Sentí sus brazos envolver mi cuerpo mientras una calidez me invadía. "Jones". Susurre contra su pecho y escuché como reía suavemente. Quise apartarme de él para poder observar su rostro, pero cuando lo logré no pude ver nada, de repente estaba yo sola en un lugar desconocido y un agujero en mi corazón.
Desperté con la suave brisa de la mañana que entraba por una rendija de mi ventana. Suspire exhausta. Ese tipo de sueños me habían perseguido toda la vida. Mi abuelita solía decir que yo soñaba con premoniciones, nunca le di la razón en vos alta, pero todo sueño que cruzaba por mi mente luego sucedía. Eso solía asustarme cuando era más pequeña, pero a medida que fui creciendo, fui dejándome llevar por mis extrañas visiones, sino me resistía a ellas las cosas pasaban casi como si yo no supiera lo que se acercaba.
Mientras caminaba por las baldosas de mi pequeño departamento, el olor a lluvia matutina despejó mi mente. Me di una ducha rápida y envuelta en una toalla me acerqué a la ventana para mirar al exterior. El sol apenas estaba empezando a calentar y ya se veían algunos corredores que pasean por las calles de Riverdale. Era un pueblo nuevo para mí, pero la gente compartía algunos hábitos usuales a donde quiera que yo fuera. Dejé de mirar hacia afuera y me apresure a cambiarme, no quería llegar tarde a mi primer día en la nueva escuela. Me vestí con un jean negro, una blusa azul con botones arriba de una básica y me calcé mis zapatillas Converse. No era el tipo de chica que le gustaba llamar la atención, así que mientras menos destacara, sería mucho mejor para mí. Una vez que estuve lista, salí de mi pequeño hogar y me subí a mi viejo Torino, había sido un regalo de mi madre antes de que nuestros caminos se separaran. Conduje con rapidez y para cuando me di cuenta estaba entrando en el estacionamiento de Riverdale High School. Una típica secundaria estadounidense. Estacioné en el primer espacio que encontré y bajé con tranquilidad acomodando mi vieja mochila en mi hombro. "Tú puedes hacer esto, Ann, eres una mujer fuerte que no le tiene miedo a los nuevos comienzos." Las palabras de mi hermano rondaban por mi cabeza mientras me acercaba caminando al establecimiento. Una vez que estuve dentro me detuve unos segundos a observar a mi alrededor. Todo parecía bastante normal. Pasillos largos llenos de casilleros, algunas aulas a la vista y los alumnos que recién comenzaban a llegar remolineando con cara de cansados alrededor de sus amigos. Puse mi mejor cara de perdida, aunque en realidad me sentía así, y me acerque a un chico con cabello castaño y un lindo suéter blanco. -Disculpa, es mi primer día y no se a donde debería ir para pedir mis horarios. -Sonreí con timidez y el chico me devolvió una amplia sonrisa. - ¿Nueva gente en Riverdale High? Esto se está haciendo una extraña costumbre. -Dijo para sí mismo y me tendió una mano para que yo la estrechara. -Mi nombre es Kevin Keller, pero puedes llamarme tu guía turístico gay. -Frunció el ceño. -De hecho no, solo llámame Kev. -Solté una pequeña risa. Amaba a las personas que creaban toda la conversación. -Un placer conocerte Kev, tu puedes llamarme Beth. -Nos sonreímos mutuamente. - ¿Sin apellido? -Preguntó curioso y yo negué. -Oh no, mi apellido es Strawberry, pero es difícil vivir siendo una fresa. -Bromeé lo cual a Kevin pareció encantarle. Tomó mi brazo y comenzó a guiarme por los pasillos. -Empecemos con el recorrido chica fresa. -Me guiñó un ojo y riendo me mostró todas las instalaciones del establecimiento. Cuando terminamos con el pequeño tour me acompañó a buscar el horario con mis asignaturas y hasta me escoltó a mi primera clase. Amo a los chicos de pueblo, son tan agradables que uno quisiera adoptarlos.
Pasé la primera parte del día divagando por los pasillos y tratando de prestar atención en clase. Le había prometido a Kev que durante el almuerzo me sentaría con él y sus amigos, me alegraba saber que al menos tendría a alguien con quien charlar un poco. Cuando estaba llegando a la cafetería me tropecé con un chico cuyo atuendo era un poco chico para su esculpido cuerpo. Traté de no echarme a reír porque sabía que eso molestaría a alguien como él, en vez de eso me disculpé en voz baja y recibí una penetrante mirada como respuesta. -Tranquilo Sweet Pea, la chica se acaba de disculpar. -Una cálida voz apareció al lado del enorme muchacho, se trataba de una chica morena con un hermoso pelo violáceo. -Ignora a SP, se pone nervioso alrededor de chicas hermosas. -La morena me sonrió ligando conmigo y me tendió una mano para que la estrechara. Solté una risa nerviosa y le sonreí devuelta. -Está bien, estoy acostumbrada a causar esa impresión en los chicos. -Bromee y la chica río. -Y ahora puedes decir que causas la misma impresión en las chicas. -Me guiño un ojo. -Por cierto, soy Toni, ¿Cuál es tu nombre? -La chica estaba abiertamente ligando conmigo pero por alguna razón eso no me causaba incomodidad, solo me parecía gracioso. - ¿Puedes dejar de coquetear con todas las chicas bonitas que aparecen por aquí? -Sweet Pea habló por primera vez fulminando con la mirada a Toni, pero en su rostro había una pequeña sonrisa. -No puedo evitarlo, está en mis genes. -La chica se excusó y yo reí levemente. -Pueden llamarme Beth. -Les regalé una enorme sonrisa a ambos. -Y tengo que ir a buscar a alguien, pero si quieres la próxima yo puedo ligar contigo Sweet Pea. -Le guiñé un ojo con una sonrisa juguetona y terminé mi camino rápidamente hacia la cafetería escuchando la enorme carcajada de Toni. Al entrar al ya abarrotado lugar escuché a alguien gritar mi nombre. Kevin estaba moviendo su brazo para llamar mi atención, yo lo saludé con una pequeña sonrisa y me dirigí a buscar algo de comer antes de acercarme a él. Kev estaba sentado con tres personas más. Sus nombres eran Veronica, Archie y Betty. Todos parecían bastante agradables, aunque también parecían salidos de un catálogo de moda. Eran personas sumamente agraciadas y eso era decir poco. Veronica era la nena de papi, vestía ropa súper elegante y tenía un hermoso cabello negro. Archie era todo un adonis, con una impactante cabellera pelirroja y una sonrisa deslumbrante. Por ultimo estaba Betty, el perfecto estereotipo de chica rubia y con clase, que parecía tener todo bajo control. -Dinos Beth, ¿de donde vienes? ¿Cómo terminaste en Riverdale? ¿Tienes hermanos tan guapos como tú? -Veronica me acribillo a preguntas mientras yo masticaba mi hamburguesa. -Déjala respirar, V. -Archie me sonrió y pasó un brazo por los hombros de la morocha. Yo le devolví la sonrisa y comencé a hablar lentamente. -Acabo de mudarme de Denver, Colorado, pero no es la primera mudanza que hago, desde hace 5 años he estado recorriendo distintas partes de Estados Unidos. Así que he ido a una variedad alucinante de escuelas. Estoy acostumbrada a ser la chica nueva. -Me encogí de hombros y me lleve otro trozo de comida a la boca. Estaba consciente de que solo había respondido una de sus preguntas, pero esperaba haberle dado suficiente información para que se quedara tranquila o cambiara de tema. -Qué horror, tener que pasar por la incómoda bienvenida una y otra vez. -Betty se compadeció de mí y apoyo una mano en mi hombro. Yo le sonreí agradecida. -Una se acostumbra. -Luego de compartirles un poco de mi vida, ellos me contaron un poco de cómo funcionaban las cosas en la ciudad. Me hablaron sobre el asesinato de Jason y como ellos habían sido los que descubrieron lo que pasó en verdad, luego comentaron algunas cosas sobre un tal "enmascarado" pero pasaron a otro tema rápidamente, se ve que les incomodaba hablar sobre eso. Cuando la hora de almuerzo estaba por terminar un chico alto de cabellos negros y cara pálida se acercó a nuestra mesa. Llevaba un peculiar gorro negro en su cabeza que le sentaba extrañamente bien. -Jug -Betty se levantó y envolvió al recién llegado con sus brazos. El aludido sonrío cálidamente y le devolvió el abrazo. Era algo precioso de ver, mirar como dos personas se correspondían era algo hermoso. Luego de algunos segundos se separaron y Betty hizo las presentaciones. -Jughead ella es Beth, acaba de llegar desde Colorado. -Le sonreí levemente y estreche su mano, recibiendo una sonrisa un poco incomoda de su parte. Luego pareció recordar algo y soltó una carcajada. -Beth, ¿la que intento ligar con Sweet Pea? ¿Esa Beth? -Me sonrojé ligeramente pero me uní a sus risas. -Exactamente ella. -Nos miramos con complicidad y sonreímos. El chico me agradaba. Antes de que alguien más pudiera decir algo la campana sonó y todos nos dirigimos hacia nuestros salones.
Cuando el horario escolar terminó me dirigí con pesadez hacia el estacionamiento, el primer día había sido bastante agotador. Estaba por subir a mi auto cuando una mano toco mi hombro. Me di vuelta algo sorprendida y me encontré con Sweet Pea. El chico se rasco la nuca algo nervioso y yo levante la ceja esperando a que dijera algo. -Escucha Beth, Toni me pidió que te invitara al Whyte Wyrm. Es un bar en el lado sur de la ciudad. -Me tendió un papel con la dirección. -Generalmente solemos pasar el tiempo ahí, así que si te sientes aburrida y quieres compañía sabes dónde encontrarnos. -Me guiñó un ojo y vi como sus mejillas se ponían rojas en el mismo momento que las mías. Los dos soltamos risas nerviosas. -Gracias Sweet Pea, me lo pensaré y tal vez de una vuelta por allí. -Le di un rápido beso en la mejilla y me subí al auto sintiéndome una idiota. SP golpeó mi ventanilla y yo la bajé. -Por cierto, lindo auto. -Ahora el me dio un beso en la mejilla y se alejó caminando tranquilamente. Negué con la cabeza y mordí mi labio mientras encendía el motor. No podía dejar que un chico lindo me distrajera, tenía que descubrir porque mis premoniciones me habían traído aquí y definitivamente no eran por el chico de lindo trasero que se estaba alejando de mí en estos momentos.
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Careless Premonitions | FP Jones | Riverdale
FanfictionDesde hace cinco años que Annabeth se deja guiar por sus premoniciones y deja que la lleven a donde ellas quieren. La mayor parte del tiempo termina encontrando problemas, pero se considera a sí misma una chica con soluciones. Encuentra una respuest...