Dulce Amor

CAPÍTULO 5: LA PRIMERA VEZ EN LA ENFERMERÍA

Antes de leer les comento que cuando vean las comillas ("") son pensamientos de Kara y casi toda la primera parte ella habla consigo  misma por esos los guiones, lo aclaro para que no se confundan :) 

Disfruten la lectura 

°krypto°

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Kara:

Después de segundos analizando las opciones que tengo para llegar con Alex sin lastimarme más, mi maravilloso cerebro me recuerda que traigo conmigo los lentes de contacto. Solo que al parecer el destino se burla de mí, porque para suerte mía, los pupilentes se encuentran en mi maleta, la cual está dentro de mi recamara...

"genial, ahora solo debo pensar cómo llegar hasta ellos sin ver absolutamente nada"

Intento colocarme las gafas, pero al estar rotas es imposible que se queden fijas en mis orejas, por lo que desisto de seguir intentando ponérmelas así. Sin dejar de sostenerme la nuca, me levanto del suelo con cuidado, en estos momentos es cuando más odio no poder ver nada con claridad y lo peor es que al ser mi primer día aquí dentro aun no me acostumbro al lugar, es por eso que con cada paso que estoy dando, me pego en todas partes con los objetos de la habitación, especialmente en las piernas, "¿alguna vez se han golpeado el dedo chiquito del pie? bueno, justo eso acaba de pasarme"

- ¡demonios! – maldigo el no haberme colocado las pantuflas antes de salir para enfrentar a Lena.

La música a todo volumen, la visión borrosa y la herida en la cabeza, cada vez hacen amago de mi fortaleza, comienzo a sentirme mareada y se que no es para menos, con tremendo golpe que me ocasiono la pelinegra

"vamos Kara, tú puedes"

Quién sabe cómo, pero logro encontrar la chapa de mi cuarto, pero como les dije la suerte no esta de mi lado y cuando digo entrar a mi cuarto, choco con mi maleta que deje en el suelo y caigo de bruces pegándome el mentón, no es un golpe tan fuerte, pero eso no le quita el dolor. Anoche después de inyectarme el medicamento, no hice nada más que colocarme el pijama, acomodarme en la cama y dormir, y me arrepiento por ello, porque ahora mi cuarto es un completo desastre, Alex estaría orgullosa de mí, si viera esto.

Me levanto de inmediato arrastrando la maleta conmigo, al chocar con la cama y con el mayor esfuerzo del momento, intento subir la maleta con la mano libre a la misma, pero no lo consigo, es muy pesada, de ley necesito ocupar ambas manos para tener éxito con el movimiento, así que con todo el dolor del mundo suelto una vez mas mi herida.

- te odio Lena - Jamás había odiado a nadie en mi vida, pero creo que ella sería la primera en ganarse el enorme placer de tener ese sentimiento de mi parte.

Olvidando aquello, levanto rápidamente la maleta y la coloco en la cama, ahora el cierre, lo encuentro y abro la maleta con la misma velocidad, pero antes de abrirla por completo recuerdo que mi mano izquierda debe estar manchada con mi sangre y lo ultimo que deseo es manchar toda mi ropa con esta. Me pongo a buscar el estuche de los lentes de contacto con la mano limpia, y después de casi tantear todo los lados posibles de la maleta, los encuentro. Eso fue lo fácil, ahora viene lo difícil... colocármelos y si tenían duda... sí, necesito ambas manos para hacerlo.

- El día no podría ponerse más interesante - bufo desesperada, no puedo perder mas sangre, una vez la doctora me explicó, que con la Diabetes hay que tener cuidado con las heridas, porque dependiendo el tamaño, sería la gravedad del asunto. A decir verdad, no le calculaba más que dos centímetros a mi herida en la nuca, pero como todos dicen, "las heridas en diabéticos son de gravedad". Y es cierto, lo único que generalmente no saben es que cuando uno tiene un control adecuado de su enfermedad hay menos riesgos que correr y la herida tiende a sanar rápidamente, y para que estén más tranquilas, mi enfermedad esta correctamente controlada, así que no hay mucho por lo que temer, pero aun así no puedo confiarme, necesito ir a la enfermería, pero a la voz de ¡ya!