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Dean desaparece antes de que el cerebro de Castiel tenga la oportunidad de ponerse al día. Dean es un omega... eso era lo último que Castiel había pensado que oiría venir de la boca de Dean. Pero ahora que lo sabe, ciertas cosas sobre Dean están empezando a tener sentido.

Una parte de él quiere perseguir a Dean, la otra parte no sabe cómo reaccionar, pero con Castiel con muletas, está claro qué lado de él gana. Se queda quieto, sorprendido por la confesión, y trata de averiguar qué significa esto para ambos.

Los pensamientos y las preguntas entran en su mente fugazmente y luego desaparecen, solo para que las nuevas preguntas los reemplacen. ¿Por qué no había podido oler a Dean? ¿Estaría tomando supresores? ¿Sabía Dean lo peligrosos que eran para él? ¿Por qué ocultaba Dean su designación? ¿Estaba huyendo de algo o de alguien? Ciertamente ha habido historias sobre omegas que Vivian ocultándose de los demás, y sin duda explicaría por qué Dean vive solo y se niega a tener contacto con la mayoría de los humanos.

Según la sociedad, debería informar a las autoridades sobre de Dean, ahora que se ha ido. Debería llamar a Benny ahora mismo y salir de este lugar, pero no tiene ganas de huir. No siente ningún desprecio por Dean, ni algo por el estilo. Este es un hombre que parecía temerle cuando se conocieron, alguien que lo cuidó y lo mantuvo con vida, lo llevó completamente vestido a un lago para salvar su vida. Este es un hombre que lo recibió nuevamente en su hogar, y a quien Castiel parece no poder sacar de su cabeza. No es que quiera sacar a Dean de sus pensamientos de todos modos. Dean le hace olvidar, solo por un momento, que Gabriel se ha ido, y no puede renunciar a eso, no puede renunciar a Dean. Y si es honesto consigo mismo, mientras más tiempo pasa con Dean, mas siente como su cuerpo reacciona ante el hombre y aunque le asusta no saber qué significa eso, no quiere dejar de sentirlo.

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Cuando Dean comienza a temblar, sabe que es hora de volver a casa. Da cada paso lentamente, retrasando lo inevitable mientras trata de averiguar qué demonios le va a decir a Castiel. Incluso cuando la casa está a la vista, no tiene idea de qué palabras usar para explicar qué es y qué paso. Todavía no está listo para la reacción de Castiel, y acercarse a su ubicación no ha dejado las cosas más claras. Su estado como omega siempre ha sido algo por lo que avergonzarse, por lo que no tiene idea de lo que va a enfrentar.

Incluso cuando los cielos se abren y comienzan a derramarse gotas de lluvia, no puede dar esos últimos pasos hacia la casa. Se deja caer en el banco y mira la lluvia que golpea el lago, mientras la misma lluvia empapa su delgada camisa y alisa su cabello.

-¿Dean?- Oye a Castiel decir su nombre detrás de él. Dean no se mueve, no quiere mirar a su alrededor para ver a Castiel parado en la puerta mirando su espalda -¡Por favor Dean, sal de la lluvia!- Escucha gritar a Castiel, el sonido amortiguado por el viento y la lluvia -¡No me hagas salir!-

Dean casi se mata manteniendo vivo a Castiel, y lo último que Dean quiere es que la curación de Castiel sufra por el frío y la humedad. Él no va a ser responsable de que la salud de Castiel empeore. Se pone de pie y se dirige lentamente hacia Castiel, con los hombros encorvados y los ojos centrados en el suelo embarrado bajo sus pies. Castiel mueve sus muletas lo suficiente como para dejar pasar a Dean. La madera cruje mientras Castiel ayuda a un Dean angustiado a entrar en la casa, ignorando sus propias heridas para cuidar al omega -¡Jesús, Dean!- Dice Castiel, mientras examina el daño.

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-¿Es esa tu forma sutil de decir que me veo como una mierda?- Gruñe Dean.

-No estaba tratando de ser sutil- responde Castiel -Siéntate- dice, asegurándose de que Dean sepa que no es una petición. Dean hace lo que le dicen, sin importarle que el sofá se moje. Castiel lo sigue a un ritmo más lento y maniobra hasta que está sentado junto a Dean. Agarrando la manta desde el respaldo del sofá, la envuelve suavemente alrededor de los hombros de Dean, incapaz de verlo temblar más. Ni siquiera puede empezar a saber qué está pasando dentro de la cabeza del otro hombre. El más grande de todos los secretos de Dean acaba de ser revelado, y no es algo que se pueda tomar a la ligera. Su rostro es pálido, casi transparente, y eso preocupa a Castiel.

Sálvame (Omegaverse) | DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora