Tomás de Portugal

1.2K 97 15
                                    

Dejé mis aposentos desde muy temprano, la situación no me permitía conciliar el sueño. Tomé un baño y desayuné en compañía de mi ahora apagada hermana y sus damas, todas nuestras cosas estaban empacadas y este era nuestro último día en Francia. Mary está triste y preocupada, quizás como todas nosotras. Todo lo que ocasionó aquel hombre de Portugal.

Tomás, es el innombrable para mí. Es un hombre volátil que me repugna en lo absoluto. Mal educado, controlador y sobre todo, ambicioso. Tendría que soportarlo por el hecho de que sus buques mantienen a salvo mi país, nuestra relación sólo podría ser política. Lola me contó de él y de las preguntas que Francis estaba realizando por el castillo.

Después de desayunar me dirigí a la torre de Nostradamus para ver a Bash, Nostradamus no me permitió dormir en la torre porque Bash debía descansar, tampoco era que yo lo fuera a sacar a montar a mitad de la noche con todo lo que estaba pasando.

Al llegar a la puerta del pasillo escuché a Francis y a Tomás discutir, eran sus voces, las reconocería donde fuera.

— Esperemos que no lo averiguemos... — Amenazó Francis. — ¿Quisieras como prometido?

— Si algo le pasa a ella, dependerá de mí. Es mí propiedad ahora, no tuya. Sin importar sus caricias, siempre serás más que el príncipe sin poder que no pudo enviar a algunos hombres a defender su país. — Contestó Tomás.

— ¡Francis no! — Exclamó Sebastián.

— ¿¡Qué es lo que está pasando aquí?! — Exclamé enojada golpeando la puerta. Tomás estaba de pie y Francis acomodaba a Sebastián en su cama. Tomás me miró con desprecio y yo le devolví el gesto pasando a mi lado. Salió fuera de la habitación dejándonos solos. Miré a los chicos esperando una clara explicación.

— Es mí último día aquí ¿Y ustedes no se están portando bien? — Hablé exasperada.

Quisiera pasar todo el tiempo posible con ellos el día de hoy, pero al parecer, y eso que aún no estábamos en Portugal, Tomás nos estaba haciendo todo más difícil. Entonces se formó un silencio total y miramos a Francis.

— Anda, dilo. — Habló Francis a Sebastián su hermano. — No estoy pensando claro.

Me acerqué a Bash para tomarlo del hombro y ver que estuviera bien. Él respiraba con dificultad. Volteó a verme y luego a su hermano.

— Eso que interesa. — Habló Bash. — Sí es un monstruo, sin importar lo que el Papa decida. Y si no lo matas, lo voy a hacer yo.

Después de ese momento de preocupación y valentía estúpida Francis se marchó para atender sus asuntos y yo me dediqué a vestir a Bash y de que se diera un baño con mucho cuidado. Las mujeres que le atendieron dentro del baño parecían salir muy contentas, no creía saber porqué.

— Pudiste haberme dado tú una ducha. — Espetó el morocho en cuanto entré. — Habría sido menos incómodo.

— Eso, cariño, habría sido muy mal visto por cualquiera. — Dije.

— Hemos nadado en el río sólos y entrado ebrios a la Corte unas horas más tarde ¿En serio te preocupas por lo que diga cualquiera? — Pregunta cómo si fuera obvio.

— Sí, me preocupa. Además, nadar no es lo mismo que darte un baño. — No dijo nada y sólo objetó con la mirada que yo tenía razón.

A Bash no le gustaban los disfraces, por lo que San Miguel para él era un día más de banquete

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A Bash no le gustaban los disfraces, por lo que San Miguel para él era un día más de banquete. Finalmente y para desgracia mía, yo sí tenía que vestirme. Aunque no quería algo muy extravagante.

— Te dejo para que te vistas. No encontré camisas negras así que usa esa, ten cuidado con la herida al ponértela. — Expliqué.

— ¿Tú a dónde irás? — Me cuestionó.

— Por si no lo recuerdas, tengo deberes Sebastián de Poitiers. — Sonreí de lado para salir de su presencia.

Me dirigí a mis aposentos, donde mi disfraz estaba listo. Una vez lista, busqué a Mary en sus aposentos, ella estaba sentada en el borde de su cama mirando algo que llevaba en su mano. Parecía perdida, así que le hablé.

— Mary ¿Te encuentras bien? — Le pregunté acercándome. Ella me miró y asintió.

— Este es el sello real inglés, estaba en una de mis maletas. — Me dijo mostrándome.

— ¿Estás segura que es de Simone? — Ella asintió.

— La mujer que testificó dijo que vio el sello real inglés, y no entiendo porqué el sello de Simone es tan parecido al sello inglés. — Me dijo. A Mary le parecía extraño que el sello real inglés fuera el sello de Simone, es decir, cada persona importante tiene un sello diferente.

— Cuestiona a Simone, lleva el medallón en el cuello. — Le dije. Ella asintió y salió conmigo de sus aposentos, caminamos hacia el salón del trono, donde se encontraba Simone sentado y atado con cadenas en una silla.

— Vigila desde aquí. — Me pidió Mary.

Asentí y le observé caminar hacia la presencia de Simone, ella llevaba el sello junto a su máscara.

Hablaba con él calmadamente, no podía escuchar lo que decían. De pronto el innombrable apareció con muy mala cara y supe que abría problemas. Temí que algo pudiera ocurrir así que me preparé.

— Mary, ven por favor. — Tomás le habló a mi hermana. Ella bajó las escaleras para hablar con quien era ahora su futuro esposo.

Comencé a acercarme a ellos mientras hablaban, hasta que Tomás tomó a Mary con fuerza para acercarla a él. Me encaminé para detenerle pero alguien me tomó del brazo. Bash, quien había venido en compañía de Francis.

— Suéltala, Tomás. — Dijo con autoridad apartando a Tomás de Mary con brusquedad.

— Olvidaste nuestra charla. — Habló Tomás. — Mary es mí prometida ahora.

— Eres príncipe casi legítimo. — Respondió Francis. — Pero aún no, necesitabas a una Reina ante el Papa y cuando Mary necesitó tropas para su país de pronto tenía tu apoyo. Porque mis hombres fueron emboscados.

— Porque avisó a un espía de la corte... — Dije.

— Un espía que pensamos que era Simone. — Entonces habló mi hermana.

— Cuando Tomás tenía un motivo mejor. — Completó Francis. Lo habíamos descubierto. Entonces Tomás tomó a Mary de la mano con brusquedad.

— Sí estás acusando al próximo Rey de Portugal espero que tengas pruebas. — Se defendió Tomás.

— Tendremos pruebas pronto, mientras tanto suelta a Mary... — Amenazó Francis.

Tomás, enojado, salió de nuestra presencia así como del festín de San Miguel.

— ¿Estás bien? — Le pregunté a mi hermana.

— Sí. — Contestó. — Dijiste que tendríamos pruebas. De su sirviente Miguel.

— Tomás no pudo actuar sólo. — Dijo Francis. Entonces yo aclaré la situación en mi mente.

— Sí no encontramos las pruebas suficientes para culpar a Tomás, Simone va a morir y entonces enfrentaremos una guerra con Inglaterra. — Dije. — No dejaremos que pase.





















¡Hola a todos!

Ya era hora de un capítulo ¿verdad? Jeje 😅
Lamento haberme ausentado durante mucho tiempo, prometo que será recompensado.

Aprovecho y ¡Feliz Navidad! (Atrasado) y Feliz Año Nuevo (Ese no tanto) y por supuesto ¡Feliz Día de Reyes! (Adelantado) para todos aquellos que leen esta historia, aún somos jóvenes, descuiden.

Espero se la hayan pasado super cool con su familia.

Bueno, gracias por leer.

Si te gustó el capítulo no olvides votar y comentar. Sus comentarios me hacen muy feliz 😘❤❤

Besos

Bastards | Bash & Tú | ReignDonde viven las historias. Descúbrelo ahora