12•Oportunidad•

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Sé que la persona en el espejo no es perfecta, la miro todos los días y pienso que no es suficiente.
Mi vida es un libro que no me gusta abrir y mucho menos leer.
Pero al fin y al cabo es algo que yo comencé.
•••

Las miradas cómplices, sus manos unidas y sus cuerpos prácticamente pegados. Era una imagen tan dolorosa para mí, mis lágrimas siendo retenidas en mis ojos, no entendía absolutamente nada como la mayor parte del tiempo.

Lo sabía.

Sabía que Jungkook no podía alejarse de Woon, las promesas dichas deslizandose por las sábanas y siendo mentiras dichas con su voz pastosa por el cansancio.

Una sonrisa carente de humor se deslizó por mis labios, por su puesto que esto acabaría aquí, siempre lo hace. Un mensaje y prácticamente corro hacia él, sin importarme sus mentiras y promesas siendo humo.

Un sonido lastimero acaricia mis labios, no podía evitar sentirme así, no podía evitar sentirme perdida y vacía. Otra vez siendo la estúpida, siendo el juego. Recargo por completo mi espalda sobre la pared de aquel callejón oscuro, se suponía que tenía que ver a Taehyung y lo único que encontré fue a Jungkook con Woon.

Esto siempre sería así.

Un juego que nunca termina, uno en el que las mentiras eran esenciales y la verdad tu pérdida.

Deslizo mi mano por el bolsillo trasero de mi pantalón arrastrando junto con el mi teléfono, necesitaba hacerlo, una oportunidad.

Sólo una.

Presione el botón de llamada, mi corazón latiendo a la misma velocidad que los pitidos que emitía el aparato entre mi mano y parte de mi rostro. Después de lo que fueron minutos su voz suena prácticamente como un susurro.

-¿Hayun?

Mis ojos cayendo sobre él, estaba alejado unos cuantos pasos de Woon, con su celular pegado a su oído y una mano tapando parte de su boca.

-¿Podemos vernos?-mi nariz cosquillea producto del llanto que no tardaría en aparecer.

Lo vi dudar, mirando repetidas veces a dirección a su cita, sentía mi corazón oprimirse, siempre era yo quien corría hacia él, sólo estaba pidiendo una simple respuesta que me hiciera quedarme, que me hiciera saber que no todo estaba perdido.

-Te dije que estaría con mis padres.

Mentira.

Cerré con fuerza mis ojos, dejando que mi cabeza tocará la pared, mis mejillas siendo enjuagadas por mis lágrimas.

-Perdón.

-¿Estas bien?

Mis dientes atrapan con ferocidad mi labio inferior tratando de tapar el seguro sollozo que quiere salir, pero era mucho, tenía mucho conmigo y no pude retenerlo, deje que mis lágrimas fluyeran y los sollozos los acompañarán como una dulce melodía.

-¿Hayun?

-Lo siento tanto.

Corte la llamada con mis dedos temblorosos, no me atrevía a mirar una vez más, el sonido de la tela de mi vestido suena cuando me deslizó contra la pared hasta quedar sentada, importándome muy poco lo sucio que se encontraba el lugar. Era mi culpa, se suponía que esto no tenía que suceder, se suponía que no sentiría lo que siente ahora y que la está volviendo loca en todos los sentidos.

Pero ahí estaba, sentada en un lugar sucio y oscuro, llorando por alguien que desde un principio se suponía que no significaría nada.

El estruendo de unas botas chocar contra el suelo interrumpe el silencio que se había creado en el lugar en el que me encontraba, pero estaba lo suficientemente agotada para levantar mi rostro que estaba escondido sobre mis rodillas y brazos.

-Te lo dije.

-¿Por qué?-mi pregunta salió temblorosa y como un murmullo.

-Tenías que verlo.

Quería gritarle que se fuera a la mierda, que todo era su culpa, pero no era verdad, él solo trataba de ayudarme.

-Lo quiero tanto que duele, duele mucho Taehyung-mi voz bailando con los sollozos e hipidos creando una extraña combinación-, ¿tan mala soy?

Escucho la tela de su ropa arrugarse, mis manos siendo alejadas de mi rostro después de unos segundos, estaba hincado enfrente mío, mirándome con ternura.

-Eres la persona más buena que he podido conocer Hayun-sujeta una parte de la tela negra de su suéter para pasarla sin cuidado y sin delicadeza sobre mi rostro, pero evito hacer alguna clase de comentario sobre lo brusco que está siendo-, sólo lo conociste a él.

-Tuve que parar, s-sabía que tenía que hacerlo.

-¿Por qué no lo hiciste?

Un nuevo sollozo sale de mis labios.

-Porque siempre me había gustado, pero antes no era lo que s-soy ahora para acercarme a él, no era lo suficiente buena, c-conocí a Kihyun y pensé que todo cambiaría-suelto una risa sin gracia-, pero resulta que siempre suelo ser el juguete de todos no importa como me vea.

El silencio siendo otra vez un buen amigo del lugar, ¿que esperaba? ¿que me abrazara?

¿En serio era tan mala para no tener un poco del amor que quería de alguien?

¿Estoy haciendo algo mal?

Tengo tantas defectos que no podía contarlos con exactitud, tengo tantos miedos que no se cuantos son y tengo tan pocas cualidades. No soy la definición de persona perfecta, no soy delgada pero lo intento, no soy la persona más inteligente pero si la más persistente, soy terriblemente mala en cuanto a relaciones, me cuesta decir lo que siento y tal vez lo aprendí de mi hermano.

Soy todo aquello que Jungkook no quiere en su vida y que sin embargo lo toma como objeto, por que cuando siento que por fin me acepta la cruda realidad me golpea con fuerza.

Mis lágrimas quedando como secretos de la noche y del hombro de mi hermano, mis sentimientos reprimidos siendo una bomba que puede explotar y destruirme, por que soy lo que no quiero ser y lo soy ahora. Me convertí en una persona que no conozco, en una que le toma más importancia a lo que el decida sobre ella, dejándolo tomar el control de sus emociones, de sus acciones...de su cuerpo.

-Tu hermano tiene que saber esto Hayun.

Niego asustada.

-Quieras o no le dirás, esta preocupado por ti Hayun, es tú hermano, ¿que sentirías tú, al saber que tu hermano no come en todo el día? ¿que va en las noches a su habitación llorando?

-No puedo-la sola idea de decirle me aterraba.

-Lo harás, te ayudaré sólo...deja de llorar.

La última oportunidad siendo desperdiciada como una bolsa de basura, Jungkook tuvo tantas oportunidades que no sabría cuantas lleva.

Pero esta era la última.

•••
Tire el libro en el que yo era la protagonista, quemé el juego que comencé y reinicie uno nuevo, en el que llorar no era una opción pero sí la venganza.
Al final siempre se cansa la persona dañada y busca reparación.

Craps: Horn |J.Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora