos de chocolate

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Sus besos creaban adicción en pequeñas dosis, causando breves corrientes en mi cuerpo. Era él, aquel amor que soñaba desde años. Aquel que al reflejo de la Luna perdía sus máscaras, siendo tan real a la vista. Éramos tan imperfectos que hacíamos la perfección. Generabamos la envidia de la compañía en soledad de otros. El dolor que intentaba invadir nuestro entorno, era absorbido por nuestro verdadero amor.

Aquellos besos con sabor a chocolate, derretían aquella tristeza que paseaba por mis poros. Mi piel viajaba en el universo de sus brazos mientras mi mente añoraba seguir sintiendo aquellos labios por galaxias. Fuimos felices mientras aquel amor perduró en los corazones ajenos y aún viven en los recuerdos de una mente en fina soledad. Todo era hermoso hasta que el dolor y la decepción comenzó a entrar en nuestro mundo. Hasta un viejo querer entró en nuestras vidas, una chica con deseosos pensamientos encantadores a las mentes masculinas, a su mente. Ella comenzó a causar estragos y confusiones en nosotros, en mí. Su belleza, su carisma, su forma de pensar, su manera de captar su atención; eran muchas razones para sentir cierta confusión ante raros encantos. Él no fue capaz de entender tales límites y yo comencé a entenderlos demasiado tarde. Al comienzo pretendí verlo como algo normal, por que lo era; hasta que con el tiempo aquella criatura con raros encantos comenzó a cruzar los límites de un amor tan deseado. Hacíamos lucir nuestro amor al mundo, pero luego, ellos comenzaron a lucir su amistad, aquella que comenzó a tornarse demasiado unida. Quedando nuestro amor lejos de los estallidos y siendo algo casi invisible a nuestros ojos.

"Te amo" aquella palabra tan fuerte y que tardé demasiado en decir, fue sacado de los labios de aquel encanto en un santiamén, haciéndome quedar ilusa y estática a la relación tan rara y fuera de control de amigos con poca amistad. La conoció mucho después de mi, intentaron llevan un amor que no se dio y yo fue cómplice de cupido ante ellos. En nuestro reencuentro luego de todo aquello, revivieron demasiados sentimientos. Mucho antes de aquel encanto, el me quería, yo simplemente me negué al amor, su amor. Luego ella, y en el encuentro de nuestra amistad surgió en mi la verdadera luz de amar. Él nunca dejó de quererme.

Encontré el amor, entregué mis labios por primera vez, mi corazón fue tomado por un ser que prometió cuidarlo. Pero allí apareció ella, haciendo caer las expectativas de un amor perfecto. Nuestro amor simplemente se fue deteriorando en piezas, cayendo suavemente junto a las lágrimas que caían de mis ojos. Él simplemente me dejó ir, dejó todo acabar sin ni siquiera intentarlo una vez más, si tan cierto era que su amor era más fuerte que todo.

Llegó a decirme que jamás me cambiaría por nadie y menos por ella; me subió al cielo con tantas palabras, para terminar rompiendo todas esas promesas. Fueron palabras dichas al viento. Anduve días soltando lluvia por mis ojos, tristeza absurda. Esperando un mensaje suyo, que me pidiera volver o por lo menos seguir en contacto con aquella amistad que se fue junto al amor mutuo que teníamos. Parecía haberme olvidado en tan poco tiempo, ahora aquel encanto parecía ser el punto más alto de la montaña de su querer. Palidecí por días ante la sorpresa, y cuando creí que comenzaba a olvidar todo, llegó un mensaje de su parte, luego una llamada. Después parecía que todo volvió a la normalidad, volvimos a unirnos en amistad. En cambio, aún se encontraban los recuerdos de aquella herida que me causó; él parecía haber olvidado, para él, nada había pasado.

Creía pensar que volveríamos a crear un vínculo amoroso, olvidando el daño que realizó en mi. Yo simplemente no puedo olvidar nada de aquello, no puedo olvidar todas las lágrimas que deje caer de mis ojos por su huida sin explicación. Mi mente creó tantos planes que se destruyeron y que reconstruirlos sería demasiado difícil. Aún lo quiero y demasiado, pero también lo detesto. Quiero que vuelva pero también quiero que se aleje.

Sus mensajes ya no tienen sentido. Son secos, estrujando la cicatriz de la herida; comenzando a abrirla. ¿Para qué volvió? Si simplemente me escribe como si fuera obligación, como si lo hiciera con suma molestia. Hay celos de su parte, pero entonces, no encuentro la manera de descifrar su meta con escribirme. Esperaba algún mensaje de lo siento, no una dominación sin sentido. Parece pensar que estoy a sus pies, pero no es así, sé muy bien cuando algo hace daño.

Una carta envié a sus manos, despidiéndome de aquel querer; sin recibir respuesta la cual no esperaba. Pensé que por lo menos si me escribía era para arreglar los malentendidos que él optó por olvidar.

El me enseñó a amar, fue mi primer amor. En cambio, también fue la peor destrucción de mi esencia. Me apagué demasiado por aquella ruptura, aparento mucho mi ser, falsificando muchas sonrisas. Él piensa que yo simplemente volví a sonreír, pero no lo hice; aún me siento insuficiente por su opción. Por su reemplazo aunque niegue haberlo hecho. Dice que todo lo que ve y escucha le recuerda a mi, que no hay nadie que me iguale, pero no hay palabras que borren aquel dolor. Simplemente por como actúa, no quiere volver a nada, sólo una amistad. No es algo que me molesta, pero algunas de sus palabras dulces carcomen mi mente y otras tan ásperas, destruyen mi alma.

No lo olvido, tampoco lo pienso. Pero aún su olor corrompe mi alma. Aún sus mensajes hacen estragos en mi corazón, aún aquel amor vive en los corazones ajenos.

- Con cariño, Anie

Con cariño, Anie🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora