Bueno por ahora no se nos están acercando, eso es bueno, esperemos que siga así y que si dios me escucha. Ashton no venga hoy al gimnasio. Bien parece que hasta ahora no va a aparecer, asique prefiero despreocuparme de eso y enseñar a Amary.
Que por sus suspiros y gemidos lo está pasando mal, decido ayudarla un poco y ahora le pega con más fuerza al saco. Tanto que este se tambalea un poco, voy a ponerme detrás y que le dé con más fuerza.
Termina el entrenamiento sudando y yo apenas hice nada, pero no quiero que nadie sepa que peleo y me reconozca. Salimos del gimnasio y la dejo en su casa, quedamos en ir otro día empezaremos con dos días a la semana, hasta que se acostumbre.
No me acordaba de la sensación de los guantes en mi mano, ir a un gimnasio está bien debería montarme uno en casa en plan minimalista. Así entrenaría tranquilamente y podría desahogarme. Dios que cómoda está la cama después de tanto trabajo.
Han pasado unos cuantos días, es raro que Ashton no haya ido ni al colegio ni al gimnasio. Ni él ni sus amigos las chicas si y son bastante simpáticas, a Amary le he cogido bastante cariño. Y Emery no es tan mala como parece.
Aarón y sus dos sombras, hacen que todo sea más oscuro. No sé porque no puedo dejar de pensar en él, Natasha me dijo que pensar tanto en alguien es porque me gusta. Pero no he sentido mariposas en el estómago, como con él.
-Amary, Emery ¿y el resto de vuestro grupo?-
-ellos están, bueno en sus cosas.-
No me convence la respuesta de Emery, miro a Amary y ella baja la mirada. Algo está pasando, lo averiguare por unas u otras formas. Estaban hablando de cosas triviales, se despiden y se van. Las sigo sin que me vean y me entero de que van a ver una pelea callejera.
Mierda no quiero ir pero, no quiero que les pase nada. Me reúno con Natasha y le cuento que esta noche iríamos a esa pelea, solo para proteger a esas dos. A saber que puede pasarle, me recuerdan a ellas, debo protegerlas.
Vamos de camino a la peluquería, quería cambiarme el pelo y ponerme algún color, así de camino que nos peinen y nos pinten para esta noche, no sé qué ponerme esta noche. Supongo que algo sexy sin parecer una puta.
Al final mi pelo será morado entero dios me queda genial, para que engañarnos. A Natasha también le queda genial como le han dejado el pelo, esta peluquería es buena. Y ni que decir que el maquillaje esta espectacular, tanto para ella como para mí.
Bien ahora a casa, a ducharnos con mucho cuidado y vestirnos, he mirado donde estaba el sitio y está un poco lejos. Pero cenaremos por allí y esperaremos, quiero esconder bien mi coche, si lo ven me van a pillar seguro. Aunque porque esconderme, me da igual que me vean seguro se enfadaran.
Estoy un poco preocupada y si alguien allí me reconoce, quizás no debería ir. No creo que me reconozcan, esto está muy lejos de mi hogar. En poco tiempo le he cogido cariño a Natasha y si se lo cuento, es mi única amiga, sé que puedo confiar en ella.
Tengo miedo de que se aleje, me da risa. Soy peligrosa muy peligrosa y tengo muchos miedos últimamente, antes no era así. No tenía miedos, tampoco era feliz, quizás es eso. Ahora tengo cosas que perder, que antes no tenía.
-Natasha, antes de que vayamos tengo que hablar contigo de mi pasado.-
-está bien.-
-espero que no te asustes y salgas corriendo, pero si lo haces no me molestaría.-
-cuéntame lo que sea, confía en mí.-
Me quedo en silencio y espero a llegar a casa, abro una botella de vino y sirvo dos copas. Me siento y empiezo a contarle todo mi pasado, sé que le afecta porque la oigo sollozar. Cuando termino me bebo la copa de un tirón y me sirvo otra, espero hasta que ella hable.
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Cicatrices.
Teen FictionPrólogo: El roto. Ella rota. El peligroso, mujeriego, pero sobretodo celoso. Ella peligrosa, desafiante pero sobretodo dañada.