Cap 4 (¿Rojo?)

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Empecé a agitar a Carlos

-¡Debes llevarme con ella!, ella está sufriendo, y yo sufro viendola asi- mis lagrimas caian en cantidad- debo verla, por favor, no aguanto esto, y se que ella menos, es pequeña, ¡ayudame!- Caí al suelo, mientras seguia llorando, bajé la cabeza y recordé su cara, vi como lloraba,- ¡No es justo! Yo la quiero, yo debo estar con ella, consolarla- golpié el suelo muchas veces-

-!HERMANITA! si me escuchas, ¡estoy bien!- golpié mas fuerte el suelo- ¡estoy aqui! Por favor, no te dejes morir, no llores por mi- Grité a todo pulmón, hasta ya no poder más, al menos, estoy yo aqui, y no ella.

Carlos me ayudó a levantarme para que me sentara en la camilla

-Escucha, yo no se nada de tu pasado, pero se que si estas aqui y no ella, es porque preferiste tomar su lugar-

-¿Que? No te entiendo- lo miré mientras me secaba las lagrimas de nuevo.

-No lo sé, tonterias mias- el puso su mano en mi cabello y me observó- escucha, he estado aqui acompañando a tanta gente, no ha estado alguno aqui sin sufrir al ver a su familia o amigos vivos llorando por sus partidas, pero ellos seguirán con sus vidas, tu debes cumplir tu mision, y debemos averiguar, no puedes volver a la vida, es imposible-

-Pero quiero ver a mi hermana, ayudame por favor, es la persona que mas quiero, solo quiero decirle que estoy bien-

-Ay- suspiró- no puedo creer que vaya a hacer esto, escucha, tu alma no la puede ver, y no puedes hacer nada, pero...-

-¿Pero?- el empezó a mover la pierna desesperadamente- no se porque hago esto, pueden mandarme a, olvidalo, creamos cuerpos de emergencia, estos son para, pues emergencias, si la mision de alguien era subir el himalaya, no puede hacerlo con el alma, no le da la misma emocion, asi que le prestamos un cuerpo para hacerlo, los cuerpos no duran más de un año, pues aunque nuestra tecnologia sea avanzada, la vida es un milagro, y no hacemos milagros-

-Entonces que quiere decir-

-Te prestaré un cuerpo, para que vayas a ver tu hermana y le digas discretamente que estás bien, no la vayas a asustar, y debe guardar el secreto, pues nadie puede saberlo-

-Es una niña, si lo dice, nadie le creeria, pensarán que es su imaginacion- Carlos empezó a morderse las uñas y dijo - pero esto lo haremos mañana, para hoy yo quitaré las claves de acceso a la sala y las trampas, puesto que muchas personas quieren un cuerpo para volver a la tierra-

- Está bien, no hay problema, esperaré lo que sea necesario, mientras pueda ver a mi hermana-

-Bueno sal, yo vere como hago, puedes ir al campo y conocer otras personas, debes hacer que no pasó nada y que no recuerdas nada de la tierra, asi no levantamos sospechas de que quieres ir-

-Está bien, no hay problema- salí y empecé a buscar donde quedaba el famoso campo, me metí en muchas salas equivocadas, pero al final vi una luz mas natural, parecia del sol, había gente sentada en circulos en la yerba, otros caminaban y otros estaban sentados en bancas-

Busqué la sombra de un arbol y me senté, si, es absurdo, no me puedo quemar, pero quiero que parezca que sigo en la tierra, sentí que personas me observaban, realmente no quería acercarme a alguien y tener una extraña conversación, no después de todo lo que acababa de pasar.

Empece a ver a mis alrededores y habian 2 chicas vestidas de rojo, no entiendo porqué, que significaria, poco a poco se acercaron a mi, una era rubia y tenia una falda y una blusa como la mia y la otra tenia el cabello castaño claro y llevaba un vestido un poco corto, ambas eran de tes blanca.

-Hola, ¿eres nueva?- miré de reojo a las dos y traté de no parecer tan nerviosa

- No mordemos- dijo la chica de cabello castaño, la cual tenia una voz algo chillona

-Si, soy nueva, ¿ustedes son?- se miraron entre ellas y sonrieron

-¿No sabes quienes somos? pues, somos unas chicas como tu con un objetivo, solo que algo diferente y vamos en contra de estas reglas tontas, bajamos a la tierra cuando queremos.

-¿Enserio?, yo quiero ir a la tierra, ¿como hago?- me levanté y pude verlas más de cerca, realmente ambas eran hermosas, pero tenían algo distinto en su mirada, como una picardia, o solo era mi imaginación.

-Pues acompañanos, te llevamos a donde nuestro Jefe y el te ayudará-

-¿No es muy sencillo? Es decir, no podemos ir a la tierra, y ustedes pueden así de facil?- empezamos a caminar

-Pues verás, somos una rebelión, ¿quien es tu jefe? ¿El tal Carlos?- Ambas rieron

-Nuestro Jefe es mucho mejor, y estará encantado de recibirte- dijo la chica rubia.

Eran muy extrañas, y nunca dejaban de sonreir.

¿No se si deba devolverme, realmente no se a que le temo, se supone que estoy muerta, ¿puede haber algo peor?

Gabrielle contra la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora