ODDIO [REESCRIBIENDO][18+]✔️

CAPÍTULO XXXVIII

[Editado]

Punto de vista de Colette Stansonn

—Ahora viene Odd, coloca a Colette sobre ti para que no la vea dormida.

Aún podía escuchar pero mis ojos no podía mantenerlos abiertos, sentí como estaba sentada sobre Ricardo, ambos con poca ropa, podía sentir su piel caliente.

De pronto sentí como con su mano peñizcó mi cuello haciéndome gemir del dolor.

De inmediato la puerta se abrió, quise voltear a ver pero Ricardo tomó mi rostro con fuerza besándome violentamente. Con su otra mano sujetaba mi cabello impidiéndome alejarme. Dolía.

—¿Odd? ¿Que haces aquí?

Ricardo preguntó. ¿Era Odd? ¡Al fin! Sabía que el vendría por mí.

—Has conseguido lo que quisiste imbécil. Eres una porquería, tu sabías que la amaba.

¿Amaba? ¿Dijo que me amaba? Mi corazón se movió fuerte, con todas mis fuerzas quise volver a girar y gritarle que también lo amo, lo amo con todo mi ser, pero Ricardo volvió a tomarme del pelo y besarme violentamente.

—Haz de sentir vergüenza Stansonn—dijo Odd con la voz pesada—Caíste muy bajo.

Se escuchó como Odd se alejaba y Cecilia gritaba para que no se fuera.

¿Se había ido? ¿Me ha dejado aquí? No tengo idea de porqué pero comencé a llorar .

Un sollozo ahogado comenzó a salir de mi.

—Oh no empieces a llorar estúpida—Katrina salió de su escondite mientras Ricardo me tiraba hacia un lado.

—Se ha ido—traté de susurrar en la cama sin poder moverme mucho, aún me sentía pesada.

—Claro que se ha ido, el sabe que eres una puta y que no podía confiar en ti. Odd fácilmente creyó que te acostarías con su primo. ¿Crees que te merecías a Odd? Le hemos hecho un favor, ahora te odia y le das asco.

Las palabras de Katrina solo lograron enfermarme más e incrementar mi llanto.

—Haz que cierre la boca—demandó Katrina y fue en cuestión de segundos que sentí un fuerte golpe en la mejilla, Ricardo me había cacheteado.

—Se lo ha creído, salió enojado hacia afuera—la voz de Cecilia inundó la habitación.

Ahora lloraba en silencio.

Odd jamás confiaría en mi, el creyó que yo le sería infiel, y ¿como no? Nunca le demostré lo contrario. Mi pecho dolía.

—¿Que haremos con ella?