Capítulo 5 (última parte)

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En el salón IV A estaban iniciando las clases de cocina. Esa tarde tocaba preparar un pastel de sabores a elección y para ello cada cual tuvo que formarse en grupos de tres.

—Hinata ¿tienes las fresas? —preguntó una chica.

La ninja asintió y se las pasó mientras veía a Naruto cortar con agilidad unas bananas en rodajas desde el otro extremo.

Le dio tanto gusto que al fin supiera cómo desenvolverse en los asuntos culinarios y mientras ella volvía a su tarea y cada cual atendía la preparación, del otro lado, Sayuri se deleitaba en el único pastel que de verdad ansiaba por probar: el ninja rubio de ojos azules y bigotes de gato.

"Se ve tan lindo cortando esas bananas", rió para sus adentros mientras de tanto en tanto miraba a la chica de ojos nublados y después a ambos.

"Así que son novios. ¿Me pregunto que tanto podrá durar esa combinación?", pensó mientras ignoraba las miradas de desconfianza de Sakura, quien la veía sonreír con cierto deje malicioso.

—Hinata ¿de qué harás el pastel? —preguntó Tenten acercándose a mirar la masa que moldeaba.

—De fresas —respondió —. Y pienso darle un pedazo a Naruto obviamente —sonrió.

Justo en ese momento el rubio dejó a un lado la tarea y se acercó al grupo de la kunoichi de pelo violáceo.

—Hinata, ¿nos vamos juntos a la salida? —preguntó.

—Por supuesto.

Sayuri, quien llegó a escuchar lo que dijeron, dejó aflorar una sonrisa llena de satisfacción y se colocó a su puesto, mirando a la pareja reír y alejarse nueva vez.

"Tendrá que ser un alejamiento... Pero definitivo".

Las clases llegaron a su fin y Naruto se detuvo frente a la puerta principal mientras miraba de un lado para otro, extrañado de que su novia aún no hubiese salido.

—Será mejor que espere aquí a Hinata.

—Hola... —dijo una voz femenina a su lado que el ninja no reconoció al instante.

Era Sayuri. Naruto no la vio venir. La chica se contorneó, mirándolo con una sonrisa que incomodó un poco al rubio de lo sugerente que era.

—Ah... Sí... Hola —logró responder —. Eres la chica nueva, Sayuri ¿cierto?

—Así es Naruto ¿no? Es estupendo —volvió a sonreír, esta vez colocándose frente a sus narices, sus ojos atisbándose, sus rostros casi rozándose —. Oye ¿te molestaría si te pido que me acompañes hasta mi casa? —dijo con gesto inocente.

Naruto la miró como tratando de comprender una locura semejante. Claro que le molestaría, esperaba a Hinata y bajo ninguna circunstancia cedería a su extraña petición... Apenas y se conocían.

—Lo siento, pero es que...

—¡Muchas gracias! Eres todo un caballero.

Sayuri lo tomó por el brazo y lo arrastró hacia la calle. ¿Qué estaba haciendo esa loca?

—¡Oye! ¡Qué haces! ¡Yo no te he dicho nada!

Naruto trató de oponer resistencia mas le fue inútil ¡la chica tenía la fuerza de un elefante! Hecho que le sorprendió sobremanera por tratarse de... ¿Una simple mortal?

Al cabo de unos instantes, Hinata había salido junto a sus amigas. Esperaba encontrar a su novio en la puerta como este le había dicho pero no halló nadie.

—Me pregunto en dónde podrá estar Naruto. Quedamos en irnos a casa juntos.

—Si no me equivoco lo vi salir antes —dijo Ino.

—Y si no mal recuerdo, vi a Sayuri salir justo detrás de él —agregó Tenten.

Hinata la miró con confusión.

—Hablando de rarezas... —habló Sakura —. Hinata, déjame darte una advertencia acerca de esa chica Sayuri; no sé si te percataste pero durante toda la clase la noté lanzando miradas muy extrañas hacia ustedes y no obstante, durante el almuerzo, justo cuando te fuiste ¡tuvo la osadía de preguntar sobre Naruto de manera más personal!
»Por supuesto no le dijimos nada que lo esencial, que son novios y puntos pero ella se hacía la sorda. A mí no me da buena espina y no me parece una persona confiable, si te decimos esto o aquello es para que te cuides de ella.

Hinata bajó la mirada, pensaba unos momentos.
¿Tendrán razón sus compañeras o sólo estaban exagerando? De todos modos acataría el consejo; si se lo decían, era porque eran muy amigas de verdad, las mejores de hecho.

—Ya tenemos que irnos pero ya sabes Hinata, mucho ojo —concluyó Sakura.

—Está bien. Gracias y las veré mañana.

Hinata suspiró. Esperaría un rato más a ver si Naruto llegaba, de lo contrario, se marcharía sola a casa.

//

A Naruto no le quedó de otra que acompañar a Sayuri durante todo el camino al que lo arrastró. Trató de explicarle de mil maneras que no podía hacerlo mas ella lo evadió todo el tiempo con cualquier comentario tonto y de esa forma se negó a escucharlo; parecía marciana.

"Vaya, esto sólo me pasa a mí... De seguro Hinata tuvo que irse sola a casa. Sólo espero y no esté enojada".

Al llegar hasta el puentecillo, Sayuri se detuvo y Naruto, confuso, hizo lo mismo ya que seguía sus pasos.

—¿Qué sucede? — le preguntó a la chica que no dio una respuesta inmediata sino que ocultaba una proterva sonrisa producto de lo que tenía bajo su manga.

//

—¿Qué le habrá pasado a Naruto? Quería que probase el pastel que hice
—decía Hinata mirando la cajita que llevaba en las manos donde guardaba el trozo del postre que sacó para Naruto.

El camino estaba bordeado de árboles y cuando vislumbró el puentecillo y las dos figuras que estaban en él, dos figuras muy familiares, se detuvo, apresurándose a esconderse detrás de uno de los troncos macizos.

—¿Naruto? —murmuró, estupefacta al reconocer la segunda figura —. Pero... ¿Qué hace con Sayuri?

Sayuri continuaba sin decir nada, sólo miraba a Naruto de una manera seductora. Se le acercó y de repente colocó sus manos sobre sus hombros, parecía una serpiente encantadora, siseando para enroscarse a la presa.
Naruto estaba apurado, no sabía porqué pero por mucho que quisiera resistir, se sentía atraído, como si le hubieran despojado el alma. Parecía un guiñapo entre esas manos de uñas afiladas.

—Dime Naruto ¿te gusto? ¿no te parezco atractiva?

—Q-qué... ¿Qué dices?

Sayuri estaba a un palmo de sus narices, cerca de su boca, ¡ella iba a besarlo! Y Naruto no se alejaba; parecía no tener vida y apunto estuvo de ceder cuando sus ojos en un descuido, miraron hacia el fondo del bosque y se percataron de la presencia de Hinata, observándoles.

La kunoichi, pasmada, dejó caer la caja al suelo y con lagrimillas cubriéndole los ojos, se alejó corriendo de allí.

Naruto volvió en sí.

—¡Hinata!...

Continuará...

(25 de junio 2018)

NaruHina: Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora