Capítulo 5: Sayuri

188 22 2
                                    

Naruto y Hinata almorzaban juntos en la azotea de la escuela. Como era un lugar que casi nadie frecuentaba, les pareció fenomenal tomar allí el receso y de paso, pasar un agradable rato los dos, a solas.

—Mmm... Hinata, este guisado te quedó delicioso —dijo el rubio con suma complacencia saboreando cada trozo de carne y vegetales que se llevaba a la boca.

—Muchas gracias Naruto, sabía que te iba a gustar —reviró un tanto sonrojada —. Bueno, iré abajo por unas sodas. Regreso enseguida.

Segundos más tarde cuando Hinata subía por las escaleras con las latas en mano, dos chicos, un chico y una chica respectivamente, captaron su atención. Ambos estaban en el umbral de la puerta y por la forma en que elevaban sus voces, Hinata intuyó que estaban enfrascados en una especie de discusión.

—Lo siento mucho Kagura, no fue mi intención —decía el muchacho tratando de acercarse a su compañera.

—¡No me toques! —replicó esta esquivando su abrazo —. Estoy muy enojada contigo. Lo que me hiciste no merece mi perdón.

—Pero...

—¡Basta Tsutomu, ya no digas más! Hasta aquí llegamos, lo nuestro se acabó.

Tras oír esto, el chico se quedó totalmente desconcertado y Hinata, afligida con lo que estaba presenciando, decidió no escuchar más y continuar con su camino mientras la pareja continuó discutiendo.

—Hinata, ya regresaste ¿por qué tardaste tanto? Ya iba a ir por ti.

Hinata simplemente le pasó la soda sin decir ni una sola palabra y al verla tan meditabunda, Naruto se percató de que algo tuvo que haberle ocurrido mientras fue abajo.

—Oye Hinata... ¿Te ocurrió algo? Te noto algo retraída.

Hinata lo miró en silencio y luego lanzó la mirada hacia la pareja que se iba disgustada escaleras abajo.

—Naruto... Esos dos que estaban aquí hace un rato... Esos chicos no parecen llevarse muy bien. Tenían rato discutiendo ¿no los viste?

—¿Esos?... Bueno sí pero no les presté mucha atención que digamos. Me parece que son novios.

—¿En serio? —Hinata abrió de par en par sus ojos nublados — ¿y entonces por qué discutían de ese modo tan agresivo?

Naruto hizo una mueca y miró al cielo.

—No sabría decirte pero al parecer ninguno de los dos sé comprenden. Es algo sumamente triste ya que si no se tratan con empatía y logran arreglar sus diferencias me temo que su relación no durará mucho —dijo mientras se ponía de pie y ayudaba a su chica a levantarse del suelo. La campana había sonado y ya era hora de regresar a clases.

Hinata se quedó pensativa y luego agregó:

—Oye Naruto... ¿tú crees que suceda lo mismo con nosotros?

La pregunta tomó desprevenido al rubio, luego su mirada hacia ésta se enterneció.

—No Hinata, no. Estoy seguro que nosotros no nos enfrentaremos a ese tipo de problemas pues tú y yo nos comprendemos uno al otro pero sobre todo, nos queremos y eso es más fuerte que todo. Así que no te preocupes.

Le acarició el cabello y Hinata asintió contenta. ¿Qué les podría separar? Estaba claro que un amor como el suyo era como una barrera: indestructible y mientras sus manos se entrelazaran y sus miradas se encontraran, eso sería un decreto.

//

La mañana siguiente, justo antes de que la primera clase iniciara, los chicos se encontraban en el patio delantero conversando y al ver la figura de Naruto que se acercaba, la sorpresa se hizo colectiva.

NaruHina: Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora