ODDIO [REESCRIBIENDO][18+]✔️

CAPÍTULO XXII

[Editado]

Punto de vista de Colette Stansonn

Ya era lunes.

—Buenos días—la voz de Odd inundó mis oídos al entrar al auto.

Había pasado una hora antes por él a su apartamento y ahora estando ambos en el auto mi corazón palpitaba muy rápido y mi respiración se entrecortaba.

—Buenos días—respondí y agradecí mentalmente que mi voz haya salido lo más neutral.

Coloqué el auto en marcha y avanzamos hasta la empresa, mis piernas temblaban y tenía miedo que él lo notara.

Todo el camino a la empresa Odd la pasó en su celular, de vez en cuando me volteaba a ver pero después de allí nada, se mantuvo callado hasta llegar.

Ambos nos bajamos del auto sin dirigirnos palabra y caminamos hacia la empresa. Mi estómago se revolvía con cada paso que daba, mis ojos no se despegaban del hombre que caminaba frente a mí.

Era tan temprano que Dina aún no llegaba, los únicos en la empresa eran los guardias, cada uno saludaron a Odd con su debido respeto más el los ignoró.

Ambos entramos a la oficina, no había pasado ni un minuto cuando Odd se dio la vuelta y me estrelló contra la pared.

—Estuve esperando esto todo el fin de semana.

Gemí ante la fuerza de su agarre y él aprovechó a introducir su lengua de una manera extraordinaria. Sentí sus manos apretándome contra él tomándome de la cintura de manera posesiva.

Su tacto me hacía temblar, me convertía en una gelatina con facilidad. Gruñó un poco mientras estiraba su mano para cerrar la puerta con pestillo.

—No quiero que nadie nos vaya a interrumpir.

Dicho esto me jaló cerca de él mientras que caminaba hacia atrás lentamente, abrí mis ojos y noté que se dirigía hasta su escritorio. Bese sus labios con toda la intensidad posible mientras sus manos bajaban a mi trasero.

En cuestión de segundos se giró conmigo sin soltarme y me elevó sobre la mesa del escritorio haciendo a un lado bruscamente los papeles.

Abrió mis piernas y se colocó entre medio de ellas con facilidad, con ambas manos recorrió mis piernas desnudas.

—Me encanta cuando andas en falda.

Su boca bajó hasta mi cuello besando y lamiendo el camino de mi quijada, mis temblorosas manos pasaron hasta su cuello acercándolo hacia mi.