Último día y como lo sospechamos Thiago estaba decaído, triste.
No quiso levantarse, Yanelis prefirió que se quede acostado, yo lo acompañaría en lo que llegaba Christopher.
- ¿Quieres que te traiga algo de comer? - pregunté pero se negó - Thiago.
- ¡Hola! - ambos dirigimos la mirada a Christopher quién traía el desayuno para mi sobrino.
- Hola - dijo algo bajito.
- Te traje el desayuno, alguien me dijo que no querías comer, eso me pone triste.
- Te vas a ir tío Chris - comenzó a llorar.
- No pequeño - lo abrazó - viviré en la misma ciudad, voy a venir a verte, tú puedes ir a verme.
- ¿De verdad?
- Claro, le dejaré la dirección a tu mamá por si quieres ir - iba a levantarme para dejarlos solos, pero el agarre de Christopher no me dejó - pasemos el día los tres.
- ¿Pretendes jugar a la familia?
- ¿Por qué no?
- No estoy para tus juegos - me solté y salí dejándolos solos.
Esta situación no era difícil solo para Thiago, para mí también lo era, ya no lo vería hasta el día de su boda.
- Oye espera - escuché su voz.
- Voy a salir, cuida a Thiago - me giré - quizás llegue en la noche.
- ¿No pasarás el día conmigo?
- No.
- Pensé que quizás podíamos hacer algo los tres.
- ¿Qué pretendes?
- Nada, solo quiero pasar un buen día con ustedes, no los veré por días.
Tuve la intención de seguir avanzando, pero me lo impedía. Quería salir de aquí, evitar despedirme de él, que extraña se sentiría la casa desde ahora.
Pegó su cuerpo al mío, yo solo lo miraba. Unió sus labios con los míos, no me negué, necesitaba sentirlos.
- Por favor, pasa el día con nosotros - separó su boca de la mía.
- Está bien, pasemos el día juntos.
Nos tocó convencer a Thiago para que coma, no se despegaba ni un segundo de su tío Chris.
Cómo no quería salir nos quedamos viendo durante el día un par de películas, de a poco se le iba subiendo el ánimo.
Me daban unas ganas enormes de tocarlo, de encerrarlo y que no se vaya de aquí, me sentía tan presionado por mis sentimientos.
Me hizo una seña para que lo espere afuera.
- ¿Que pasa? - pregunté.
- Voy a extrañarte - confesó a lo que un nudo en la garganta se me formó.
- ¿Que faltó por hacer? ¿Que me faltó por hacer?
- Nada Erick, enserio que nada.
- Porqué no puedo retenerte entonces - tomé sus manos - no sabes cuánto te va a extrañar ese niño, cuánto te voy a extrañar yo.
- Tú me trajiste aquí.
- Lo lamento tanto por mi pequeño, pero trataré de hacer lo posible para que te olvide.
- Eso no lo vas a lograr, lo sabes - me pegó a la pared acercando su cara a la mía - ¿tú me vas a olvidar?
- No, y eso es lo que más me pesa - uní mis labios a los de él, quería sentir al menos por un momento que era mío, aunque sepa que eso no era cierto.
- No hagas las cosas más difíciles - se alejó.
- Hazme tuyo - pedí.
Negó con la cabeza y volvió a la habitación de Thiago, que humillación la mía.
Me encerré solo en mi cuarto, esperaba que las horas pasen los más rápido posible y se vaya de una vez.
Con tantos pensamientos me quedé dormido, el sonido de la puerta siendo tocada por alguien me despertó.
- Upa - levantó Thiago sus brazos llorando.
- Va a estar todo bien pequeño - lo tomé en brazos - yo voy a cuidarte, no te dejaré solo, yo no.
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Les recuerdos que esta novela será solo de una temporada, por si lo habían olvidado.