Epílogo

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Parte 1.

Si hubiera tenido conocimiento de que el dolor sanaría, hubiera dejado que te marcharas desde hace tiempo
•••

3 años después.

—Joder Tae, llegaré tarde—un nuevo beso es dejado sobre mis labios en un movimiento rápido a la par que una risilla divertida escapaba de sus labios.

—Lo siento dulce, sabes a chocolate no lo puedo evitar—declara y dejando que su punto tuviera un refuerzo, toma mi rostro con ambas manos y besos castos son dejados como suaves caricias a la vez que me presiona más contra el acolchonados sofá—, dulce, muy dulce—suspira contra mis labios antes de separarse por completo y observarme desde la pequeña distancia que puso.

—Deja de hacer eso Taehyung—le reproche, si bien la seguridad en mi físico había mejorado y ya no era la misma de hace tres años no significaba que los rastros de aquellos sentimientos se hubieran evaporado.

Dándome un último beso, coloca la suficiente fuerza en sus brazos para levantarse.

—Más te vale correr hermosa, porque no me hago responsable—tomando su palabra, me levanto rápidamente del sillón provocando una risa ronca por parte del moreno. Dándole un último beso, tomo mi mochila para después salir del departamento que compartimos.

Soltando una risilla, me apresuro a bajar por las escaleras para prácticamente casi correr a la parada de autobús, el cual, gracias a Dios, pude alcanzar.

Acomodando el enorme suéter que Taehyung me obligo a ponerme debido al frío, me siento en el lugar más cercano a la puerta. Si bien podría irme caminando a la universidad, la flojera y el frío hacían que descartara esa idea tan pronto como mi novio la propuso.

Diez minutos después el autobús se detuvo en la parada más cercana a mi escuela, bajandome y caminando con lentitud, me quedo parada en la entrada del edificio donde se supone que me vería con Hoseok.

Mi cabello no paraba de revolotear debido al viento brusco, dejando al descubierto la parte trasera de mi cuello que no se encontraba cubierto por la enorme chamarra, no pude evitar estemecerme cuando el frío se coló por toda mi espina dorsal. Exhale con fuerza creando una cortina de humo delante de mi cara, sonreí contenta.

El invierno esta vez era mucho más fría que años anteriores así que no me sorprende que mi cara entera se sintiera tiesa por el frío y que mi nariz ya no la pueda sentir cuando la muevo, tal vez había sido mala idea cortar mi cabello más arriba de mis hombros pero pensé que no me vendría mal un cambio.

Sacando con pesar una de mis manos de mi los bolsillos de mi chamarra, la levanté y agite en el aire, aún con la sonrisa radiante en mis labios resecos. Los ojos de Hoseok se iluminaron felices cuando se percató de que era yo. Sabía que moría de ganas de contarme lo que había sucedido en su audición y por lo que su cara me dicta, eran buenas noticias.

—¡Me quedé Hayun!—gritó con exagerada felicidad, como era común en él, lo felicité entre risas mientras lo envolvía con ambos brazos, apretándolo contra mí, demostrando todo mi afecto.

Entre risas y demostraciones me muestra lo que presento delante varias personas, exagerando su movimientos, ocasiona varias risillas por parte del alumnado que pasaba a nuestro lado.

Un carraspeo seguido de un silencio que deja la expectativa arriba de la cumbre, hace que, tanto el castaño como yo, giremos sobre nuestros talones en busca del ruido creado para captar nuestra atención. Y tan pronto como lo hago, mi respiración se acorta y atasca en mi garganta. Un bonito rubio está parado justo enfrente de nosotros, con una sonrisa cálida y ojos brillantes por la emoción. Su gabardina cubriendo parte de lo que parece un uniforme completamente blanco.

Mi corazón bombea con tanta intensidad que tengo miedo por leves segundos, pero me ayuda a confirmar que, estando ahí, parados uno enfrente del otro, nunca me preparé para esto y tal vez nunca lo haría. Tal vez creyendo que nunca lo vería, que nuestra ruptura fue lo suficientemente dolorosa para los dos como para que, alguna clase de emoción y sensaciones aparecerían si llegara el caso de encontrarnos.

Estaba equivocada, porque siento lo mismo que sentí cuando entendí todo lo que hizo, sus decisiones y su amor.

Dicen que en la vida real, el amor es una excusa para ser egoísta. Que puedes mentir, engañar y herir a las personas y está bien porque estás enamorado.

Pero que, lo peor de cuando alguien termina contigo es cuando recuerdas cuando poco pensabas de las personas con la que terminaste. Y te das cuenta, que así es cuando poco piensan en ti.

Otros pueden fanfarronear sobre que, las relaciones son totalmente narcisistas, en donde básicamente buscas a alguien que te amé tanto como tú te amas a ti mismo, es todo lo que es. Y por lo tanto, el amor en una relación es el escape para dos personas, que no aprendieron a estar solos.

Jungkook y yo fuimos un poco de ambas, pero aprendí que el amor es tan necesaria porque forma parte de las  emociones que aprendemos tarde o temprano. No escogemos a quien amar o intentar amar, sólo sucede. No se puede evitar tener un corazón roto porque es tan inevitable como enfermarse.

Ambos nos tardamos en darnos cuenta que, nuestro amor era único y que tal vez ese no era el momento para entregarlo, éramos algo tóxico que nos limitaba a dañarnos, un amor verdadero pero no maduro.

Seguíamos ahí porque no aprendimos a estar sin en el otro, porque nos convencimos que era lo correcto, tomamos decisiones incorrectas pero...

¿En este mundo quién no las toma?

Las personas pueden opinar pero al final del día las únicas que importan son las tuyas. Seguir en una relación dañina fue nuestra decisión, no fue correcta, pero aprendimos de ello y lo que realmente importa es, amarte tanto como amas a la otra persona, entregarte todo lo que estás dispuesta a entregarle a alguien más pero sobre todo ponerte por encima de todo.

Entendí, ahora su decisión, entendí ahora viéndolo a los ojos que brillaban, anhelantes, con cariño.

Hemos etiquetado y empaquetado todo lo que existe en este mundo, en el que la etiqueta puede decir frágil o no, peligro o no.
Puedo ahora decir que lo que llamamos amor, lo empaquetamos en dos, en frágil y peligroso. Porque están peligroso si no te conoces realmente, si solo experimentas y no aprendes de ello. El amor puede ser tú fuerte pero también la destrucción.

—Hola Hayun—sonriendome abiertamente, se acerca lentamente y viendo que no hago amago de alejarme, me envuelve con sus brazos cuando está lo suficientemente cerca de mí. Apretándome tan fuerte que llega a doler—, lo siento tanto, juro que lo hago.

•••
Cualquier error no duden en decirme

Craps: Horn |J.Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora