- Erick, tienes que ir a comprar tu traje, en una semana se casa tu amigo y aún no buscas uno - habló mi mamá.
- Eso haré hoy, no te preocupes - respondí sin ánimos - ¿Thiago ya tiene su traje?
- Sí, ya está todo listo.
Todos ya estaban más que preparados para esperar ese día, no era algo que me emocione en realidad.
Christopher a veces me llamaba, pero solo para hablar con Thiago, entre nosotros no mantenemos conversaciones.
Fui a darme un buen baño, tenía que estar limpiecito para probarme los trajes.
No había ninguno que me gustara o que sea de mi gusto, hasta que encontré uno en un tono carmín con detalles en negro, era perfecto.
Tuve que pedirle ayuda a la chica para que me ayude a buscar los detalles restante del traje, me veía bastante elegante.
Mi celular comenzó a sonar, era una llamada de Christopher.
- No tengo a Thiago en estos momentos, llámame en una hora aproximadamente y hablas con él.
- Quiero hablar contigo.
- ¿Conmigo? Dime.
- ¿Dónde estás?
- Dime qué quieres
- Hablar contigo, en persona.
- Mira, juntémonos en la entrada del centro comercial, estoy cerca.
- Está bien, nos vemos.
Me pareció extraño, podría haberme dicho lo que sea por teléfono, quizás se había arrepentido.
Estuve un buen rato esperando, estaba aburrido y no llegaba, quizás estaba jugando conmigo y yo el muy tonto viniendo.
- Lo siento por la demora - escuché su voz a mi lado.
- Demoraste bastante en realidad.
- Ven, vamos a comer.
- ¿No que solo íbamos a hablar?
- Lo haremos, pero no aquí.
Me llevó a un lugar a pocos pasos de aquí, no era de lo más cómoda la situación pero por algo me llamó.
- ¿Cómo ha estado Thiago? - preguntó para romper el silencio.
- Bien, a veces se acuerda mucho de ti pero ya no llora como los primeros días.
- Lo extraño mucho.
- Me imagino.
- ¿Tú? ¿Cómo estás? - preguntó.
- Bien, todo normal, tranquilo - respondí.
Era obvio que no era así, no estaba bien, no estaba tranquilo, estaba triste.
- Me alegro mucho, por ti.
- ¿Por qué me llamaste? Que es eso que no puedes decirme por teléfono - fui al grano.
Noté nerviosismo en él, no dejaba sus manos quietas.
- Verás...
- Ya Christopher, suelta lo que sea.
- ¿Quieres pasar mi última noche de soltero conmigo? - preguntó con su mirada fija en mi.
No lograba procesar lo que me estaba preguntando, no me esperaba esa propuesta.
- ¿Qué?
- Solo dime si o no.
- ¿Quieres que te haga el favor? ¿Por qué me tomas? - tomé la tela de su poleron para apretarla.
- No, no te lo tomes así - pidió con algo de culpa.
- No puedo creerlo - tomé mis cosas y salí del lugar.
Si quisiera estar con él, pero sentía que me estaba tomando como un juego, como alguien que solo se iba a conformar con lo que quede de él.
Mi mente me decía que no lo haga, que era un tonto si lo hacia, pero mi corazón sentía punzadas de solo pensar que podría estar con él.
Saqué mi celular para llamarlo, iba a cometer un gran error quizás.
- Cuándo, dónde y a qué hora.