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Ameglia.

Espero abajo de la residencia a qué Patricio me venga a buscar, no aguantaba otra escena más.

Cuando veo el kiwi dorado estacionarse al frente sonrió.

Agarro mis bolsos y hago un trotecito hasta el auto.

- Mi salvación - exclamó divertida.

- El día que dejes de huir de tus quilombos va a ser el día que yo renueve mi auto - comenta riendo.

Me abre atrás para que guarde las cosas y cuando ya está todo adentro no cierra.

- ¿Valentín sabe que te vas? - me pregunta.

- Dale Patricio, vámonos - esquivo su pregunta.

- Bueno si querías huir fracasaste - dice por lo bajo y cerrando.

Miró para atrás y veo a Valentin corriendo hacia nosotros.

- ¿Dónde te vas? - pregunta agitado.

Trato de no mirarlo mientras quiero subirme al auto pero él hace más rápido y me impide el paso.

- Ameglia - advierte.

Lo miro y sus ojos reflejan desesperación.

- Me vuelvo a buenos aires, me aburro acá, siempre estoy sola - digo aunque sonó más como un reclamo.

- No te podés ir sin avisarme, sabes las cosas que están pasando - dice enojado.

Asiento y trato de abrir la puerta de el acompañante pero el sigue impidiendo eso.

- ¿Que te pasa ahora Ameglia? - dice pasando sus manos por su cabellera.

- Patricio dame la llave, manejo yo - el asiente y me tira las llaves.

Doy la vuelta al auto y devuelta está Valentín esquivando que yo pueda irme.

- No seas así boluda, decime lo que tengas que decir y listo - dice.

- Déjame pasar, me quiero ir - digo en un hilo de voz.

- ¿Es por Camila? - no le contesto y trato de empujarlo pero ni lo muevo - Ameglia, Camila es una compañera de trabajo, nada más.

- Era tu ex novia, Valentín, nunca me dijiste un carajo - lo señaló - te podés correr, por favor.

Trata de abrazarme pero no lo dejo.

- me quiero ir, por favor - lloriqueo.

Agarra mi cara y limpia mis lágrimas.

- Yo te amo a vos, Sabelo - me da un beso que no respondo - dale ame, un solo beso.

Sonrió mientras lágrimas salen sin mi consentimiento y lo beso.

El me agarra de la cintura y me abraza mientras me besa.

- Bueno gente, ¿nos vamos o no? - dice Patricio desde atrás.

Me separo de Valentín y le doy otro beso.

- Hola pato - saluda por primera vez a su amigo.

- Hola salame - dice divertido.

- ¿Nos vemos en buenos aires? - pregunta Valentín.

- Si no me voy, si - digo.

- Vos no te vas a ningún lado, quiero que estés en mi cama cuando vuelva - susurra para nosotros.

- ¡Cerdo, puerco! - grita Patricio haciéndonos reír.

- ¿Cuando volves? - pregunto abrazándolo por el cuello.

- Pasado mañana, no nos van a hacer grabar todo ahora - dice y yo asiento.

Acerca su cara y me quiere dar un beso pero tiro mi cara para atrás.

El rie y besa mi cuello.

Muerdo mi labio y lo miro.

- Me voy, por qué tu amigo me va a matar - le doy un beso- me olvide el cargador arriba, ¿Me bancas cinco pato?

- Ya te banque estos veinte años, no te voy a bancar cinco minutos - dice y yo le muestro mi dedo corazón para luego correr hasta la residencia.

Subo rápido los escalones y cuando llegó abro.

Entró al cuarto grande y busco mi cargador pero no lo encuentro por ningún lado.

Me arrodilló y busco abajo de la cama, encontrandolo.

Siento como la cama se hunde, levantó la cabeza y veo a Valentín sonreírme.

Río y me acerco a el.

- Te voy a extrañar en casa - digo apoyando mis manos en sus piernas.

- Patricio te está esperando - dice con la voz más ronca.

- Puede esperar un ratito.

Dejo el cargador al lado de su cintura y mis manos desaprochan su jean e bragueta.

Cuando quiere protestar yo ya estoy bajando su boxer.

Meto su pija en mi boca y trato de hacer movimientos rápidos para no tardar tanto.

Siento sus caricias en mi pelo mientras suspira.

Escucho los bocinasos y apuro todo haciendo que a los cinco minutos este tragando su semen.

Me paro y él hace lo mismo.

Agarro mi cargador, siento como me agarra la cintura y me apoya.

Río y me doy media vuelta.

Lo beso y quiere tirarme a la cama pero niego mientras lo sigo besando.

- Me voy - digo dándole picos.

- En casa te lo recompensó - dice mientras siento sus manos abajo de mi remera.

Muerdo su cuello y después me acompaña hasta abajo.

Nos damos otro beso y corro hasta el auto de Patricio.

El rie, niega para después subirnos y arrancar para buenos aires.

Elevados × WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora