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"Yo tampoco busco amor contigo..."

Louis soltó una risa ligera y pasó la punta de su lengua por sus rosas labios para húmedecerlos.
Subió su mirada lentamente por el cuerpo alto parado frente a él, le gustaba lo que veía.

Sus párpados caían pesados sobre sus ojos azul mar, sus espesas pestañas casi hacían sombra sobre sus mejillas, que estaban rojas, quizás por el alcohol, quizás por las palabras del chico frente a él. Se alejó de la pared donde estaba recargando lanzándole una mirada al chico por sobre su hombro sin borrar la sonrisa fácil de sus labios. Contorneó las caderas al ritmo de la canción que ahora sonaba y se detuvo en la pista sin volver a mirar para asegurarse que el otro chico lo había seguido, cerró los párpados dejándose llevar por el ritmo de la música sintiendo su cuerpo hormiguear en anticipación cuando el chico pegó el pecho a su espalda y mordió el lóbulo de su oreja sensualmente. Casi gimió, cada vez más convencido de aceptar la oferta. ¿Cómo se sentirían esas manos grandes que tenía rodeándole la cintura por todo su cuerpo? Sosteniéndolo contra el colchón, acariciando sus muslos, su pecho, pellizcando y apretujando su piel...

"Dejemos las cosas claras." finalmente Louis dijo sin dejar de bailar. Las manos del chico le rodearon el estómago y lo atrajeron más hacia sí. "No seremos exclusivos, los celos no me gustan." La risa cálida y ronca del chico alto le rozó la piel del cuello erizandole la piel.

"No soy sólo para tí, mi amor." le respondío. Louis volvió a reír satisfecho por la respuesta, subió las manos alcanzando la cabellera rizada y la acarició, dejando a sus dedos enredarse en las hebras castañas como le gustaba hacer a veces.

"No es tu asunto lo que haga por la calle." Louis continuó.

"Sé que no eres sólo para mi y yo no soy sólo para tí." La cabeza de Louis cayó a un lado cuando un par de húmedos labios atrevidos le recorrieron la piel de la nuca hasta el cuello. Y ya no encontró otra excusa, ya había dejado claro lo que iba a ser su relación y honestamente ya no quería esperar más tampoco. A la mierda si era buena idea o no.

Sacando sus manos del cabello del rizado le tomó de la mano y avanzó sin mirar hacia atrás, las luces de colores tintandole la piel dorada, mientras se dirigían hacia las habitaciones de la casa donde se organizó la fiesta y cuando hubieron entrado a la primer habitación con la puerta desbloqueada sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro, sin vergüenza gracias al alcohol, como si hubiesen esperado por ello mucho tiempo. Sus labios se unieron entre jadeos.

Louis aventuró sus manos bajo la camiseta del chico, acarició su piel blanca y suave pero firme por los músculos debajo y no pudo evitar el gemido que se escapó de su boca cuando el chico le apretó el trasero con ambas manos moliendo sus caderas juntas.

"Mmmh... Llevo esperando bastante tiempo por esto" el rizado murmuró contra su boca. El calor de la habitación aumentando varios grados, sus pieles quemando con cada roce, anhelando por más, por arder y hundirse en una sola.

"Nunca dijiste nada" Louis se separó del chico sólo para dar unos pasos hacia una cama donde se sentó. Acarició las caderas del chico que lo siguió pero que se quedó parado. Volvió a meter sus manos por debajo de su playera subiendo a los pezones pellizcandolos ligeramente y bajando a sus caderas de nuevo.

"No sabía que tan buenas eran mis probabilidades." respondío el chico en medio de un gemido. Tomó el cabello de Louis y tiró de su cabeza hacia atrás besándolo con fuerza sintiendo su gemido vibrar contra sus labios.

Ambos cayeron al colchón, el de rizos entre las piernas de Louis, gimiendo, moviéndose al mismo ritmo, sus erecciones rozándose por sobre la ropa y sus manos yendo para todos lados. Los labios del rizado bajaron por el cuello de Louis, moviéndose a sus clavículas y luego a su pecho mientras desabrochaba su pantalón y lo bajaba con todo y ropa interior.
El más bajo lo único que podía hacer era gemir y dejar que el rizado hiciera lo que quisiera con él. Levantó las caderas y luego las piernas para que su ropa saliera con más facilidad y él mismo se quitó la playera, viendo al chico alto desvestirse frente a él. Los ojos de Louis estaban oscuros de lujuria y deseo, él nunca había deseado tanto a alguien como deseaba al rizado de ojos esmeralda frente a él.

So Bad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora