Estaba de nuevo en aquella sala después de dos días.Esta vez esperaba obtener una respuesta más positiva de su dueño.
Sus dedos tamborileaban nerviosos sobre una de sus rodillas, y todavía ni siquiera había tocado la taza de café que le había ofrecido Charasuke.
«Naruto bajará en un momento», le había dicho antes de desaparecer por las escaleras que supuso llevarían a su habitación.
Habían pasado ya más de veinte minutos, y su paciencia estaba a punto de ceder.
No se marcharía sin hablar con él; si lo que pretendía Naruto Namikaze era lograr que se cansara de esperarlo y se marchase, estaba muy equivocado.
Estaba dispuesto a esperar el tiempo que fuera necesario.
Cinco minutos después, lo vio bajar las escaleras con lentitud.
Llevaba unos vaqueros bastante holgados y una blusa blanca que dejaba por completo al descubierto sus hombros.
Advirtió de inmediato en su rostro el fastidio por verlo allí, y no se molestó en disimularlo.
Itachi se puso de pie y extendió su mano, pero él rechazó cualquier contacto y se sentó en el sofá de una plaza y quedó frente a él.
—No creí que volvería —le dijo tajante mientras observaba una carpeta que él llevaba consigo.
Itachi volvió a sentarse y cuando lo miró, le sonrió.
Pero la actitud fría y distante de Naruto le borró la sonrisa de la cara.
—Era necesario hacerlo, Naruto.
Le molestaba que lo llamara por su nombre de pila; prefería que lo llamara «señor Namikaze», pero no le dijo nada.
Se veía claramente extenuado. Unos surcos se dibujaban debajo de sus ojos, el nudo de su corbata de seda estaba casi deshecho y la camisa color beige, que llevaba debajo de la chaqueta, arrugada.
Apartó de inmediato la mirada cuando él descubrió el escrutinio al que estaba siendo sometido.
Juntó ambas manos sobre su regazo. Aquel hombre solo lograba que él se sintiera inquieto.
—Le dije que no había nada que yo pudiera hacer para ayudarlo. — Intentó sonar calmado y seguro de lo que decía.
—Tal vez esto logre hacerle cambiar de opinión. —Colocó la carpeta que había llevado sobre la mesa.
—¿Qué es esto?
—Descúbralo usted mismo.
Naruto posó su mirada en la carpeta de cartón oscuro que el detective señalaba.
Dudó un instante sobre lo que estaba a punto de hacer, pero al no obtener ninguna respuesta de parte de Itachi, supo que abrir esa carpeta era lo único que podría sacarlo de su confusión.
Levantó la solapa y la cerró de inmediato.
—¡Por Dios! —Un escalofrío le recorrió la espalda—. ¿Qué pretende al mostrarme esto?
—Que conozca la realidad. Es lo único que pretendo de usted —le dijo con seriedad.
Podría haberle dicho que también esperaba un poco de comprensión y buena voluntad de su parte, pero se lo aclararía en otro momento.
Naruto trató de ponerse de pie, pero él fue más rápido y lo sujetó de la muñeca.
—¡Suélteme! —le rogó.
Itachi no lo soltó; por el contrario, lo obligó a sentarse nuevamente, pero Naruto se apartó cuando él se acomodó a su lado.
—Es usted el que me obliga a ser grosero y comportarme de este modo —le dijo para justificar su actitud impulsiva.
—¡No puede obligarme a hacer algo que no quiero! —le gritó y lo miró directamente a los ojos.
¿Cómo haría para convencerlo de que sólo quería protegerlo y no dañarlo?
Lo soltó lentamente, pero no podía dejar de contemplarlo.
Aun con el temor y la rabia reflejados en sus pupilas, aquellos ojos celestes parecían haber lanzado un hechizo en su contra, y no estaba seguro de querer romperlo.
Después del silencio y la tensión, por fin Itachi le habló.
—Lo siento, debería haber sido menos rudo con usted, Naruto.
Naruto se enderezó en el asiento y se cruzó de brazos, como si con aquel gesto pudiera defenderse de aquel hombre y de lo que pretendía con él.
—Quiero que entienda que si he regresado a verlo es porque las cosas han cambiado. —Hizo una pausa para respirar hondo—. Ha vuelto a atacar. —Observó que él entraba en estado de alerta—. Esta vez nos ha dejado un mensaje.
—¿Un mensaje? —El ceño fruncido le daba el aspecto de un joven capaz de sobreponerse a sus miedos, pero Itachi sabía cuán frágil era en realidad.
—Es mejor que lo vea por usted mismo. —Tomó la carpeta y buscó entre las fotografías tomadas al cuerpo sin vida de Tobi Hodgins.
—Creo que ya he visto lo suficiente —le dijo.
Sintió náuseas de solo pensar en las imágenes que había visto segundos antes, sabía que tardaría en borrarlas de su mente.
Itachi encontró la foto que quería que él observara y cubrió la mitad con uno de los papeles metidos en la carpeta; no era necesario enfrentarlo de nuevo con la imagen del rostro del muchacho muerto.
Naruto lo miró, mientras él hacía el esfuerzo por cubrir la parte más horrible de la foto y la acercaba hacia él.
Antes de descubrir lo que él insistía tanto en mostrarle, volvió a mirarlo a los ojos y logró tranquilizarse, aunque sin conocer la razón de aquella repentina calma.
Leer lo que estaba escrito en el cuerpo de aquel joven fue devastador para él.
Experimentó una fuerte presión en la cabeza y creyó que le estallaría en cualquier momento.
...
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No me olvides [ItaNaru]
FanfictionUna noche de verano, Naruto Uzumaki fue secuestrado. Tres meses más tarde, una familia lo encontró inconsciente en un bosque que rodeaba al lago de la hoja. Después de ser llevado de urgencia al hospital, Naruto recupera el conocimiento, pero no la...