—Hola, hola ¿está encendido? Bien, estamos aquí reunidos para darles las gracias al cocinero Naruto y a la enfermera Hinata por haber cuidado de nosotros durante estos tres meses —una lluvia de aplausos aconteció tras lo dicho —. Así que les entregamos estos corazones en reconocimiento por su ardua labor, aplausos, aplausos.
Taku vestido como un alegre y colorido payaso hizo entrega formal de los corazones a los ninjas mientras sus secuaces lanzaban una lluvia de confeti sobre sus cabezas.
El motivo de la ceremonia era despedirlos con afecto tras haber concluido su misión en el Orfanato Hogar dulce hogar durante la víspera de vacaciones así que todos los niños—incluyendo a la directora Ayame—le hicieron una de despedida donde al final les obsequiaron unos enormes corazones de papel maché hechos por sus propias manitas como una muestra de todo el cariño prodigado.
Tras recibir con gusto los galardones Naruto se puso de pie y se colocó tras el micrófono:
—De veras niños, muchas gracias, no debieron molestarse, era nuestro trabajo y aunque haya llegado el momento de partir nunca olviden todos los ratos felices que pasamos juntos jugando y divirtiéndonos cada día ¡ah! Y por supuesto de todos los ramens que les hice, ja ja pero sobre todo de lo dulce que fue en el trato la enfermera Hinata —fijó sus ojos hacia ella, las mejillas de la chica colorándose —. Ella siempre estuvo ahí cuidándonos y haciéndonos tomar esos jarabes que no saben tan bien para aliviarnos pero que nos hicieron sentir mejor ¡un fuerte aplauso para la enfermera Hinata!
Los niños acataron inmediatamente el mandato colmando a una avergonzada kunoichi que no sabía ni qué decir.
—Muchas gracias a todos —se colocó de pie haciendo múltiples reverencias—. Los llevaremos en nuestros corazones.
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Las vacaciones nunca habían transcurrido tan rápido como en aquellos días, tanto que sin un minuto para parpadear la escuela había iniciado y el primer día de clases estaba aquí junto con todos los amigos y conocidos: Sakura, Ino, Shikamaru, Rock Lee y hasta el mismo Sasuke que pasaba tan desapercibido como una sombra en las paredes.
—Vaya, llegaré tarde debo darme prisa.
Naruto corría como gacela por todo el camino pavimentado. Andaba retrasado, por eso no se detenía ni siquiera a respirar, su vista sólo se enfocaba en lo que tenía por delante cuando unos desconocidos se le atravesaron ofuscando su norte.
Por la pinta que llevaban, supo que se trataban de pandilleros. Su entrecejo adoptó un semblante más severo que el de un gato furibundo.
—Miren nada más ¿qué tenemos aquí? —dijo el más alto, el que llevaba un ridículo peinado de los setenta con una capa negra sobre el hombro. Dedujo Naruto, se trataba del líder —. Parece que es otro alumno nuevo que se dirige a la escuela o mejor dicho, otro renacuajo que va al estanque.
Sus compañeros rieron sardónicamente.
—¿Qué tal si le mostramos un atajo jefe? —replicó uno de ellos.
—Por supuesto, no sin antes invitarlo a un desayuno matutino antes de ir a clases... ¡A él!
A continuación los tres maleantes sacaron sus instrumentos punzantes con los que se le lanzaron. Naruto, en un simple abrir y cerrar de ojos atacó al líder con una patada que le asestó justo en la cara. Le pegó tan fuerte que lo dejó inconsciente y con la suela del zapato marcada. Ante el hecho los otros dos se quedaron atónitos y antes de que les diese tiempo reaccionar, cayó sobre sus cabezas dos tremendas golpizas que los dejaron completamente ajados sobre el suelo.
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NaruHina: Pide un deseo
FanficNaruto y Hinata al fin son novios después de un largo tiempo sin verse y ahora que por fin se ha dado el reencuentro, ambos sienten el deseo de vivir su amor al máximo. Todo marchaba bien hasta que una extraña enfermedad corrompe a Hinata dejándola...