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La mirada azulina de Kageyama observa desde lejos el cuerpo de Kuro, el cual no deja de temblar o sudar mientras habla entre sueños una lengua que no logra descifrar del todo y es extraño, siendo demonio debería poseer conocimiento al respecto ¿no? Las cadenas que yacen sujetándolo de las muñecas y tobillos, le impiden moverse del centro de la cama, pero cada vez que se mueve estando dormido, en el hierro brillan las letras que yacen escritas en hebreo: "לא ראוי" que significa: no es digno.

¿Qué significa aquello? ¿Qué significa todo lo que acaba de pasar?

Kuro prácticamente tomó su verdadera forma y atacó a sus amigos, a Bokuto le dejo con heridas graves en brazos y abdomen, todas y cada una de ellas con apariencia grotesca, a unos centímetros de llegar a una arteria importante u órgano. Recuerda que hace unos días atrás les vio entrenar y en ningún momento sus golpes llegaron a ser así de peligrosos, ¿por qué ahora sí? ¿Qué es lo que vio que le hizo comportarse de esa manera?

Sospecha que tenga algo que ver con el supuesto ángel que mencionaron el director y Lev.

"Supuesto" porqué él no lo vio; no le dejaron. Mucho antes de subir a la camioneta, Hinata le cubrió los ojos con una venda y le guio usando una voz suave, de alguna forma eso le preocupó más. Aunque con Oikawa, que no había dejado de decir lo jodidos que estaban y en la mala posición en la que ahora se encontraban, no ayudaba mucho, pero ¿acaso eso es verdad?

Suelta un suspiro y un poco cauteloso termina con la distancia que le separa de Kuro, se hace con el trapo húmedo que yace a un lado y lo sumerge en el cuenco de agua, lo exprime ligeramente y lo coloca con suavidad sobre la frente del demonio, quien suspira con alivio a pesar de encontrarse dormido.

— ¿Ya ha despertado? —en respuesta niega con la cabeza, voltea sobre su hombro y se percata de la triste mirada de Tsukki, quien al verse descubierto desvía la mirada. Bokuto, quien yace un paso enfrente del rubio, sonríe levemente— Bueno, Kenma está muy bien ahora, así que no ha de pasar mucho para que despierte.

— ¿Su señor se puso mal? —cuestiona— No le vi ninguna herida.

— Porque no las tiene, pero para una pronta recuperación de Kuro, necesita poner de su parte —aclara el rubio, sin volver la vista al frente. Luce una expresión despreocupada, aunque su postura deja en claro lo nervioso que se encuentra—. ¿No saliste herido?

— No, ni siquiera pude moverme cuando le vi en esa forma. Tampoco es como si hubiera podido hacer algo; soy tipo fuego, el entrometerme solo hubiera causado más problemas —hace una ligera mueca, volviendo su atención a Kuro—. Oikawa no dejo de decir en ningún momento que estábamos jodidos, por alguna extraña razón, le creo.

— No es de sorprenderse.

— ¿Qué fue lo que ocurrió allá? Y no mientan; sé lo bien que se nos da eso, pero no quiero una lección impartida por ustedes.

— ¿Y qué te hace creer que nosotros sabemos algo? —Bokuto se adentra a la habitación, andando por ella como si fuera un mero espectador— ¿Has visto mis heridas? Yo fui una víctima de ese ataque.

— Pero no lucias inocente, eso quiere decir que sabes algo.

— En parte, sí. ¿Recuerdas cuando Kuro y tú tuvieron "ese" polvo?

— No del todo; hay unas partes que se vuelven borrosas y otras más, no logro comprenderlas. Es como si algo evitara que lo hiciera, que recordara.

— Es un mecanismo de defensa —habla por fin Tsukishima, adentrándose a la habitación para después cerrar la puerta tras de sí—, todos los demonios lo poseemos.

El Demonio PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora