NaruHina: Pide un deseo

Capítulo 12: Situación planeada

—Hola chicas...—saludó Hinata a sus amigas mientras estas conversaban en el pasillo.

—¿Cómo estás?—le preguntó Sakura. Hinata le dio una linda sonrisa como respuesta.

—Te ves muy contenta—notó Ino.

La chica asintió.

—Sí, es que Naruto m invitó a cenar esta noche.

—¡Guuauu Hinata!—exultó Tenten—. Ahora ya entiendo tu estado de ánimo... Me alegra mucho.

—Con permiso...—canturreó Sayuri, pasando entre el medio de la conversación de manera muy maleducada. Miró a Hinata con su gran sonrisa falsa y especial atención.

—¡Que no cabe por los pasillos!—gruñó sakura—. Tiene que pasar entre la gente necesariamente... ¡No la soporto!

—Ni yo tampoco—concedió Ino—. Es una indeseable.

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Hinata escribía sobre su pupitre, muy concentrada. Era hora de receso y Sayuri se encontraba justo detrás de ella, mirándola con malicia.

—¡Hinata, ven, vamos a jugar al voleibol!—le gritó una chica desde el umbral del salón.

—Sí... En unos segundos estaré con ustedes—le dijo mientras la chica se retiraba y ésta guardaba sus cosas.

En esto, Sayuri aprovechó para acercársele y colocarle una mano sobre el hombro. Inmediatamente, sus ojos se tornaron de un color rojo granate. Hinata sintió un escalofrío tremendo por la espalda y se giró para encontrarse frente a frente con su compañera.

—Hola... Hinata.

—Sayuri...—replicó esta un tanto incómoda (sin saber porqué)—¿C-cómo estás?

—Mmmm... Me siento muy bien, de hecho, nunca me he sentido mejor como ahora—respondió con una tranquilidad que a Hinata le provocó cierta extrañeza.

—¡Hinata, vamos!—reapareció la chica, aguardando por ella en la puerta.

—Perdón Sayuri pero tengo que irme, las demás me esperan.

—Oh, no te preocupes. Hablaremos otro día—dijo muy sonriente.

"Si es que llegas a verlo...", dijo la chica para sus adentros mientras la observaba desaparecer de la estancia.

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En el patio, se llevaba a cabo una pequeña competencia de voleibol entre el grupo de amigas. Cuando Hinata se preparaba para lanzar, sintió un dolor punzante en el cuello. Era tan fuerte que cayó de rodillas al suelo. Al ver esto, las demás corrieron hacia ella.

—Hinata ¿qué pasa?, ¿estás bien?—preguntó Ino.

—E-estoy bien... Es sólo que sentí un pequeño dolor en el cuello pero ya se me pasará...

—Tal vez se trate de un calambre—dijo Tenten observándola.

—En dado caso no puedes continuar. Tómate un descanso—le aconsejó Sakura.

Eso hizo la chica.

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Las horas en la escuela nunca fueron una eternidad. Era la hora de ciencias,y mientras la maestra explicaba las lecciones, Hinata sentía la vista nublada. Miraba el reloj y podía escuchar claramente el tic tac de las agujas. También sentía un inmenso calor por todo el cuerpo y le sudaban las manos.

Mientras la chica experimentaba síntomas que podían ser de fiebre, Sayuri se contentaba al ver lo abatida que se estaba poniendo desde su asiento.