Me levanto por el sol en mis ojos mierda no cerré las cortinas anoche, miro la hora las 10. Buena hora me levanto y no oigo nada, bajo a desayunar un poco de cereal mientras, veo videos en internet.
Dejo los platos en el lavaplatos y meto los de anoche también, subo a mi cuarto mientras busco un altavoz. Venga Dory donde mierda lo puse, al final lo encuentro, pongo música mientras voy recogiendo y colocando cosas.
Oigo un ruido y miro la hora las 12, de la mañana. Seria Annie, me asomo por la puerta y efectivamente es ella.
-hola, me han llamado de la mudanza con el resto de cosas que faltaban. Vienen en 30 minutos.-
-vale, sigo ordenando cosas.-
-muy bien yo mirare la casa a ver si falta algo.-
Continuo ordenando mis cajas hasta que termino de quitarlas todas, Annie aparece y me ayuda a tirar las cosas o guardar las cajas que están en buen estado.
La mudanza ya había llegado y seguimos ordenando entre las dos, para terminar pronto y poderme ir al centro comercial a comprar de todo. Annie tiene dos hijas que también van a mismo instituto que yo, a saber cómo serían.
Comimos juntas y me fui ella se iba a quedar a cargo de colocar lo que pudiera, llegue al mall y con el dinero que mi tía me había mandado para ropa y demás cosas, compre muchísimas cosas. Primero lo importante cosas para el instituto, después maquillaje, ropa y joyas.
Cuando llegue ya era de noche y Annie se había ido, fui a la cocina y me había dejado la cena y una nota.
'Han dejado tu moto y tu coche en el garaje. Buenas noches.'
Fui corriendo a ver a mis bebes, era lo único de mi pasado sin lo que no podía vivir, estaban en perfecto estado. No era muy tarde llamo a mi tía para decirle que todo estaba perfecto y que gracias por las cosas.
Lunes por la mañana:
Me levanto temprano y me pongo en el espejo, mi pelo rubio llega por debajo del culo es ondulado pero liso por arriba. Me gusta aunque tengo pensado ponerme algún color. Tengo unos ojos azules que me hacen parecer buena niña pero no lo soy.
Tengo unos tatuajes que me encantan, dejo de mirarme o se me hará tarde saco mi ropa, unos pantalones negros cortos desgastados. Se me quedan pegados al cuerpo y me hacen buen culo, un sujetador negro de encaje a juego con el tanga y una camiseta de tirantes negra con una calavera blanca en el centro y pegada al cuerpo.
Me coloco mis pulseras collares y mis piercing, tengo varios por todo el cuerpo. Tenía claro que hoy me iban a mirar todos, cojo mi mochila de victoria francés y me encamino al instituto, en mi moto. Al llegar todos se me quedan mirando, me bajo con lentitud y me quito el casco. Parece que no hay muchos me gusta llegar temprano.
Y ubicarme en el instituto, voy mi clase, me siento en uno de los pupitres al final de la clase para que no me molesten. Empieza a entrar gente, que seguro son las populares por las minifaldas, el escote y las capas kilométricas de maquillaje, yo también me maquillo pero no tanto.
Entra una chica con la cabeza gacha e evita mirar a la putipanda, vaya esto pasa en la vida real y no solo en los libros. Aunque intente pasar desapercibida la putipanda se levantan y van a por ella. Antes de que digan nada, doy un golpe a la mesa y las miro mal. Le digo a la chica que se acerque con el dedo y ella lo hace corriendo.
Era bajita con el pelo rubio, como yo y lo tiene, mas o menos por la mitad de la espalda, sus ojos era marrones claritos casi dorados. Muy guapa, muy tímida y eso en este mundo no servia, porque daban lugar a que otros se metieran con ella.
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Cicatrices.
Teen FictionPrólogo: El roto. Ella rota. El peligroso, mujeriego, pero sobretodo celoso. Ella peligrosa, desafiante pero sobretodo dañada.