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Pasan cinco minutos sin decir una sola palabra. El único sonido es el pesado jadeo de Impala una vez que supera la emoción de tener otra persona con quien jugar. Tan pronto como Castiel se sienta en el sofá, Impala se deja caer sobre su vientre al lado de sus pies y se niega a moverse.

Dean todavía está tratando de acostumbrarse a las emociones y al olor de Castiel, frustrado por estar tan cerca de sentirse normal de nuevo, hasta que Castiel regresó. El dolor es menor que antes, debería estar agradecido por eso, pero aun así odia sentirse de esta manera.

-Debes descansar un poco, no puede ser bueno para tu cuerpo, que estés esforzándote a tan poco tiempo de haber sido dado de alta- dice Dean finalmente.

-He estado en la cama durante días- se queja Castiel.

-¿Quieres volver a la clínica porque no te has estado cuidando?- Dean se da cuenta de lo mucho que suena como su padre y se estremece involuntariamente.

-Estaré bien en el sofá- Castiel lo tranquiliza, dándole palmaditas al cojín a su lado.

-Bien- acepta Dean a regañadientes y se levanta del sillón -Pero estás durmiendo en mi cama por la noche, sin discusiones-

-Será más fácil si me quedo aquí abajo. Me llevará una eternidad subir esas escaleras con estas muletas- Castiel le recuerda a Dean, señalando las muletas apoyadas contra el sofá junto a él.

-Cas, ese sofá no es lo suficientemente grande para ti, no encajas en él y no podrás dormir bien por la noche-

-Y tú eres lo suficientemente pequeño como para caber, ¿verdad?- señala Castiel con una ceja levantada -Dean, en serio, no puedo dejar que renuncies a tu cama de nuevo, no es justo para ti. Esta es tu casa-

-Pero no soy el que casi muere- le recuerda Dean -No estoy...- suspira y sus ojos caen al suelo -No voy a pasar por todo eso de nuevo, por favor, no me obligues- No necesita mirar hacia arriba para saber que Castiel lo está mirando. Dean puede sentir su mirada pasando directamente a través de él, haciendo que Dean se sienta completamente desnudo. ¿Por qué tenía que ser Castiel a quién encontró en el bosque? Castiel, que podía ponerse debajo de su piel y pasar sobre la pared de diez metros que había construido alrededor de sí mismo, como si fuera lo más fácil del mundo.

-Está bien- dice Castiel en voz baja, mirando el mismo lugar en el suelo. Él no le puede decir no a Dean.

-Está bien- repite Dean, dejando escapar un largo suspiro -Voy a trabajar un poco, tengo una mesa que terminar. ¿Necesitas algo antes de que me vaya?-

-Un vaso de agua sería bueno- responde Castiel, sabiendo que pronto será el momento de tomar su medicamento -Y un poco de material de lectura, de lo contrario podría volverme loco aquí-

-Tú eres el que eligió volver aquí- le recuerda Dean mientras se dirige a la cocina y saca un vaso limpio del estante. Coloca el agua en la mesa junto a Castiel y desaparece en un armario, regresando con una pila de libros -Son más que todo libros sobre carpintería, pero hay un par de libros de ficción en la pila, no puedo recordar si son buenos o no- Se encoge de hombros -Realmente no leo mucho- Él no es bueno para sentarse y no hacer nada, tiene que estar haciendo algo, caminando, trabajando, haciendo cualquier cosa. Ni siquiera recuerda de dónde vinieron los libros.

-Mejor que nada, gracias- sonríe Castiel.

-Solo grita si necesitas el baño o algo, no estoy muy lejos-

Castiel se ruboriza ante la idea de que Dean lo ayude a ir al baño pero asiente. Se relaja en el sofá cuando Dean desaparece, la puerta trasera cerrándose detrás de él. No es difícil estar aquí, no cuando se sintió como en casa desde el momento en que llegó.

Sálvame (Omegaverse) | DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora