Capítulo 6: Sólo para ti

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Hinata no podía creer lo que veía. Todo parecía como un sueño. No, una pesadilla, una pesadilla de la que quería escapar pero no podía, como no podía seguir viendo lo que presenció y por ello... se echó a correr.

—¡Hinata espera!—gritó Naruto despertando de su sueño.

Se libró de Sayuri y fue tras ella.

—¡Naruto, adónde vas!—gritó la muchacha a la que había acompañado todo ese trayecto, tomándolo por un brazo.

—Lo siento Sayuri pero debo ir por Hinata—le dijo zafándose del agarre.

La chica, ignorando sus palabras, intentó engatusarlo nueva vez, endulzándolo con palabras que sólo ella conocía, como si se tratase de un café amargo pero en esa ocasión no lo logró, Naruto no volvería a caer en sus juegos. Así se lo hizo saber.

—Escúchame Sayuri, no nos conocemos y ni sé qué es lo que quieres pero te lo voy a poner en claro: Hinata es mi novia y la única a la que amo y jamás, escúchame, ¡jamás voy a apartarme de ella! Así que no vuelvas a hacer una cosa como esta otra vez ¿de acuerdo? Adiós.

Naruto se volvió y se fue directo al bosquecillo, dejando a Sayuri en el aire.

La chica gruñó, dando un golpe con el pie al pavimento, airada de que sus planes no se concretaran del todo pero luego, una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.

''¿Qué tan mal habrán salido las cosas?''

//


—¡Hinata! ¡Hinata dónde estás!

Naruto gritaba frenéticamente mientras la buscaba por todo el follaje sin hallar rastro alguno. Sintió algo entre sus pies que le hizo detenerse: una enorme plasta de merengue, fresas y relleno de mermelada entre las suelas de sus zapatos. Se agachó y tomó una de las fresas; debía de ser de las clases de cocina en la que todos estaban horneando un pastel. El sabor que Hinata había escogido era...

—... de fresas...—murmuró con melancolía—. Hinata...

Se sintió tan desconcertado. ¿Cómo algo podía estar tan bien y de repente ponerse tan mal? No podía dejar de sentirse responsable de la situación.

Las hojas bailaban a su alrededor como si se burlasen de su idiotez por no haber frenado a tiempo a Sayuri pero... ¿Estaba todo perdido? ¿Algo podía hacer para remediarlo? Eso dependía de encontrar a Hinata y de que ella estuviera presta a escucharlo...

Tenía que hacer el intento de que eso ocurriera y debía moverse ya, antes de que fuese demasiado tarde.

//


Pese a que ya había anochecido, el cielo estaba henchido de nubes grises y oscuras, anunciando la lluvia que se derramaría por toda la Aldea. El viento era un murmullo violento que meneaba los cables eléctricos como cuerdas de una guitarra y tras un par de estremecedores truenos, comenzó a llover.

A Hinata le importó muy poco llegar empapada a casa. Sentía cómo cada uno de sus músculos gritaban de dolor como recién nacidos ante cada gota que la mojaba. Había pasado la tarde entera corriendo como una fugitiva, llorando sin rumbo fijo. Estaba muy cansada como para continuar, así que cayó rendida sobre el asfalto, exponiendo su rostro hacia la lluvia que se clavaba como diminutas agujas sobre su piel pero... ningún dolor podía compararse con el que sentía su corazón. Todo era ínfimo.

Naruto era otro al cual el chaparrón le abría más las heridas que una navaja. Caminaba abatido hasta que, atisbó a lo lejos, en la penumbra de las callejas, una figura postrada en el suelo.

—¿Será acaso...? ¡Hinata!

Corrió sin reparos hasta ella y al escuchar su voz, ésta se levantó y emprendió la huida. No quería verlo, no quería escuchar nada, ella los vio, ella...

—¡No Hinata, espera!

Naruto no comprendía el porqué de su reticencia a escucharle o siquiera a detenerse pero ¿no era razonable después de todo?

''Debe de sentirse muy mal'', mas no iba a darse por vencido, le debía una explicación y no dejaría que todo quedara como si nada. Aumentó la velocidad hasta que logró sujetarla por la cintura.

Ambos aterrizaron dolorosamente sobre sus rodillas. Permanecieron así por unos segundos. Naruto la apretó fuertemente mientras apoyaba su cabeza contra la suya.

—Hinata... por favor ya no sigas huyendo de mí.

—¡Suéltame Naruto!—gimió tratando de desembarazarse de su agarre.

—¿Qué te pasa?—murmuró apesadumbrado—. ¿Acaso ya no me quieres?

Hinata negó con la cabeza en respuesta, entonces, Naruto colocó su mano sobre su corazón.


—Tú no sabes mentir—le dijo serio—. Tu corazón me dice lo contrario. Hinata todo esto no es más que un mal entendido, no es lo que piensas, no es lo que parece...

—Pero yo te vi—reprochó ella, sollozando—. Vi cómo la mirabas, vi cómo estabas entre sus brazos, vi... lo vi todo.

—Hinata créeme, no pasó nada entre nosotros, de veras.

—Pero dejaste que te envolviera...

—Pero no viste que nada más comprometedor ocurriera ¿o sí?

Naruto le acarició el rostro y la miró fijamente a los ojos con ternura, una ternura que ella ya conocía.

—Hinata, escúchame, no sé en realidad cómo sucedió todo esto, no lo sé explicar pero lo que sí sé es una cosa y es que eres el amor de mi vida y eso nadie lo podrá cambiar. En mi corazón sólo hay lugar y espacio para una persona y esa eres tú. Una vez creí estar enamorado de Sakura, me gustaba mucho pero con el tiempo me di cuenta de que ella no era la dueña de mi corazón. Escucha, Sayuri podrá ser la chica más bonita de toda la escuela pero tú eres mi alma, sólo tú.

>>He aprendido que el amor no es sólo un compartir de besos y caricias sino un camino que deben recorrer dos personas que si de veras se aman, sabrán cooperar mutuamente para construir un futuro mejor, no siendo dos sino uno. Hinata, no tengo ojos para nadie, sólo para ti. Perdóname.

Hinata lo miraba. Sus ojos no mentían, estaban aguados... decían la verdad porque eran el reflejo de su corazón y ese lenguaje no mentía.

Naruto la abrazó con todas sus fuerzas y ella lloró aun más. Él la besó profundamente.

—Naruto...—ella le dio otro beso— perdóname tú a mí. He sido una tonta, yo también te amo.

—Lo sé mi amor, lo sé.

Ambos se refugiaron entre sí con sus cuerpos mojados y así permanecieron. Y la lluvia no amainó hasta que cada uno hubo agotado sus lagrimas.

//

El día en la escuela finalizó. Al regresar de los casilleros, Naruto encontró en su pupitre un trozo de pastel de fresas con una nota al lado que decía lo siguiente:


Espero te guste, esta vez lo hice sólo para ti.

P.D: perdóname.

Hinata♡    


Naruto sonrió y la luz del ocaso entró por la ventana del alto edificio de la escuela.     




(22 de julio 2018)

NaruHina: Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora