Epílogo

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Epilogo

*Narra Irene*

*Cuatro años después*

-Esta preciosa-Dijo Lucia.

-Se nota mucho la...-Empecé.

-Ahora sí que pareces una princesa de verdad-Habló Zayn apoyado en el marco de la puerta.

-¡Zayn!-Gritó Lidia saltando de la silla-No puedes ver a la novia antes de la boda, son las normas.

-Yo nunca cumplo las normas-Rió Zayn.

-Ya te gustaría a ti, anda sal, sal-Dijo Laura.

-Y no, la panza no se nota nada, el vestido la disimula prácticamente entera-Dijo Lucia cuando Zayn salió de la habitación.

Era un vestido totalmente vaporoso, que dejaba gran parte de mi espalda al descubierto y que se sujetaba a los hombros con una especie de tirantes hechos del mismo material vaporoso que el resto del vestido. (Multimedia(vestido+damas de honor))

-¿Cuánto queda?-Pregunté por enésima vez.

-Cinco minutos menos que la última vez que lo preguntaste-Dijo Lorena exasperada.

-Media hora-Dijo Lucia al ver mi cara.

Los nervios me comían por dentro, inconscientemente empecé a dar vueltas por toda la habitación.

-Irene, estate quieta, vas a hacer un surco en el suelo.-Dijo Laura.

-Perdón-Dije sentándome enfrente de un espejo.

-Tranquila, todo va a salir perfecto-Dijo Lorena echándome en el pelo medio bote de laca.

-Espero-Tosí-Me matan los pies...-Dije cambiando de tema.

-Eso te pasa por ir con esos taconazos, todo es mejor si te casas en converses como hice yo-Dijo Lucía.

Si, así es, Lucía también había pasado por el altar, Harry se lo pidió cuando se enteró de que estaba embarazada, el pobre casi se muere, ya sabéis como es Lucía y la va eso de contarlo en los momentos menos oportunos, no se la ocurrió otra manera de decirle que estaba de tres meses que comiendo espaguetis y claro una cosa llevó a la otra y se atragantó.

A las dos semanas Harry la propuso matrimonio y en menos de cuatro meses estábamos todos en un bosque, rodeado por cientos de pequeñas bombillitas colgadas de los arboles, esperando a que la novia apareciera con su precioso vestido de premamá.

-Ibas guapísima con el vestido premamá-Dijo Lorena.

-Hablando de madres...-¿Dónde están Dylan, George, Noah y Diana?-Preguntó Lidia.

Si, Lucía había tenido gemelos, eran prácticamente idénticos, pelo castaño oscuro y cara redondita, solo tenían una diferencia, Dylan, tenía los ojos verdes y George, les tenía marrones, eran unos diablitos de tres añitos y medio imparables,  tenías que estar con diez ojos para evitar que hiciesen alguna gamberrada, la ultima vez, tiraron al pobre gato de su padre a la piscina, ahora el gato no sale al jardín.

El pequeño Noah era un mini Liam ojiverde, eran dos gotas de agua, si Liam se rascaba un ojo, el pequeño de cinco añitos, se rascaba también, siempre que va al parque se mancha de barro, me acuerdo una vez que Liam tropezó y cayó en un charco, cuando volvió a casa no dejó de decir que su padre era un hombre de barro como él.

Y Diana... mi pequeña preciosidad, había crecido una barbaridad, dentro de poco cumpliría siete, era una niña muy lista, y seguía tan inocente como siempre, pocas veces se metía en líos y la encanta estar con nosotros, prácticamente había olvidado que una vez Asthon fue su padre, ahora le llamaba tío Ash,  y la encanta jugar con él.

Forgetting youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora