Al ver a Marco así, no pude evitar pensar que debía hacer algo por él.
Es por eso que, había pensado en adoptarlo, así, no le iba a faltar nunca más cariño.
–Aún no puede ser adoptado, está bastante herido–informó Adler–pero, cuando se recupere, podrás adoptarlo sin ningún problema.
Salté en mi sitio entusiasmada.
Él se quedó mirándome con una sonrisa ancha.
–¿Volvemos?–preguntó, aún sonriendo.
Asentí.
(...)
El camino de vuelta fue bastante divertido.
Adler estaba más animado y, entre los dos, cantemos una canción de Queen–ya que, he descubierto que le encantaba– a todo pulmón.
Al llegar a casa, me dolía la barriga de haber reído tanto.
–Gracias por este día Ad. Me lo he pasado muy bien–agradecí.
Él, hizo un gesto quitándole importancia.
–Más bien tendría que darte las gracias yo–guiñó un ojo.
En ese momento, Axel apareció en la puerta.
–¿Qué hay tío?–saludó a Adler luego, me sacudió el pelo. Enserio, odiaba cuando me hacía eso.
–Venía a dejarla, ya me voy–se inclinó para darme un beso en la mejilla–Adiós, nena.
–Adiós Ad–sonreí y cerré la puerta.
–¿Están mamá y papá?–pregunté a mi primo.
Este, negó con la cabeza.
Que raro.
Nótese la ironía.
Al parecer mis padres seguían siendo iguales: nunca paraban en casa.
Solo los veía un par de veces al día: cuando tenía la revisión médica diaria, y, por la noche.
Suspiré.
–¿Y qué tal tu mañana?–me preguntó, cambiando de tema.
Volví a sonreír.
–Muy bien.
–Me alegro, enana.
(...)
Ya me había, prácticamente, acostumbrado a la universidad. Aunque, a veces, molestaban algunas miradas extrañas que me echaban.
Ahora, me encontraba de camino a la cafetería, no había desayunado a penas nada y tenía un hambre descomunal.
–¡Emerine!–me giré al escuchar que alguien me llamaba.
ESTÁS LEYENDO
Recuérdame.
RomanceErmine sufre un grave accidente. Como resultado, olvida a prácticamente todos. No recuerda a su novio, Adler. Pero este no se da por vencido. Intentará que se vuelva a enamorar de él. Si ha podido una vez, ¿porqué no podrá una segunda? ...