2. Concierto

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Aclaración: las partes escritas en cursiva son flashbacks, muy posiblemente me pasaré el capítulo yendo del pasado al presente porque me gusta marear la perdiz(?


Castaño y albino caminaban tranquilamente hacia el sitio donde se llevaría a cabo el concierto tan esperado por el más alto; iban conversando amenamente mientras se dirigían hacia los controles de seguridad, sin prisa, con toda la calma...o al menos, así es como sería si no fuese porque en realidad llevaban más de cuatro horas de cola sin moverse del sitio, y, por si fuese poco, el pobre chico de ojos heterocromáticos llevaba rato aguantándose las ganas de ir al baño, ya que el otro no le permitía moverse del sitio.

Por su lado, Dazai no dejaba de mirar con mala cara el cartel de su izquierda, en el cual salía el cantante del grupo en cuestión, y que para su desgracia, el dichoso cartelito medía más de dos metros.

- Esto es publicidad engañosa. - Dazai dijo para sí mismo mientras seguía observando la sonrisa ladina que tenía el artista en la imagen publicitaria.

- Dazai-san... - el pobre chico suplicó al mayor por enésima vez que le dejase ir al baño, ya había probado todos los trucos que se sabía para intentar aguantarse pero ninguno había funcionado. - Dazai-san hay un baño allí mismo...lo estoy viendo...por favor...no tardaré más de cinco minutos...

- ¡Pero Atsuuuushi-kuuuuun! ¡Eres muy joven y inocente! ¿Y si te secuestran y yo no estoy para ayudarte?

- Al menos los secuestradores me dejarían ir al baño... - el pobre chico murmuró eso y rindiéndose siguió cruzando las piernas como buenamente podía ya que estaba de pie.

El de ojos marrones ni se giró a mirarlo mientras le hablaba sino que siguió observando el enorme cartel hasta que unas chicas se situaron a su lado y empezaron a cuchichear y a soltar grititos y risitas mientras admiraban a ese hermoso chico de pelo rojizo. Dazai rió para sus adentros, que decepción se iban a llevar al ver que su ídolo a penas llegaba al metro sesenta. Al volver a dirigir su mirada al sonriente pelirrojo recuerdos de esas dos ultimas semanas vinieron a su mente.


Después de casi sufrir un paro cardíaco al ver la foto de su supuesto cantante favorito, el alterado castaño tuvo que ser ayudado por sus amigos para sentarse y tratar de calmarse, claro que las preguntas de sus confundidos compañeros no se hicieron esperar.

- ¿Dazai-san está bien?

- ¿Le conoces?

- ¿Te duele la cabeza?

- ¿Le tienes miedo a ese chico?

La mente del pobre chico momia estaba tan saturada en ese momento que no era capaz de reaccionar a nada, así que en cuando se calmó minimamente, sin decir una palabra, recogió su guitarra y sus cosas y se fue de allí tan rápido que hasta se le olvidó pedir que ataran a los perros, y, debido a eso, tuvo que correr hasta la puerta que daba a la calle, claro que era tal su necesidad de descubrir si realmente el chico del folleto era quien creía que era que continuó corriendo hasta la parada del autobús mientras sus amigos lo miraban desde la puerta de entrada sin entender que es lo que acababa de pasar.

- ¡Wow! ¡Dazai está corriendo! - Kenji observaba con una sonrisa y una mano encima de sus ojos a Dazai recorrer la calle a toda prisa mientras Kyouka sacaba su móvil de su bolsillo para inmortalizar el momento.

- Pues si que es rápido... - Tanizaki comentó también con sorpresa, y Atsushi, después de mirar a sus amigos sin ser capaz de creerse sus reacciones frente a la situación, miró con pena al castaño que desapareció al doblar la esquina. Entonces Kenji se giró hacia sus compañeros ladeando la cabeza.

Backstage (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora