32. Día dos. Aprendiendo.

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*Narra Lauren*

-Haber Camila, esta es la última vez que te lo repito. Antes que nada hazlo lento.

Esta mañana lleve a Camila a un lugar despejado para que pueda enseñarle a manejar, el problema es que hasta ahora ella no cooperaba. Llevábamos casi una hora aquí y apenas podía encender el auto y avanzar tres metros.

-No puedo, ya me canse.- apago el auto y se cruzó de brazos

-¿Te cansaste? La que ya se cansó fui yo

-No puedo Lauren

-Si puedes

-Pero ya llevamos casi una hora aquí y apenas y puedo avanzar cuatro metros

-En realidad son como tres

-Ayúdame

-Hago lo que puedo

-¿Quién te enseño?

-Nadie

-¿Cómo que nadie?

-Me enseñaron a andar en moto pero en auto aprendí por mí misma, cuando iba en el auto con mis papás o mis tíos me fijaba que cosas hacían y de lo que me acordaba intentaba manejar y pues ya vez como manejo

-Entonces… ¿eso sirve?

-A mí me sirvió, pero es mejor que te enseñen ¿Por qué no le dices a tus papás que te lleven con algún instructor o que hasta ellos intenten enseñarte?

-Prefiero que tú seas mi instructora

-Te sugiero que mejor te ayude alguien más

-Claro, me lo dices ahora después de una hora intentando que maneje

-Bueno…si

-¡Lauren!

-La cosa es que ahora que pienso, después de que te dije como aprendí a manejar me hace pensar que realmente no se manejar perfectamente

-¿Qué me estas intentando decir?

-Que no te puedo enseñar, no se me el nombre de esto, ni de esto, ni esto y de casi todo lo que está aquí.- señale algunas cosas que se utilizan al manejar

-Agh ¿nos vamos entonces ya? ¿No podemos intentarlo una vez más?

-Camila…

-Por favor

-Suspire y asentí.- Ok, no te puedo decir el nombre  de estas cosas pero se supone que avanzas tres metros y ¿frenas, no?- ella asintió.- Entonces has lo que haces pero intenta no frenar y no ir tan rápido

-Lauren, si nos matamos, no será mi culpa será tuya

-¿Y porque mía?

-Porque sí. Ok, hago lo que hago.- Vi su procedimiento y si, paso los tres metros. La verdad si se me el nombre de estas cosas y si le hubiera enseñado bien a Camila solo que cada vez que prendía el auto y aunque hayan sido casi tres metros sentía que ya íbamos a morir.

-Lo estás haciendo.- le dije al ver como lo estaba haciendo

-No lo estoy haciendo ¡Lo hice Lauren!

-¡Así es! ¿Quieres dar otra vuelta o manejas hacia casa?

-Quiero ir a casa pero obviamente yo manejo.- empezó a acelerar.- ¡Esto es genial!

-¡Lo es! Pero ve más lento

-No hay coches, tranquila

Y entre bromas de Camila con que se iba a estrellar, que la verdad me di cuenta de que una si era cierta, llegamos a casa sanas y salvas.

Mi primer beso [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora