CAPÍTULO 3: EL ADIOS

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- Alexandra ¿cuántas veces te he dicho que con golpes no se arreglan las cosas? - ya estábamos de vuelta en la habitación de Alex cuando papá continuó regañandola. Era claro que él no dejaría pasar por alto lo sucedido, y las cosas no serían tan fáciles para mi hermana

- no entiendo porque me llamas la atención cuando fue esa idiota la que empezó - yo no podía defenderla y la verdad es que ni ella misma se ayudaba contestándole de esa forma a papá

- no entiendo porque me llamas la atención cuando fue esa idiota la que empezó - yo no podía defenderla y la verdad es que ni ella misma se ayudaba contestándole de esa forma a papá

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- ¡Alexandra! - ma la reprendió, siempre ha odiado el que insultemos a las demás personas y más cuando no las conocemos del todo

- papás lo siento, pero no planeo referirme a esa id... - iba a insultarla de nuevo, pero ante la mirada que le dio mi madre, se aguantó con lo que iba a decir y pensó mejor en otra palabra para referirse a la idiota (¿qué? Mis pensamientos no puede escucharlos mi madre, así que puedo insultarla en mi mente si quiero y realmente quiero hacerlo) -. No planeo referirme a la "chica" de otra manera, a parte no iba a permitir que siguiera insultando a Kara en mis narices

- ¿tan difícil se te hace ignorar unas simples palabras? - el tono de papá se volvió más grueso

- papá esa "chica" le dijo idiota, mascota y cuatro ojos a mi hermanita y si no lo ponía en su lugar hubiera continuando insultándola. Así que respondiendo a tu pregunta, no, no puedo ni podre ignorar esas palabras - la situación cada vez parecía salirse de control, mis padres se veían tanto preocupados como enojados por la actitud de Alex. Y ella se daba cuenta de eso, pero parecía ignorarlo, siempre le gustaba llevar a los límites a nuestros papás y yo no sabía en que momento todo podía explotar y eso me ponía incómoda

- creo que deberíamos olvidar lo sucedido - hablé con un hilo de voz, cuando por fin tuve el valor para hacerlo

- no, dejalos, esto se torna interesante -. Escuché una voz venir por detrás de mí, me di vuelta y observé a la morena apoyada en el marco de la puerta del cuarto que le correspondía. Había olvidado por completo que ya no solo éramos nosotros cuatro en la habitación y eso me dio una buena idea

- oh! cierto, hola creo que no nos han presentado - me acerqué hasta la chica y le tendi la mano - me llamo Kara Danvers - la morena aceptó el saludo con diversión

- yo soy Maggie Sawyer - sacudió nuestras manos de arriba hacia bajo sin parar

- un placer conocerte Maggie -. Seguímos con el saludo, ni ella me soltaba ni yo a ella

- ok, ya entendimos lo que están haciendo - papá fue el primero en reaccionar - ya pueden soltarse ¿o planean hacer eso toda la tarde? - Maggie y yo observamos nuestras manos entrelazadas y empezamos a reírnos

- gracias - le susurré despacio mientras le daba un último apretón a su mano

- de nada - me susurró también guiñándome un ojo, al mismo tiempo que me devolvía el gesto con la mano, para luego soltarme

Dulce AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora