Craps: Horn |J.Jungkook

03•Good boy•

Porque querías ser mejor de lo que eras por mí.
Quería ser mejor por ti.
Y, sin embargo, los dos éramos perfectos para el otro, ninguno era el mejor, ambos estabamos perdidos en las emociones nuevas, buscando la seguridad de nuestras acciones.
•••

Levanto la comisura de mi labio, incrédula y burlesca ante lo irónico de lo expuesto. Su ceño fruncido y la manera defensiva en la que se encontraba solo hacia que quisiera romperle aquellas horribles gafas que trae puestas, la patética manera en que su postura se mostraba con altanería era para ser una muestra de la poca dignidad.

-No me hagas repetirlo-empuja mi hombro con uno de sus delgados brazos, haciendo que apenas de unos cuantos pasos atrás, definitivamente aquello era ridículo-, no sé qué le hiciste y no me importa Hayun, te quiero lejos de él.

Muevo mi lengua en el interior de mi boca haciendo que está chocara a un lado del interior de mi cachete, sonrió, Jungkook siempre tenía esa manía de hacerlo cuando se molestaba y era increíblemente caliente de ver.

-Deberías decírselo a él-chasqueo la lengua con pereza, para ser exacta, solo quería llegar al aula sin tener necesidad de pelear por algo que no valía la pena-, él es el que me viene a buscar cariño.

Dicho esto paso aún lado de ella, no sin antes dejar que mi hombro choque con el suyo, dandome por satisfecha cuando una maldición sale de sus labios. Sin esperar más, tomo mi mochila que se encontraba en el suelo.

-Mientes, él nunca buscaría a alguien como tú-levanto una de mis manos para dar suaves manotazos en el aire, una clara señal de que aquello no me importaba en lo absoluto.

Camino tan rápido como mi condición me lo permite, el gran patio era un fastidio y tener que cruzarlo entero para llegar al edificio solo ocasionaba que mi humor empeorara. Pues no era buen recibimiento el que me lleve a tan horas de la mañana, ya que, apenas crucé la entrada principal la amiga de Jungkook se encargó de jalarme como vil muñeca al edificio más lejano, tan sólo ver su ceño fruncido supuse de lo que se trataría el tema, no es ninguna sorpresa, puesto que incluso todos en el salón se percataron de los evidentes chupetones que se alojaban en el pálido cuello del impecable Jungkook, quien parecía importarle poco y no se molestaba en ocultarlos, al contrario, parecía enseñarlos con gusto.

Y no es para más, los rumores se esparcían como humo en aquella escuela, pues sólo un tonto no relacionaría las desapariciones de ambos en clase o incluso los chupetones que dejábamos en nuestros cuellos. El Jungkook bueno en todo seguía ahí, en clase, pero conmigo, era mi pequeño niño bueno. Y si, tal vez la rapidez de los sucesos era algo por lo que preocuparse, sin embargo, justo ahora, quería evitarlos a todas costa y disfrutar de lo efímero.

Me acerco hacía mi sonriente amigo, un chico que está de intercambio y que se acercó como solapa a la primera persona que se le cruzo, en pocas palabras, a mí. No me quejo puesto que este hacía un poco más divertido las cosas con Jungkook, sus evidentes celos en clase eran cómicos.

-Hope, deberías estar adentro-sonrío, el chico pelinegro imita mi acción dejando que unos pequeños hoyuelos fueran mostrados en un lindo encanto.

-Estaba dispuesto hacerlo pero mis hermosos ojos se percataron de una discusión entre chicas, y, ¿sabes? Eso es caliente.

-¡Puaj!-arrugo mi nariz, a veces los comentarios de Hoseok están demás y eran terriblemente asquerosos. Una risa para nada discreta sale de sus rosados labios llamando la atención de varios en el corredor.

-Oh, vamos, te he visto mirarles el trasero a varios, eso es bastante repugnante si tenemos el hecho que me tienes a mí.

-¿Quién dice que no lo hice?-arqueo ambas cejas en un gesto burlón, sus ojos se abrieron ante la sorpresa y lo inesperado, y sus labios formaron una línea mientras hacía suaves movimientos con su cabeza en forma de negación, tal vez en un fingido horror.