tres.

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A mí mente vinieron imágenes de mí, en mi cumpleaños número seis.

Recuerdo haber pasado días anteriores por una juguetería y haberme enamorado de una muñeca que, al apretarle un botón hablaba.

Mi familia en ese momento no estaba pasando un buen momento económico así que no podían permitirse comprármela.

Recuerdo haber estado llorando durante días, como la niña caprichosa que era.

El día de mi sexto cumpleaños llegó, y mis padres me regalaron nada más ni nada menos que la muñeca que tanto les rogué. La habían comprado con el último sueldo que habían cobrado.

Me dieron la mano y me dijeron:

–Te queremos Emerine.

Quedé unos minutos un poco transpuesta tras las palabras de aquel día, las recordaba, recordaba a mis padres.

–Emerine, ¿estás bien? Ronald, llama al doctor, tu hija tiene la cara pálida.

Mi padre fue a salir de la habitación pero yo le detuve.

–N-no espera, y-yo he recordado algo, mi sexto cumpleaños. Mamá, cr-creo que os recuerdo, a papá y a ti.

Los ojos de mi madre se aguaron.

–Me hace tan feliz escuchar eso hija...– me sonrió, mamá, mi madre, la recordaba.

De mis ojos empezaron a salir lágrimas.

Mamá, miró hacia atrás y fijó la vista en el silencioso chico, Adler, había logrado recordar a mis padres pero y ¿él?

–Vamos a hablar con el médico y contarle lo sucedido, os dejamos solos para que habléis– mi padre me dio un beso en la frente y él y mi madre se fueron, dejándome sola con él.

–Hola– me sonrió.

–Hola– le devolví la sonrisa.

Estaba muy nerviosa, era normal, en ese momento no lo conocía y estar con él a solas no ayudaba mucho.

–Supongo que no me recordarás – se rió levemente y se rascó la nuca en un acto nervioso.

–Yo... creo que no, ¿eras mi hermano?

Suspiró.

–Soy...– pareció rectificarse ya que carraspeó su garganta antes de continuar – era tu novio.

Mi cara ahora mismo debía ser un poema.

Mi novio.

Joder.

–Dios yo... –me interrumpió.

–No... no hace falta que digas nada, es normal que no te acuerdes, tranquila – me sonrió, su sonrisa se le veía tan sincera, que no podía evitar devolvérsela.

–Quiero recordar, te lo juro, gracias a Dios he podido recordar a mis padres pero sé que aún me queda muchísimo, joder, esto es una putada... – no podía evitar llorar, esta situación era superior a mí.

–Em, lo lograremos, sé que lo lograrás.

Y confié en sus palabras.

En él.

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¡Tercer capítulo!

Las primeras palabras de Adler (en la historia obviamente xD ) <3

Espero que os haya gustado :)

Si tenéis dudas/ queréis escribirme (por lo que sea, como si queréis contarme vuestra vida, yo encantada) os dejo mi instagram:@lidiasstorm (si os da pereza os dejo el link en mi perfil )

El próximo capítulo lo tendréis el miércoles/ jueves :)

¡Nos vemos pronto!

-LIDIA

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