Recuérdame.

ventiuno.

Cuando volví a dejar el vaso en el suelo, alcé mi mirada y vi que todos los presentes me miraban.

Alcé una ceja–¿Qué?

–¿Estás bien?–preguntó Alexa.

Asentí.

–Si es por lo de antes, no preocuparos, no pasa nada–sonreí e hice un gesto quitándole importancia.

–Bueno, ¿seguimos?–preguntó Rossie quitando tensión.

Todos afirmaron. Ahora era el turno de Axel.

–Yo nunca...–pensó–Me he enamorado.

Bebí lo poco que me quedaba del vaso.

–¿De quien?–susurró Adler a mi lado.

–Ya lo sabes–lo dejé caer, mirándolo.

Frunció el ceño pero no dijo nada más.

(...)

Enseguida, nos aburrimos de jugar y paramos.

–¿Os apetece dar una vuelta? Aquí cerca hay un paseo bastante bonito–propuso Jack.

–Me encantaría–opinó Elle.

–A mi también–le apoyé.

–Pues coger un abrigo que a la orilla del mar hace aire–aconsejó Daniels.

Fui hacia mi habitación y cogí el primer abrigo que pillé. Cuando iba a salir, iba tan deprisa que me comí el pecho de Adler.

–Perdón–murmuré tímidamente.

–No es nada–sonrió.

–¿Vamos?

Asintió.

(...)

Al llegar al paseo, enseguida Alexa y Elle se pusieron junto a sus parejas.

Yo estaba con Jack, Daniels y Adler ya que, mi primo había decidido quedarse con Rossie en casa. Muy extraño.

–Es muy bonito–comenté embobada.

Adler pasó su brazo por mis hombros.

–Si lo es, sí–opinó mirándome.

Nos encontrábamos con las miradas fijas mutuamente. No decíamos nada pero, nos entendíamos solo con mirarnos.

Él se acercó poco a poco a mí y, cuando solo quedaban unos milímetros de distancia, la corté, uniendo nuestros labios.

El beso fue suave, como si temiera hacerme año. Miles de sensaciones me recorrieron el cuerpo cuando puso sus manos en mis caderas y me atrajo hacia él.

–Me siento solo–la voz de Jack hizo que nos separásemos.

Él y su hermano estaban mirando la escena, mientras la comentaban.

Me sonrojé levemente.

–Pero, seguir. Seguir, chicos–incitó Daniels.

Reí y les saqué el dedo medio.

–Que agresiva–oí decir a Jack.

Rodé los ojos y seguí caminando junto a Adler.

(...)

Ya más tarde, cuando ya estábamos en casa, dijimos de irnos ya a descansar.

Bostecé.

–Tengo mucho sueño.

Adler asintió dándome la razón.

Un momento.

Iba a dormir con Adler. En la misma cama.

Madre mía. Madre mía. Madre mía.

Tranquilízate, Emerine.

Me metí en la cama y me arropé con las sábanas, esperando a que Adler lo hiciese también.

Cuando lo hizo, nuestras caras estuvieron bastante cerca.

–Oye ¿puedo hacerte una pregunta?

–Ya la has hecho.

Le golpeé juguetona mente su brazo.

–Otra.

Asintió riendo.

–¿Nosotros...–hice una pausa–hemos hecho–me sonrojé–eso?

–¿Qué es...eso?

–Si...Hemos llegado a algo más que besos.

–¿Si hemos follado?

No sé porque, reí ante sus palabras.

–Si, eso.

–Pues... Si.

Abrí los ojos todo lo que pude.

Con que no era virgen.

–Ah–respondí simple.

–Buenas noches, Em–besó mi frente y cerró lo ojos.

Sonreí.

–Buenas noches, Ad.

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Holaaa

Aquí el capítulo 21 :)

Espero que os haya gustado.

El próximo capítulo lo tendréis el sábado o el domingo.

INSTAGRAM: @lidiasstorm

¡Nos leemos pronto!

–Lidia.