Dazai llevaba como mínimo media hora mirando fijamente la pantalla de su móvil. Con el ceño fruncido y estirado boca arriba en la cama con el dispositivo en alto, releía una y otra vez lo que había publicado en Twitter ese pintoresco grupo de música apenas unas horas atrás.
Al parecer, para poder pasar ese día con uno de los cantantes más famosos del momento, había que acertar el mayor número de preguntas posibles relacionadas con dicho cantante. El castaño pensó que era el evento más narcisista y estúpido que había visto en mucho tiempo, y volvió a pensar sobre su supuesto interés en el pelirrojo y en si de verdad quería verlo. Tal vez había otra forma de llegar hasta él que no fuera a través de ese tonto concurso, ya que obviamente no sería el único en entrar, y quién sabe lo mal que pueden llegar a estar los fans y lo que podrían llegar a hacer para pasar un día con su adorado ídolo. El castaño sonrió divertido, si solo supiesen lo malhablado, orgulloso y bruto que es su querido amor platónico se irían todas corriendo, espantadas por ese verdadero Chuuya, que no puede terminar una sola frase sin hablar de forma vulgar. Además, claro, de su irascible temperamento, su poca tolerancia a las bromas, su gusto desmesurado por el alcohol, sus ronquidos para nada poco ruidosos al dormir, su amor a los perros (algo que jamás entendería, es imposible querer a esas bolas de pelo babosas y con las neuronas funcionales justas como para comer, perseguir cosas y hacer mucho ruido sin motivo alguno).
Ensanchó más su sonrisa al pensar que la pasión por esos animales de Chuuya venía por un sentimiento de parentesco; Chuuya era definitivamente como un perro, él mismo lo había comprobado, por que Chuuya siempre acababa volviendo a él después de ser menospreciado y rechazado, al igual que un perro maltratado que seguía moviendo la cola al ver a su abusivo amo, pensando que tal vez en algún momento cambiaría su actitud hacia él. Pensó Dazai que ambos eran igual de ilusos por esperar algo así, ya que las personas no cambian.
El moreno soltó un suspiro al haber recordado momentos no muy agradables de su época de preparatoria, o de toda su vida en general, pero en especial en esa época. Tal vez Chuuya nunca había sido alguien que le cayese especialmente bien, eran completamente distintos y tenían formas de ver las cosas totalmente diferentes, pero eso no significa que se enorgullezca de algunas cosas que le hizo al pelirrojo durante los años que convivieron en las aulas, él mismo las calificaría como crueles y de muy mal gusto.
Tal vez era por eso que ahora no soportaba al pelirrojo, por que le recordaba constantemente todos los errores que había cometido y la horrible persona que era; sumado a que, a pesar del trato que recibió Chuuya, solo se hundió frente a él una única vez, y ahora, después de años, veía que estaba perfectamente y exactamente donde quería estar. Esa fuerza de voluntad y capacidad para soportar todas las palabras hirientes y luego volver a levantarse después de ser herido era algo que realmente envidiaba, desde el fondo de su corazón. Ese pelirrojo seguía encantado con su vida y él la odiaba, Chuuya se quería a sí mismo y él sentía asco de quien era. No era justo. No era justo que solo él sufriera de esa forma cuando todo el mundo parecía estar perfectamente bien.
Soltó un suspiro a la vez que cerró los ojos para tratar de olvidarse de todos esos agobiantes pensamientos que empezaban a hacer que la opresión en su pecho volviera; y justo en ese momento, el dispositivo entre sus manos emitió tal vibración que del sobresalto del castaño se le cayó directo a su cara. Típico de una historia barata.
Con pereza se incorporó hasta quedar sentado en la cama y vio que su móvil simplemente le había avisado de que había recibido un mensaje de Atsushi, el castaño decidió ignorarlo y responder más tarde, no sería la primera vez que tardase días en contestar, a veces simplemente no tenía la energía para hacer algo tan sencillo. Con la notificación fuera de la pantalla podía volver a observar el anuncio del evento de Chuuya, que aún no estaba abierto; y probablemente lo mejor habría sido que dejase estar el tema y se dedicase a otra cosa, pero antes de poder pensar sus dedos se movieron solos y abrieron el perfil del cantante. Todo lo que Dazai pudo ver eran fotos de un sonriente pelirrojo junto a sus compañeros, o de él haciendo ejercicio o ensayando, acompañado de frases o pequeñas anécdotas; más que un perfil promocional parecía un baúl de los recuerdos personal del ojiazul. También había algún vídeo, alguna maqueta de nuevas canciones o simplemente trozos de ensayos, conciertos o tiempo de descanso. Entre ellos pudo descubrir una foto que en especial captó su atención: Chuuya acompañado de un Akita Inu blanco y dorado y con un precioso collar azul con brillantes. Casi que parecía la versión de Chuuya en perro. Generalmente le repudiaría ver una imagen de ese ser, per la forma en la que el perro miraba a Chuuya, como si no hubiese absolutamente nadie más que él en el mundo, mostrando una completa devoción por su amo...Dazai no tardó ni medio segundo en cerrar el móvil. Le dio envidia. No es algo que admitirá jamás, obviamente, pero siempre le había dado envidia ver en otros lo que él no tenía, por eso siempre estaba intentando arrebatárselo, de cualquier forma posible.
El castaño se revolvió el pelo con frustración, se suponía que tenía que ser mejor persona, que había cambiado, pero no se lo parecía en lo absoluto. Siempre lo estaba intentando, de verdad, pero siempre acababa mintiéndose a sí mismo, cometiendo vergonzosos actos como el del otro día en el concierto de Chuuya, y luego dejando que la gente pensara que era un cabrón, que no era nada más que un bufón, alguien indigno de ser humano.
Pero ya no. Antes le valía con eso pero ahora se había cansado, él le había demostrado que podía ser mejor, que podía quererse a sí mismo; aunque es cruel enseñarle eso a alguien que siempre ha vivido en la oscuridad y luego marcharse, sin realmente decirle cómo tenía que hacerlo para ser mejor persona.
Tras unos segundos dudando, se levantó de la cama y tras coger su guitarra se lanzó hacia la calle, llevando consigo poco más que las llaves, su guitarra y el móvil a pesar de que ya hacía rato que había anochecido. Total, si alguien quería matarle para quitarle lo poco que llevaba se lo agradecería. El castaño enseguida se riñó por pensar así.
Tras unos largos minutos caminando, llegó a su destino y entró sin prestar atención a su alrededor, de todas formas se conocía el camino de sobras.
Al poco se detuvo, respirando de forma levemente agitada por la caminata, frente a una fría lapida que se alzaba bajo un robusto árbol.
Sin decir palabra alguna, se sentó frente a ella, y situó la guitarra en la posición idónea para después, ponerse a tocar una melodía suave, de las primeras que aprendió hace ya más años de los que quisiera. Así estuvo varios minutos, sin saber exactamente el rato que había pasado, a veces cerrando los ojos y otras acompañando la música con un leve murmuro, sintiendo como el nudo de su pecho se deshacía lentamente y el dolor se disipaba junto con el sonido de las cuerdas al tocarlas. Al final, paró completamente de tocar y dirigió su vista hacia la lápida, respirando de forma profunda para que su voz saliera estable.
- Creo que lo voy a hacer, voy a disculparme con él... - Dazai llevó una de sus manos a la fría piedra para delinear con sus dedos las letras grabadas en la superficie. - Ese va a ser mi primer paso Odasaku...
Bueno...ha pasado un año, y, con toda la sinceridad del mundo, aún tengo sentimientos encontrados con esta historia...pero no podía dejarla allí cuando hay gente que seguís leyéndola y votando y comentando, creo que si se empieza algo hay que acabarlo, al menos por respeto a los que quieren ver como sigue. Así que, bueno, aquí estamos :')
No sé muy bien como quiero que vaya esta historia, el propósito original se ha ido completamente a la mierda y ahora, no lo sé, simplemente no quiero que sea muy fácil todo? Así que va a haber angst, no muy fuerte pero no va a ser todo un camino de rosas y el final aún está por determinar hacia donde decantarme, como veis, no hay nada claro XD
En fin, siento que sea un capítulo tan cortito y donde no pase básicamente nada pero tenía la mitad escrita de hace un año y no sabía como quería continuarla en ese momento y me ha parecido un buen capitulo para empezar a meter los desequilibrios del pobre Dazai.
Muchísimas gracias a todos los que seguís leyendo, votando y comentando, de verdad, si este fic tiene una mínima posibilidad de seguir, es 100% gracias a vosotros <3
Dicho eso, espero no tardar otro año en actualizar :"D
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Backstage (Soukoku)
Hayran KurguChuuya Nakahara siempre ha tenido el sueño de ser cantante, de poder transmitirle al mundo todo lo que siente y piensa. Osamu Dazai siempre ha encontrado su refugio del mundo que nada significa para él en la música, dónde busca un motivo para seguir...