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LECCIÓN A LOS NUEVOS

El salón de clases increíblemente no ha cambiado en nada, tantos años en pie y sigue estando la puerta que rechina al abrir, el pizarrón ladeado y las estrelladas ventanas, todo grita "viejo", pero eso parece no molestar al maestro que nos ve con cara neutra, tal vez él tampoco quiere estar aquí, pero al ser su obligación el educarnos, creo que no le queda de otra.

Ase una pequeña tiza, se gira al pizarrón y comienza a trazar no sé qué, haciendo que el apacible silencio se vea interrumpido por el constante golpeteo de la tiza al escribir. Cruzo los brazos, apoyando mi espalda contra el respaldo del asiento y a mi lado Bokuto hace lo mismo, solo que él suelta un bostezo exagerado y sus manos las coloca tras la nuca, viendo con verdadero fastidio al frente. Está más aburrido que yo, eso es obvio. Él es más de andar corriendo por las praderas o algo así.

Gracias al fuego del abismo que nos ha tocado en la misma clase, lamentablemente Sugawara y Tsukki no, ellos incluso están separados y eso es nuevo. La vida pasada pasamos toda la vida escolar juntos, nuestros humanos siendo grandes amigos y burlándose entre ellos. Ahora que lo pienso, ¿qué habrá sido de la familia de él? No es como que fueran de mi total agrado, hicieron de la vida de ese chico una mierda, sin embargo él los quiso y por ello no dudo en sacrificarnos cuando...

Un gruñido se escapa de mí, haciendo que Bokuto sonría complacido. Los malos humores le atraen como miel a las abejas. Golpeo su costilla, haciendo que suelto un quejido entre risas, antes de intentar devolverme el golpe. Sujeto su muñeca cuando ha estado a punto su puño de hacer contacto contra mi estómago, me ve a los ojos con una maldita sonrisa lunática y yo hago lo mismo, ¿quieres pelear pequeña mierda? Bien.

— Ustedes dos, — mierda. — ¿pueden pasar al frente y decirme qué he hecho? Sino, solo díganme qué es.—la pregunta me hace prestar atención al pizarrón, en donde el profesor ha hecho...

— Es un sello Reiki. —la respuesta de Bokuto me hace volver a verlo, pero está vez sorprendido, pues ha respondido muy rápido y sé que ese tipo de cosas no son sus fuertes. Sacudo la cabeza, soltándole la muñeca para sentarme correctamente.

— La Pagoda, en sí. —el humano nos ve con los ojos entrecerrados, los lentes de aumento solo hace que parezcan más pequeños. — Es de curación.

— Correcto, pero aunque hayan respondido bien no deben de pelear en mi clase ¿Entendido?

Vuelve su atención al pizarrón sin siquiera esperar respuesta, comenzando a explicar lo que he escuchado por años, pero puede que otros no; el profesor es consciente que puede haber nuevos demonios y no dudo que sea así, cada día hay más humanos que nacen ligados a un demonio pues los infiernos comienzan a llenarse de sobremanera.

Usualmente el creador de vida da el tiempo suficiente para que reconozcan sus errores y puedan purgarlos, sin embargo, el hecho que sean asesinados o caigan en depresión por las tragedias que suelen rodearlos cometiendo así el suicidio, les impide llegar a eso. Al perdón y la reencarnación en otro cuerpo, otro tiempo. Otra vida. Es lamentable que así sea, no porque sienta alguna empatía por ellos es solo que me preocupa mi hogar, ¿mi casa habrá sido ocupada por esos idiotas? Espero que no.

El maestro explica que el sello Pagoda es usado para la sanación a distancia, por si en algún momento nos vemos separados de nuestros "señores", de igual forma se usa para purificar y proteger a las personas y los lugares. Sirve contra las posesiones, fantasmas o cualquier ente. Sei He Ki, es su pronunciación a la hora de usarla.

No recuerdo haberla requerido alguna vez, jamás me separe de mis humanos y, bueno, soy un demonio fuerte. Vencí a todos los bastardos que se creyeron mejor que yo y no dudare en hacerlo de nuevo, si tengo que hacerlo. Por otro lado, ¿por qué Bokuto lo ve con tanto interés? Pareciera que pone atención el cabrón. Es bueno en su actuación, tal vez deba pedirle algunas clases. Por otro lado ¿qué le puede interesar de esto? ¿Le preocupa su nuevo humano? ¿Cómo será? No lo conozco pues en el transporte que nos trae a la escuela se divide en dos: demonios y humanos. Los segundos saben que demonio le pertenece a cada quien, sin embargo, nosotros no conocemos a los Señores de los demás.

El Demonio PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora