Capítulo 13: La marca de fuego

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Hinata fue ingresada al hospital luego de que Naruto la llevara hasta la casa de los Hyuga en busca de ayuda. Estaba tendida en la camilla; Naruto y Neji estaban a su lado.

—No te preocupes Hinata, todo saldrá bien—susurró su novio mientras acariciaba su frente que hervía en fiebre como una tetera.

Enseguida el doctor se apareció en la habitación, ojeando su carpeta y acercándose a la paciente.

—Veamos... Es la señorita Hinata Hyuuga ¿cierto?—miró a Naruto y a su compañero por encima de los anteojos.

—Por favor doctor, tiene que ayudarla—la voz del rubio salió angustiada.

—Haré todo lo posible...—aseguró el especialista que comenzó por tomarle la temperatura y luego el pulso.

Cuando desabrochó el suéter para examinarla, casi se va de espaldas al ver lo que tenía.

—No puedo creerlo...

—¿Qué sucede doctor?—preguntó Naruto.

—Miren esto...

Tanto éste como Neji se quedaron pasmados como estatuas al ver la enorme marca roja casi quemada que ocupaba una parte del pecho de la chica. Su forma se asemejaba a una llama de fuego.

—Qué... ¿Qué es esto?—la marca le produjo cierto terror a Naruto pues nunca en su vida había visto nada parecido.

—No puede ser...—dijo Neji asombrado—. Eso es... La marca de fuego.

Naruto le miró confuso, al igual que el médico quien ajustándose los lentes dijo:

—Sea lo que sea, me parece que no hay nada que yo pueda hacer.

Estas palabras hicieron que el ninja perdiera los estribos.

—¿Cómo dice? ¿Acaso bromea?, ¿a qué se refiere con que no puede hacer nada?, ¿que no es un médico? ¡Usted tiene el deber de hacer algo!

Naruto lo sujetó por el cuello de su bata.

—Lamentablemente la medicina no posee conocimientos sobre este tipo de sucesos, además, los síntomas que presenta esta chica no son normales, son síntomas producto de esa cosa—señaló la marca—. Por eso es que no puedo hacer nada por ella. Lo siento.

—Ya suéltalo Naruto, él tiene razón—expresó Neji—. No hay nada que la medicina ni la ciencia puedan hacer.

Naruto miró a Neji como si hubiera visto a un espécimen del mal.

—Entonces ¿qué vamos a hacer? ¿Dejaremos que Hinata se quede aquí y muera?

—Cálmate...—respondió impertérrito—. Por supuesto que no nos quedaremos de brazos cruzados.

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—Pero ¿qué rayos es esa cosa que dijiste?—inquirió el rubio a su compañero.

—Es la marca de fuego. No sé mucho al respecto pero hace tiempo que escuché sobre ella: no se trata de una enfermedad sino de una especie de maldición. Desconozco su origen así que no puedo decirte con exactitud los síntomas y dudo de que alguien ajeno al conocimiento lo sepa.

—Y si nadie lo sabe ¿significa eso que no podamos hallar una cura?

—Yo creo saber de alguien que sí pueda encontrar una... Es mejor no perder más tiempo—respondió Neji pensativo—. Llévate a Hinata lo más pronto posible a casa.

—¿Y tú qué harás?

—Iré por la posible cura.

Dicho esto, ambos se apresuraron a sus diligencias.

NaruHina: Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora