CAPÍTULO 4: REENCUENTRO

1.8K 231 117
                                    

Kara:

Mis padres volvieron a casa, sé que es lógico que eso ocurra pues Alex y yo debemos estudiar y ellos no pueden estar aquí todo el tiempo, era una lástima que no fuesen profesores de la Universidad. Cierto, olvidé contarles que ellos ya tienen una carrera como maestros en la preparatoria de National City, así que no había otra opción más que regresar a sus responsabilidades. No puedo negarles que siento una nostalgia enorme ante aquello, es solo que siempre hemos sido nosotros cuatro en todo y será difícil acostumbrarme a estar sin mis padres junto a mí, más que nada acostumbrarme al hecho de no verlos todos los días. Aunque tampoco puedo negar que me emociona poder liberarlos de mí y de la dichosa enfermedad que padezco, ya no tendrán que estar día y noche velando por mi salud, revisando si tome o no el medicamento o faltando a sus clases porque me dio una crisis hipovulémica, la sola idea de saber que por fin podrán tener su propio espacio logra calmar las ganas de querer marcarles para que regresen a mí lado. Además, como Alex dijo "nuestras aventuras recién comienzan" y aunque se que los extrañare demasiado, tengo en mente crear muchos recuerdos inolvidables en esta escuela. Ese es mi nuevo plan, divertirme tanto como mi estado me lo permita.

- Creo que es tiempo de subir a mi habitación – llevaba un tiempo en el cuarto de Alex, ayudándola a acomodar su ropa en su armario, sus libros escolares en sus repisas y todo lo demás que ella traía consigo. He de confesarles que una de las características principales de mi hermana, es ser desordenada, por más que mis padres han hablado con ella para cambiar sus hábitos desorganizados, ella sigue negándose, con la excusa de que ese es su sello personal

– si quieres puedes quedarte esta noche conmigo – la propuesta no me pareció para nada una mala idea, lo menos que quiero es irme a mi lugar asignado, pero si realmente quería que ambas disfrutáramos esta nueva etapa también tenía que dejar de responsabilizar a mi hermana de mí

– no, tranquila, tu también debes acomodarte y descansar

– sabes que eso no me importa, prefiero saber que tu estas bien, aparte, por mi, esto puede quedarse en cualquier parte del suelo – tomó la camisa que estaba en la cama y me la arrojo a la cara mientras se acercaba a mi lado en el armario

- ¡oyeee! – me quejé

– no aguantas nada – golpeó mi brazo con su puño cerrado y yo volví a quejarme, a la vez que sobaba mi la zona donde me pegó –. Aparte no sabemos si tu compañera de residencia ya llego, que tal si es alguien fresa como lo deducimos hace una rato – con eso me dio a entender que no se percató quien estaría al otro extremo de mi recámara, no se dio cuenta que Lena entro a la misma habitación 206 donde horas atrás nosotras habíamos estado, por eso hablaba de esa forma de mi compañera. De repente sus ojos se abrieron como platos - peor que eso que tal si te contagia sus tratos y también te vuelves fresa – me sujetó por los hombros y comenzó a reírse, era claro que estaba bromeando, aunque luego su rostro volvió a ponerse serio – Kara debes saber que tu eres alguien inocente y eres una víctima fácil, cualquiera podría corromperte

– ya Alex, deja de molestarme, bastante tuve con Lena – solo recordar el encuentro que tuvimos me erizo la piel, aunque no puedo comparar mi reacción a la de mi hermana, que quedo roja pero del coraje, solía pasarle muy a menudo, cada que algo le molestaba

– esa idiota, te juro que... - apretó sus puños - si la vuelvo a ver, le romperé toda la ma...

- ¡ALEX! – le grité interrumpiéndola sabía a lo que se refería, y ella pareció darse cuenta también de su actual vocabulario, nos miramos unos segundos y luego empezamos a reírnos como locas por su actitud

– viste como la dejé – se jactó por la apariencia con la que dejó a Lena, con una sonrisa de oreja a oreja – oh Kara, te aseguro que, si no hubiesen aparecido mis padres, le ocasionaba más daño a ésa

Dulce AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora