Craps: Horn |J.Jungkook

022•Biblioteca•

¿Por qué me necesitas cuando sabes que no es así?
Ambos sabemos que cuando esto termine hubieras deseado nunca conocerme.
Demuéstrame que puedes manejar esto, que puedes mantenerme hasta que termines destrozado.

•••

Suspiro afligida, aquello era horriblemente aburrido, de las cosas por hacer con mi novio puedo asegurar que no se encuentra pasarla en una biblioteca entre montones de libros con olor a humedad pero aquello parecía gustarle a Jungkook, quien estaba más que entretenido leyendo con dedicación cada palabra que se hallaban en las hojas amarillentas. Recargo mi mejilla sobre mi antebrazo, quedando recostada sobre la mesa de madera en la que nos encontrábamos y así poder ver mejor al pelinegro, una pequeña sonrisa se desliza por mis labios al notar sus labios levemente fruncidos y su frente arrugada, aunque en ocasiones una risa baja se construía en su garganta al llegar a ciertas partes de la novela, tal pareciera que sus facciones cambiaban dependiendo de la situación del libro, algo que a mi parecer, era entretenido y tierno.
Mi cuerpo empezaba a entumirse pero me obligo a quedarme en la misma posición, me negaba a darle cualquier signo de aburrimiento a Jungkook y que nos tuviéramos que ir por mi culpa, sé cuánto ama ir a la biblioteca y pasar horas en ella, no podía quitarle algo como aquello.

Gimo gustosa cuando una de sus manos se posan sobre mi cabeza, dando mimos suaves sobre mi cuero cabelludo, apartando y jugando con los mechones de mi cabello, todo aquello sin apartar su mirada del libro. Una sonrisa surca sus labios rojizos al escucharme, al parecer estar mordiéndolos, tal vez en un intento de retener sus risas, provocaron que estos tomarán un color más intenso.

—¿Quieres irte?—pregunta con languidez, me toma unos instantes al darme cuenta que era a mí a quién hacia la pregunta y no al estúpido libro, me mira por unos instantes, a la espera de mi respuesta.

¿Quería irme? Sin dudarlo, pero sé que él no. Niego con pereza, ganandome una sonrisa sincera. Tal vez unos minutos más.

Se acerca un poco a mí, lo suficiente para dejar un casto beso sobre mis labios, en forma de agradecimiento. Vuelve su vista en las páginas, así como las caricias siguen sobre mi cabeza, el silencio incluso me hacía el trabajo más pesado, provocando que mis párpados se sientan más pesados conforme pasan los minutos, el pequeño sonido del reloj que seguramente se encuentra sobre una pared, parece una canción de cuna. Dormitada, captó cuando Jungkook se levanta del asiento, murmurando por lo bajo contra mi oído un «ahora vengo», marchándose no sin antes dejar otro beso pero ahora sobre mi frente. Abro levemente mis ojos, viéndolo caminar entre los montones de estantes, en lo que yo supongo, en una nueva búsqueda de un libro clásico. Exhaló con el cansancio mostrado, quería estar justo ahora en mi cama, durmiendo entre las suaves sábanas, esperando a que mi hermano se dignara aparecer.

Y es que al parecer, se le ha olvidado en estas últimas semanas que tiene una hermana, si bien deja grandes cantidades de dinero no puedo evitar sentir su ausencia, era por tal razón que prefería estar afuera que en una casa totalmente sola. Había notado cambios en la actitud de mi hermano, las manchas rojizas sobre la blanca piel de su cuello y el cómo murmuraba entre sueños el nombre de Seori. Incluso, el día que llegó totalmente drogado a casa, echándose la culpa de la mierda de vida que llevábamos y porque había hecho llorar a Seori. Tenía tantas preguntas que me atormentaban, pero me obligaba a mantenerme callada, Yoongi era tan callado respecto a lo que siente que llega a ser aterrador verlo llorar. Y es que al parecer no era la única que sufría por amor.

Chilló sorprendida cuando algo golpea la mesa, tan fuerte que me aturde unos instantes, me pongo recta con rapidez, un chico con cabello rubio me miraba con una sonrisa apenada, siento mis mejillas colorearse ante lo vergonzoso que seguramente se escuchó mi voz.