Escrito 3: Reinos

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El querer era inusual como el amor, pero todo cambia con las facetas de la Luna. Tan comunes como las sonrisas falsas pero tan bonito como las rosas. Eran el uno para el otro, sus conversaciones giraban en torno a la alegría, gritando las risas en sus corazones dejando en claro la hermosa química que en ellos yacía. Eran planetas distantes en una galaxia, con miedo a hablarse pero con deseo a hacerlo. En cambio, el mundo da muchas vueltas, llevándose a ellos consigo y a algunos sus corazones... Dejaron de hablarse por un momento, por percances a los que cada uno malinterpretó a su manera, pero luego todo volvió a la normalidad, lograron volver a unirse, mensajes tras mensajes, encuentros por encuentros. Pero un beso, cambió todo, prometieron no hablar de aquel sentimiento llamado "amor" aquel que trasciende a sentimientos de afecto y caricias expuestas. En cambio el amor pudo con ella, cayó en los brazos del querer; él era su luz y su pensamiento, como su anestesia para su sueño. Pero no era mutua aquella realidad, una luna menguante ante el sentimiento. La pureza de su amor no era recibida y eso era la apuñalada a su corazón. Él era todo para ella, pero ella nada para él, el amor no era aceptado, sólo tomado como amistad; aquella que se destrozó y hoy es un amor no correspondido. Pero aún así, vela por su príncipe azul, aquel que no quiere salvar a su princesa.

- Con cariño, Anie

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