Capítulo 9: El resultado de los entrenamientos

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Sakura y Naruto entrenaban arduamente cada día. Al igual que ellos, los demás equipos—guiados por sus senseis—daban lo mejor de sí.

Sólo habían transcurrido tres semanas de entrenamiento y este era su último día de largos y duros esfuerzos.

—¡Vamos, esta es la última práctica! Quiero ver más dinamismo y agilidad en sus movimientos—decía Kakashi en su postura de rigidez.

—¡Aaay Kakashi-sensei ya estoy agotada!—se quejó Sakura jadeando sobre sus rodillas—¿ Cuándo vamos a descansar?

—Este es su último día Sakura; cuando lo completen se podrán ir felices a sus casas pero mientras... Termínenlo ¿sí?

Kakashi se sentó de manera despreocupada bajo la sombra de un árbol a leer su libro favorito.

"A veces suele ser tan insoportable", se dijo Sakura con la cara arrugada como ciruela pasa.

—¡Animo Sakura!—dijo Naruto en movimiento—. Mientras más rápido nos demos, más rápido terminaremos.

Sakura suspiró.

—Sí... Tienes razón.

Cuando los ninjas se disponían a seguir practicando sus movimientos, fueron interrumpidos por un saludo familiar. Menuda sorpresa cuando vieron de quién se trataba.

—Hinata... ¿Eres tú?—dijo Naruto boquiabierto con la visión que tenía ante sí de su novia.

La kunoichi llevaba puesto un vestido color carne pardo que le llegaba hasta los muslos, unas mallas negras le cubrían las piernas y unos vendajes cubrían éstas, sus manos y otras zonas del cuerpo. En el hombro traía un abrigo blanco y felpudo y su cabello estaba completamente rizado. ¡Se parecía a Kurenai!

Sakura e incluso el propio Kakashi sensei estaban impresionados.

—Hola chicos.

—Hinata... ¿Qué haces vestida así? Te pareces a... Kurenai, tu sensei—dijo sakura, absorta.

Hinata ahogó una risita. Se quitó el abrigo y respondió:

—Fue idea suya. Dice que me he vuelto igual de fuerte que ella, por eso hizo vestirme casi igual. Es como un "premio" de su parte pues nuestro equipo ya terminó los entrenamientos y ella quiso jugar con eso.

—Vaya suerte, ¿no lo crees Naruto?... ¿Naruto?

El rubio no respondía. Estaba tan pasmado por la conmoción que parecía un vegetal sin vida.

—¡Naruto despierta, vamos!—Sakura lo agitó como a una maraca tratando de despertarlo pero éste no reaccionaba.

—Cielos...—Hinata se preocupó mas no pudo aguantar más la risa.

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—En serio Hinata, me sorprendiste mucho con esa apariencia. Pensé que habías vuelto de otro planeta—Naruto se daba palmadas sobre las rodillas de lo mucho que estaba riendo. 


—Pero ¿por qué te sorprendiste tanto? Sólo era un disfraz—dijo Hinata.

—Bueno... es que... te veías muy guapa con eso puesto, parecías algo así como una diosa—confesó Naruto con algo de rubor en sus mejillas.

Hinata se sonrojó de igual modo. Ambos estaban bajo el gran árbol de gingko del jardín de su escuela. Las hojas en forma de abanico caían al suelo como dorados copos de nieve cubriéndolo todo.

Ya en el salón de clases, los alumnos tomaban sus lecciones de matemáticas. Naruto estaba en su pupitre con la cabeza apoyada sobre una mano, mirando hacia el pizarrón y detrás suyo estaba Hinata. En el fondo, Ryoko ocultaba su mirada con el libro de ejercicios, mirándolos de reojo; más bien lo que trataba de esconder era su mirada de repudio hacia el rubio.

NaruHina: Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora