Capitulo 4- ¿Por que de vería confiar?

130 6 0
                                    

NARRA (TN) Conelly:

No podía abrir los ojos,  solo podía sentir como alguien me llevaba algún lugar. Pasaron ya unas horas desde que me desmaye, en ese momento note como si  me arroparan en una cama… Me recordaba tanto a mi madre… ¿Seria ella? No creo estar muerta, pero quisiera estarlo. La  echo tanto de menos… Pero ¿Dónde estaba? ¿Quién me había llevado?

NARRA (¿?):

Recuerdo que iba a comprar algo para el instituto. Y a lo lejos vi una figura que recuerdo que era familiar, es decir la conocía de algo. Aquella figura se detuvo para apoyar una de sus manos en la pared. Continúo su camino y se volvió a detener unos  pasos más hacia delante, pero de repente cayó al suelo, supuse que fue acto de un desmayo provocado por algún motivo que desconocía. Fui corriendo hacia ella para recogerla del húmedo y frio suelo, si, eran días de invierno últimamente. Acelere mi paso y llegue donde ella se encontraba, extendí mis brazos y la  levante, la mire... era tan bella, pero tenía tantos moratones por su rostro. Parecía tan frágil pero a la vez tan inocente… Decidí llevarla a casa,  mama no llegaría hasta tarde al igual que papa. La lleve con mucha cautela a mi casa y la subo al piso de arriba a la habitación de invitados y la arrope para que no pasase frio. Yo mientras leería un rato para que la espera se hiciera más rápida.

NARRA (TN) CONELLY:

Comencé a despertar poco a poco. Estaba confundido por todo aquello que paso. No sabía dónde me encontraba, nada mas despertar mire hacia arriba, el techo era blanco. Mire hacia un lado y avía un gran armario cerrado de madera oscura, a su lado un espejo circular…Mirabas más hacia la izquierda y estaba la puerta. Mirabas en frente de donde yo me encontraba había una pared donde solo habían unos cuadros y se encontraba un gran escritorio. Por último mire a mi izquierda, se encontraba un chico… Ese  chico era… ¡ASHTON! ¿Era él quien me rescato de allí?

 Al verlo me asombre y me senté en la cama con los ojos como platos.

-¿Te encuentras bien? -Dijo cerrando el libro que estaba leyendo y lo dejo apoyado donde la cama.

Asentí con la cabeza.

-Te preguntaras donde estas, supongo. Pues bueno estas en mi casa, vi lo que te sucedió y decidí traerte aquí para cuidarte.

¿Dijo ‘cuidare’? ¿Dijo eso? Va, (TN) seguro que escuchaste mal… No te emociones.

 Me estaba mirando mientras yo pensaba, ¿Qué miraba? Me estaba incomodando mucho.

-¿Qu…Que miras? –Pregunte desconfiada.

-Tus heridas. Tú forma de actuar, todo, básicamente.-Dijo con mucha cautela.

Me quede dudosa. Y al oír eso, tape mi moratón.  Me levante de la cama y me aleje.

-¿Ahora tu también me golpearas, no? Por favor, no me golpes, espera a el instituto de mañana…-Dije con miedo.

-¿Golpearte? ¿Por qué lo iba a hacer? –Pregunto levantándose.

-No lo  sé, solo sé que todos los que me han ayudado, después me golpearon para ridiculizarme. –Dije con la voz temblorosa.

-Tranquila, confía en mí, yo no lo haré.-Dijo acercándose a mí.

-¿Por qué debería confiar en ti? No te conozco apenas, encima, siempre que confié me fallaron, así que decidí no confiar más.-Dije acercándome a la puerta de espaldas.

Un ángel con las alas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora